No, eso no es cierto. El guardia de seguridad del Congreso nunca le dijo a la diputada María Josefina Gamboa Torales que iba hasta el gorro de borracha. Lo que le dijo fue “Viene usted tomada, huele a alcohol”. A lo que la diputada contestó con un estentóreo “No sea estúpido”, porque en efecto traía aliento etílico y la alteró verse descubierta.

Y es que así se comporta uno cuando lo cachan en la maroma. Lo digo porque yo sé de eso.

Cuando alguien me impide la entrada a un sitio porque traigo unos jaiboles entre pecho y espalda, de inmediato me prendo. Por principio de cuentas niego lo evidente, es decir, rechazo que ande soplado. Y después me le voy encima: “No sabes con quién te estas metiendo, pendejo. No sabes quién soy yo ¿verdad? No, claro que no sabes; qué vas a saber si a leguas se te ve lo inculto pinche asalariado”. Y por ahí me voy hasta que no falta el amigo que intercede y me invita a que me calme. Pero ya para esto despedí mil veces al sujeto de su chamba, y para bajar el coraje me aviento otros tragos.

Y es que así somos los borrachos.

El problema entre la diputada y el elemento de seguridad se suscitó este miércoles cuando la mujer salió del salón Lerdo de Tejada donde estaba por comparecer el Fiscal Jorge Winckler, y no le gustó el protocolo de seguridad que había en la entrada: “Carajo, me tienen harta”.

Y comenzó el zipizape verbal con el guardia que -hay que subrayarlo-, nunca le faltó al respeto ni le alzó la voz. “No ingresan” dijo el guardia a unas personas, pero la Gamboa se dio por aludida y lo encaró: “No ingresa quién. A mi no me va a tener secuestrada, voy a entrar y salir las veces que me dé la gana”. “Permítame, hay un procedimiento” indicó el guardia. “Procedimiento de qué…” le reviró la Gamboa. “La audiencia comienza a las diez” dijo el guardia.

El tono de voz de María Josefina fue subiendo. “Tranquilícese” la invitó el guardia. “No, no me voy a tranquilizar. Usted quién carajos se cree para decirme a mi que me tranquilice”. “Soy un miembro de seguridad”. “¡Y yo soy diputada, trabaja para nosotros, entienda, trabaja para nosotros y no al revés!”.

Fue entonces que el guardia soltó la frase que la enchiló: “Viene usted tomada, huele a alcohol”. “Está usted estúpido; el que huele a alcohol es usted, está estúpido” le dijo la diputada. “Huele a alcohol y no soy estúpido” insistió el guardia. “A mi no me hable así” dijo Josefina. “No le hablo, le estoy diciendo por favor hay que tranquilizarnos, tenemos una persona lesionada…” pero el guardia no terminó la frase porque la legisladora se le fue a la yugular “Qué ustedes lesionaron. Oiga ¿está drogado? Tiene las pupilas dilatadas”. “Para nada” contestó el guardia.

Josefina insistió en la presunta drogadicción del guardia que contestó: “No estoy drogado y usted huele a alcohol”. Y para salir de dudas la invitó a que visitaran un médico que certificara quién andaba drogado y quién alcoholizado, invitación que por supuesto, María Josefina Gamboa rechazó con un “quítese de mi vista”.

“Así reaccionas hermano, igualito que Josefina cuando te dicen que traes aliento alcohólico. De inmediato te enciendes, mientas madres y rompes lo que encuentras. También chupas antes de las diez de la mañana y así te pones, igualito que la diputada, me cae que sí”, me dijo un amigo que vio conmigo el patético espectáculo de la señora Gamboa Torales.

No es la primera vez que la legisladora niega lo evidente. Hace poco más de cuatro años se vio envuelta en un percance en el que un joven perdió la vida y, a pesar de las evidencias, hasta la fecha niega que hubiera estado bebida.

En Alcohólicos Anónimos (donde espero que me hayan borrado de su lista), dicen que el principal obstáculo de las personas que tienen problemas con su manera de beber es la negación. Y que (como María Josefina), se ponen iracundos si alguien les dice que traen unas copas encima cuando no quieren que esto se sepa.

También dicen que cuando uno bebe por las mañanas, aunque sea uno o dos tragos, es que las cosas ya no están bien.

En lo personal yo sí le creo a la diputada cuando asegura que no llevaba aliento etílico. Pero eso no importa, lo importante es que ella se lo crea.

Salud.

bernardogup@nullhotmail.com