Dan Slayback, un investigador de la NASA, visitó una extraña isla volcánica en el Pacífico junto a un grupo de estudiantes de la Sea Education Association. La expedición es casi inédita y arrojó datos interesantes sobre el extraño terreno.
No se trata de una isla cualquiera, puesto que es una de las más nuevas en conocerse. Se formó recién en 2015 y actualmente es parte del archipiélago de Tonga. Es tan nueva que ni siquiera tiene nombre.
Aunque los investigadores habían estado monitoreando la zona por satélite, al llegar al lugar descubrieron sus extrañas características. Slayback relató en declaraciones recogidas por la BBC que se llevó una gran sorpresa:
«La mayor parte de la isla es como una gravilla negra; no lo llamaría arena porque las piedras son del tamaño de una arveja. Así mismo, hay una suerte de arcilla que se extiende desde el centro. En las imágenes por satélite ves este material de color bastante claro, es lodo arcilloso, muy pegajoso. Cuando lo vimos no sabíamos lo que era y su origen aún me desconcierta. Porque no se trata de ceniza volcánica”.
A pesar de su corta edad, también pudieron encontrar vegetación que probablemente creció de semillas que llegaron a la isla en las heces de las aves. Al mismo tiempo, pudieron evidenciar «gaviotines sombríos» u onychoprion fuscatus, que se refugiaban en depresiones del terreno en torno al cráter.
Aunque pudiese parecer algo sin mucha relevancia en un mundo donde se han formado muchas islas, la investigación no es casual. Slayback es un científico de la NASA y el conocimiento que obtengan podría ser relevante para comprender la interacción entre terrenos volcánicos y antiguas fuentes de agua en Marte.
Con información de FayerWayer