Los funcionarios de la Universidad Veracruzana no son capaces de responsabilizarse de lo que han hecho, no hay control sobre las finanzas, vive la rectora, los vicerrectores y demás directivos en una fiesta salarial, mientras que la retribución del personal académico y administrativo se deteriora ante las variables de la depreciación interna de la moneda. Los sindicatos como el Fesapauv, son complacientes de la cúpula que regentea el presupuesto. No hay propuestas sensatas para el crecimiento financiero de la Universidad, anquilosada como se encuentra, en nada ha cambiado para mejorar. Las medidas financieras que se toman en la administración de la UV la encaminan a una recesión mayor, manteniéndose artificialmente sin una programación adecuada para la pretendida autonomía real. No existen aportes cognitivos para los fallos del sistema económico-académico-administrativo-financiero universitario. El gasto público en la inversión de una sociedad en los estudios universitarios en su academia e investigación deben de aportar a esta sociedad, evolución acorde con los requerimientos y necesidades de la comunidad. Esto, no se les da a los funcionarios de la Universidad Veracruzana, viven y conviven en una esfera de la irrealidad, fantasiosa plagada de irregularidades, en tanto las generaciones de jóvenes a los cuales se les debiera de dar la oportunidad de ingreso para adquirir conocimientos superiores, se les construye una barrera de rechazo, muro que les impide acceder, dejándoles sueltos, con alta susceptibilidad para ser reclutados en organizaciones ilícitas.
La Universidad Veracruzana cuenta con un cuento, llamado Consejo Universitario, encadenado, habituado a la simulación, con frialdad e indiferencia de vértigo se presta a los intereses del rector en turno y sus cercanos colaboradores. Una mística que se aplaude así misma, porque como decía el periodista Froylán Flores Cancela: “los aplausos son siempre contra alguien o contra algo”. Aplaudirse demasiado, se anticipa al inconveniente del intento adulador de gratificarse. Con las palmas, los funcionarios anuncian su derrota, que arrastra a la estructura toda de la Universidad y los objetivos de servir a la sociedad.
En tanto escribo esto, leo en los medios de comunicación la declaración señalamiento del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador sobre las universidades y sus dirigentes sindicales; “Combate a la corrupción incluye a los caciques de sindicatos universitarios”, “Autonomías no significan cotos de poder, ni islas dominadas por caciques, sea sindicato o cualquier organización”, “Hay universidades vinculadas a partidos; también ex rectores o grupos que manejan universidades”
En Veracruz todos observamos con testimonios existentes en los medios, la participación activa de Sara Deifilia Ladrón de Guevara, rectora y sus allegados, entre los que se encuentran Hilario Barcelata Chávez quien fue favorecido en la Dirección del IPE (2016-2018) por el Partido Acción Nacional, Marcelo Francisco Monfort Guillén que a cambio de sus servicios electorales al candidato a la gubernatura del PAN, fue nombrado al frente del Programa de Gobierno, que fue un fracaso total. Ellos participaron induciendo tendenciosamente a la comunidad universitaria a manifestarse electoralmente en el 2016 a favor de los candidatos de Acción Nacional, ante la sumisión de los “líderes” sindicales en acto ominoso. Ambos autoridades universitarias y representantes sindicales han causado inmenso daño social y político, que en esa ocasión provocó la derrota del candidato a la gubernatura de MoReNa. Por esas muestras de corrupción quienes se encuentran al frente de la Universidad Veracruzana, se les debe de revocar a unos el mandato y a otros la representación, y conducirlos ante las leyes que han infligido.
Ante el mensaje de AMLO, es la oportunidad histórica ante las verdades evidentes por sí mismas, para liberar a la Universidad Veracruzana de los renacidos demonios que ofrecen un horizonte desolador, es la ocasión para descalificarlos, de retirarlos de los encargos infectados de corrupción, acompañados de irresponsable actuar con fanático discurso independentista disfrazado de autonomía.
Sintácticas
De Luz Sánchez Mellado en una entrevista en El País a Mercedes Milá, periodista, después de haber cursado por una profunda depresión:
¿Fue la culpable de su depre?
Esto ha sido porque yo he querido. Por no parar cuando el cuerpo te lo pide. Hasta que te para él y te deja en un rincón. Si no me hubiera pasado de falta de sueño, de horas de trabajo, si no me hubiera estresado de mala manera, no la habría tenido. Y a quien se reconozca en lo que digo, que pare. La factura a pagar es de tal calibre que no merece la pena.
De Mario Vargas Llosa en Piedra de Toque:
En su extraordinario libro Hambruna roja. La guerra de Stalin contra Ucrania de Anne Aplebaum; La caída en picado de la agricultura en todos los dominios de la URSS, pero que golpearía sobre todo con ferocidad inigualable, a Ucrania, causando, en los años 1932 y 1933, varios millones de muertos y escalofriantes escenas de suicidios, asesinatos de niños, saqueos y canibalismo. La investigación de la autora, revela al mundo su apocalíptica dimensión, un acontecimiento que, por lo menos en sus características reales, había sido ocultado por la censura estalinista, pese a los aislados esfuerzos de algunos historiadores como Robert Conquest, en The Harvest of Sorrow, por difunirlo. Pero sólo ahora, con la independencia de Ucrania, los documentos y testimonios relativos a aquel holocausto han podido ser consultados.
María Callas. Habanera. Carmen. «L’amour est un oiseau rebelle»: