El Partido Revolucionario Institucional dio a conocer la convocatoria para la elección de la próxima dirigencia del Comité Directivo Estatal, Presidencia y Secretaría General.
El domingo 24 de marzo; dentro de poco más de una semana, se desarrollará el registro de las fórmulas; dos días después será emitido el dictamen que establece quienes cumplieron con los requisitos; las campañas internas se efectuarán del 27 de marzo al 26 de abril; y la jornada de elección, el domingo 28 de ese mismo mes.
Esos son, en síntesis, los tiempos que estableció el partido, cuya dirigencia estatal indicó que el día 30 de abril se desarrollará el cómputo para posteriormente establecer la validez de la jornada, la declaratoria y la entrega de la constancia correspondiente a la fórmula ganadora, que será la que rinda protesta al frente del tricolor en la entidad.
Lo más probable es que el dirigente que resulte electo sea el que lleve al PRI a la elección de 2021, cuando se votará, en el caso de Veracruz, por presidentes municipales, regidores, síndicos, diputados locales y federales.
El tema de la dirigencia, en este caso, resulta importante porque el próximo CDE del partido tendrá voz y será escuchado en el proceso electoral de 2021, sobre todo en la selección de los candidatos.
Hay que recordar que dicha contienda local y federal será la antesala de la próxima sucesión estatal; de ahí la importancia que tiene para el PRI esta contienda interna.
Por otro lado, habría que comentar que el PRI no ha tenido buenos resultados en las últimas tres elecciones: en 2016, en alianza con Verde, Panal, Ave y Cardenista, apenas superó el 30 por ciento de los votos; en las municipales de 2017, el partido fue en coalición con el Verde y tuvo un verdadero desastre: 40 ayuntamientos y apenas 18 por ciento de los sufragios; de 2018 mejor ni hablar, también con el PVEM, ni siquiera llegó al 15 por ciento.
Con la nueva dirigencia, el tricolor buscará reinventarse y superar el descrédito que le dejó el gobierno de Peña Nieto.
A pesar de que tiene al menos 4 o 5 aspirantes a la dirigencia, dos son los personajes que destacan y que, por consiguiente, vale la pena seguir: Marlon Ramírez Marín, actual regidor del Ayuntamiento de Veracruz, y Antonio Benítez Lucho, ex delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Por otro lado, en este proceso habrá que estar atentos a cómo se mueven las dos principales figuras del partido en la entidad: Héctor Yunes Landa, el hiperactivo diputado federal que fue candidato a gobernador en 2016; y José Francisco Yunes Zorrilla, abanderado en 2018, quien se ha mantenido más bien cauto en los recientes seis meses.
Al final, lo importante para el PRI fue la decisión de encarar la renovación de su dirigencia estatal no con un nombramiento o imposición disfrazada, ni con una “asamblea de delegados” en la que por lo general se impone quien tenga más dinero; sino con una consulta a sus bases.
El delegado del CEN, Hugo Contreras Zepeda, dice que en el partido se acabaron los dedazos; veremos si es cierto. De entrada, ojalá no gane el más marrullero o quien tenga mayor capacidad para la trampa porque ese es el mayor riesgo para el otrora partido aplanadora, que ganen los mapaches. @luisromero85