El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó ayer que está dispuesto a recibir al Grupo de Contacto Internacional, que se organizó con el respaldo de la Unión Europea, para establecer una mesa de diálogo y negociar.
Antes de ceder un poco a la presión internacional, Maduro acusó a ese bloque de países de estar “sordos” y asumir una posición parcial en la crisis que vive su nación.
“Estoy listo y dispuesto para recibir cualquier enviado del Grupo de Contacto”, apuntó Maduro. “Ojalá nos escuchen”, agregó.
También dijo que la llegada a la frontera con Colombia de cargamentos con ayuda humanitaria de Estados Unidos para los venezolanos es un “show”, y pidió que se reparta en la nación vecina.
Negó que en su país haya una crisis humanitaria, pese al éxodo de millones de sus compatriotas en los últimos años, la escasez de alimentos y medicinas, la recesión y la hiperinflación. Y aseguró que su gobierno no aceptará “limosnas”, y menos de la Casa Blanca, a la que acusa de querer derrocarlo tras haber asfixiado la economía con sanciones.
La ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, se convirtió en un centro de acopio de ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos, que reconoció, junto con otros países de Europa y Latinoamérica, al opositor Juan Guaidó como presidente interino.
Guaidó advirtió a los militares que pueden cometer “un crimen de lesa humanidad” si impiden la entrada de la ayuda, que calculó puede salvar la vida de unas 250 mil personas.
“Si se atreven a seguir obstaculizando los caminos iremos a abrir el canal humanitario”, aseveró.
El líder opositor no descartó autorizar una intervención militar de Estados Unidos o una fuerza extranjera en Venezuela, de ser necesario, para que el gobernante Nicolás Maduro cese de usurpar el poder.
Con información de Reuters