Gabriela Itzel Ayala Sánchez, egresada de la primera generación de la Maestría en Ciencias Biológicas de la Universidad Veracruzana (UV), dio a conocer que desde hace tres décadas los planes de estudio que rigen la formación de docentes normalistas no han sido actualizados en el contexto que se vive en torno a temas ambientales.

“No ha habido un incremento en la visión de cómo el maestro debe formarse en estos aspectos”, declaró la especialista quien realizó una investigación enfocada en conocer la percepción de los docentes normalistas de educación primaria respecto a los problemas ambientales registrados hoy en día a nivel global y regional.

“La influencia de la formación en el profesional docente en la construcción de sus relaciones bioéticas con el ambiente”, es el título deltrabajo que presentó ante miembros de un jurado el pasado 29 de enero, como parte de su examen de grado.

Gabriela Itzel Ayala Sánchez, egresada de la Maestría en Ciencias Biológicas de la UV

La especialista labora como docente en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, donde imparte el curso de Ciencias Naturales en diversos semestres, y compartió que su interés por formarse como investigadora la llevó a plantear este estudio regido bajo la Línea de Generación y Aplicación del Conocimiento (LGAC) “Estudios bioculturales”.

Destacó que hay muchos proyectos orientados hacia la educación ambiental, pero éste en particular fue abordado desde una mirada bioética dada su reciente creación como disciplina surgida de la ética.

Sus resultados impactan directamente al sistema educativo, en el sentido de que permiten vislumbrar la relevancia que los docentes dan a las cuestiones ambientales en el contexto escolar.

La investigación también ahonda en conocer qué perciben, cuáles son sus intereses y cómo es la educación actual.

“Nos brinda un panorama de cómo el docente se formó y cómo es que continúa o no capacitándose, cómo es que los programas de educación básica de primaria demandan que el profesor tenga saberes actitudinales, procedimentales y disciplinares en temas ambientales para transmitirlos a los educandos.”

Expuso que si el maestro no cuenta con estos conocimientos seguro se encontrará en una situación difícil, pero si por el contrario adquirió esta formación ambiental y hubo fomento de valores y de respeto en su familia, le permitirá abordar el tema dentro del aula de una manera eficaz, con base en lo que exigen los programas de educación primaria.

Al ahondar en el desarrollo del proyecto, dirigido y codirigido por Elvira Morgado Viveros y Rosaura Citlalli López Binnqüist, académica de la Facultad de Biología y coordinadora del Centro de Estudios Tropicales (Citro), respectivamente, resaltó que en la muestra participaron 30 docentes de cuatro escuelas urbano-céntricas de esta ciudad; todos pertenecen a tres cortes generacionales: de uno a 10 años de servicio, de 11 a 20 y de 21 a 30.

A través de encuestas logró conocer su percepción biológica, así como contrastar las diferencias o similitudes –en cuanto a opiniones– de estos tres grupos generacionales.

Los resultados del análisis mostraron que los tienen entre 21 y 30 años de ejercicio no les tocó este momento de crisis ambiental que actualmente viven los docentes más jóvenes, pues incluso en los libros de texto ya se aborda el cuidado y respeto al medio ambiente y a la naturaleza.

Dijo que hace 30 años esto aún no estaba dentro de las propuestas formativas de los docentes.

Al referirse a este último grupo generacional, perteneciente al plan de estudios 2012 de educación normal, mencionó que tienen una formación que contribuye más a la bioética ambiental, en comparación con los primeros.

La segunda etapa de su indagación consistió en el análisis del abordaje bioético ambiental de los procesos de enseñanza y planes de estudio de los tres cortes generacionales; y la tercera, en presenciar las clases de los profesores.

Por tanto, la investigación deja en claro que en tres décadas no ha habido un incremento en la visión de cómo el maestro debe formarse en temas relacionados con la naturaleza y el ambiente, reiteró.

Asimismo, aseveró que si bien se centra en escuelas urbano-céntricas donde los niños no tienen un contacto directo con la naturaleza, valdría la pena investigar qué pasa en el contexto rural, donde a diario los alumnos conviven con los árboles, plantas y el medio ambiente en general.

UV/Claudia Peralta Vázquez