René Iparrea Granados, egresado de la Licenciatura en Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (FIME) de la Universidad Veracruzana (UV), diseñó una propuesta de un sistema de alarma para la Unidad de Ingeniería y Ciencias Químicas, con el propósito de prevenir y salvaguardar la integridad física de la comunidad académica, administrativa y estudiantil ante cualquier contingencia que pudiera suscitarse.
Tras los sismos registrados en el país que ocasionaron pérdidas humanas y materiales, se ideó crear esta estrategia para alertar a la comunidad universitaria sobre alguna eventualidad como temblores, incendios u otro tipo de peligros.
El egresado de la FIME presentó este trabajo plasmado en una monografía, en enero pasado, para obtener el título de ingeniero electricista, dirigido por el académico Alejandro Sánchez Moreno.
Comentó que Veracruz es un estado vulnerable a fenómenos geológicos, hidrometeorológicos, químico tecnológicos y sanitario ecológicos, por citar algunos.
Es por eso que el estado se rige jurídicamente por la Ley 856 del Sistema Estatal de Protección Civil y la Reducción de Riesgo de Desastres, que en su artículo 62 refiere que todas las dependencias y entidades del sector público, estatal y municipal deben contar con una unidad interna.
Pero no sólo esta instancia lo establece, ya que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) resalta que es fundamental conocer qué tipos de incidentes ocurren al interior de estas entidades y si existen registros sobre los mismos.
A través del Sistema Universitario de Gestión Integral del Riesgo (SUGIR), la UV está comprometida en mantener y apoyar la estabilidad y seguridad de la comunidad universitaria y de la sociedad, destacó René Iparrea.
Explicó que este sistema es un elemento pasivo de seguridad que previene futuros problemas y avisa sobre un posible peligro. De aprobarse por parte de autoridades universitarias, podría replicarse en todas las facultades y regiones donde la UV tiene presencia.
Para que su funcionamiento sea eficiente, cuenta con cuatro partes: sistema de alimentación ininterrumpida, micrófono y dispositivo de almacenamiento de datos, amplificador de audio y cuatro bocinas de 40 watts que abarcan todo el radio de la unidad.
Éstas se instalarían en puntos específicos como en la parte superior de la biblioteca, en el edificio de Ingeniería Química, en posgrados y en uno de los edificios de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB). El centro de mando principal se ubicaría en la dirección de la FIME.
El dispositivo también tiene una memoria USB con tres sonidos precargados: de alerta (continuo de alarma), contingencia (dura dos o más minutos), y de permanencia (parecido al de una sirena en aumento y disminución). “Este último indica que deben quedarse en el lugar hasta recibir nuevas indicaciones”.
Cabe mencionar que los tres sonidos mencionados serán grabados en una memoria USB, la cual se introducirá en el amplificador y quedará ahí de manera permanente para que en caso de ser necesario el personal correspondiente pueda activar cualquiera de las tres alarmas.
Un Sistema de Alimentación Ininterrumpida también conforma este diseño para que funcione en el momento en que se genere un corte en el suministro de energía eléctrica; así como un micrófono, con el fin de que personal autorizado active la alarma y envíe un mensaje de voz.
René Iparrea, quien es originario de Valle de Bravo, Estado de México, expresó que no fue difícil realizar el diseño de este equipo, pues empleó cálculos básicos y los conocimientos adquiridos en las experiencias educativas Electrónica Digital y Circuitos Eléctricos.
Para la elaboración de este sistema de alarma se basó en normas municipales, estatales e internacionales a fin de identificar su importancia en cuanto a la correcta realización de este proyecto.
Aclaró que las normas son una guía para el diseño e instalación de la alarma, y es necesario adecuarlas para obtener una eficiencia mayor en el sistema de alarma situado en la Unidad de Ingeniería y Ciencias Químicas.
Entre ellas destacan: La Norma Oficial Mexicana NOM-003-SCFI-2014, Productos eléctricos, especificaciones de seguridad; NOM-003-SEGOB-2011-Señales y avisos para Protección Civil; y Guía para la Conformación de las Unidades Internas de Gestión Integral del Riesgo (UI-GIR).
Por lo tanto, es imprescindible prevenir a la población estudiantil para reducir daños ocasionados por algún desastre. También es importante mencionar que el costo de la alarma debe ser repartido equitativamente por todas las facultades que residen dentro del complejo.
Por último, René Iparrea propone que posteriormente se retome este proyecto y se lleve a cabo en diversas escuelas de todos los niveles educativos.
Alejandro Sánchez Moreno, director de tesis, comentó que más adelante se pretende coordinar esfuerzos con alumnos de la Facultad de Instrumentación Electrónica, para lograr que el sistema se interconecte al Servicio Sismológico Nacional.
UV/Claudia Peralta