Por De la Vega
Párrafo por párrafo, el comunicado dominical de la Arquidiócesis de Xalapa no tiene desperdicio, más allá de quien lo escribe y de la coincidencia o no de credos, son palabras que sin duda están en el sentir de cada uno de los veracruzanos.
En las primeras líneas, el presbítero José Manuel Suazo Reyes menciona que la participación de la sociedad no se termina con el voto en las urnas y que se prolonga en la observación, evaluación y exigencia de los compromisos anunciados en los tiempos de campaña.
Muchos de los que votaron por el hoy gobernador, seguramente desconocen que en la página de internet del gobernador electo (cuitlahuacgarcia.com) en el apartado de “Propuestas” habla sobre resolver el problema de la violencia con un plan integral de seguridad basado en cuatro puntos, también menciona que Veracruz será la reserva alimentaria de México, generar empleos, sustituir la reforma educativa, rehabilitar clínicas, hospitales y más de siete mil kilómetros de carreteras, además de quitar privilegios indebidos a los “altos funcionarios” y que de todos esos “buenos deseos” no le ha dado para adelante a ninguno.
Lo que debemos reconocer es que desde el inicio de su administración, se ha metido de lleno a tratar de cumplir con el compromiso del juicio político contra el fiscal Jorge Winckler, realizado ante colectivos de búsqueda de desaparecidos, sin embargo; la falta de estrategia, de oficio político y la ineptitud van alejando la posibilidad de cumplir su palabra y además, lo han mantenido sin dar paso a la solución de problemas reales en los que está hundido el estado.
Suazo Reyes afirma que debemos recordar que quien asume una responsabilidad pública, sabe que debe dar cuentas a los ciudadanos y no le debe extrañar que se le exija eficiencia, honradez y transparencia en las funciones que desempeña. Tiene mucha razón, lamentablemente, el ejecutivo debe estar más preocupado en este momento por darle una explicación a López Obrador que a los miles de veracruzanos que por la razón que usted quiera, le dieron el voto.
“No se puede invocar la novatez ni la curva de aprendizaje para justificar los desaciertos que en estos 74 días de la nueva administración gubernamental de Veracruz están a la vista de todos”. Lo cual nos hace recordar lo dicho por Cuitláhuac García siendo candidato al cierre del debate en la ciudad de Boca del Río donde aseguraba: “Estoy preparado, tengo la capacidad y la honestidad, estoy dispuesto a cambiar contigo la historia de Veracruz”.
En otro párrafo: “Se observa que falta oficio político y que el ambiente se está enrareciendo. No hay que esperar a que el Estado se encienda, para actuar”. Seguramente el vocero de la arquidiócesis se refería al ridículo que están haciendo con el caso Winckler, siendo la semana pasada una muy difícil en materia de seguridad mientras que el fotógrafo de Miguel Ángel Yunes salía adelante frente a una dividida fracción morenista en el congreso local.
Y como cereza en el pastel, asegura: “Se requiere dirección, un proyecto bien definido y mejores resultados ante las grandes necesidades que vive la gente”. Lo que hace entender que este gobierno carece de todo eso.
El resultado de las pasadas elecciones dieron muestra del hartazgo del pueblo, sexenio tras sexenio los partidos PRI Y PAN fueron creando las condiciones adecuadas para que López Obrador ocupara la silla presidencial y subidos en ese carro, sin meritos propios, los candidatos a gobernador, alcaldes y diputados de MORENA y sus aliados se llevaron el triunfo.
Veracruz no fue la excepción, Cuitláhuac García Jiménez y los que hoy ocupan una curul en el congreso del estado, ganaron por el efecto AMLO, la campaña del ahora gobernador fue más que gris, sin brillo, el candidato y su equipo se sentaron a observar como la popularidad del ahora presidente crecía y les favorecía.
Hoy las cosas están saliendo mal y más allá de la inexperiencia, la ineptitud tiene al estado sumergido en una severa crisis y no se ve para cuando las cosas mejoren, , ni para utilizar ese remate tan socorrido de: Al tiempo…