En el Coloquio de Presentación de Avances de Investigación de la Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Veracruzana (UV), Alma Goreti Luna López expuso un caso comparativo sobre violencia obstétrica entre el Centro de Alta Especialidad (CAE) “Dr. Rafael Lucio” y el Hospital “Amelia Cerecedo” de Teocelo.

Comentó que se inclinó a investigar sobre el tema a raíz de que en algún momento se relacionó con mujeres que le relataban sus experiencias en instituciones hospitalarias como el CAE y clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social.

“Eran experiencias sobre abortos espontáneos, partos, incluso de momentos en que se les inducía el dispositivo intrauterino sin que ellas estuvieran informadas. Esta cuestión llamó mucho mi atención porque lo decían con tanta naturalidad, algo así como ‘esto hay que vivir cada vez que vas a parir’. Ése fue el principio.”

Alma decidió desarrollar un trabajo comparativo entre el Hospital “Amelia Cerecedo”, donde se aplica un modelo de parto humanizado y capacitan a las enfermeras con conocimientos de partería, y el CAE “Dr. Rafael Lucio”, cuya atención es a la manera convencional. Sin embargo, durante su investigación el planteamiento cambió: “Una enfermera me decía que el Hospital “Amelia Cerecedo” tenía atención humanizada, cuando me fui acercando a algunas personas me di cuenta de que no era así”, dijo la entrevistada.

Se percató de que en el hospital de Teocelo “se reproducen las mismas prácticas que hay en el CAE, como la episiotomía”.

Ante tal escenario, y con la sugerencia de su directora de tesis, Ana Isabel Fontecilla Carbonell, se acercó a mujeres parteras. “Ahí fui viendo cómo era la relación entre las mujeres embarazadas y la partería (que es mucho más amena que los otros dos modelos, sin embargo está medida por ciertas cuestiones económicas, principalmente)”.

La intención principal de su investigación –la cual sigue en desarrollo– es visibilizar la violencia obstétrica toda vez que mujeres, profesionales de la salud y los servicios hospitalarios –públicos y privados– ven de manera natural su reproducción, incluso en algunos casos justifican tales prácticas.

La universitaria destacó que entre los testimonios hay personas que no saben a qué se refiere el término “violencia obstétrica”, por lo que aprovechó para explicarles que abarca muchas cuestiones como el hecho de que, pese a que haya condiciones para un parto vaginal, las mujeres reciben intervenciones médicas como la episiotomía, el rasurado púbico, cesáreas, ofensas verbales y humillaciones.

“Me parece que visibilizar este fenómeno es muy importante”, remarcó Luna López; “ojalá hubiera comunión, armonía y diálogo entre los distintos modelos de partos (humanizado, la partería y el médico hegemónico), pero no lo hay. Se ve un poco complejo, pero considero que sí hay apertura para esto, porque hay posturas a favor del parto humanizado dentro de instituciones médicas como el CAE”.

Karina de la Paz Reyes Díaz/Prensa UV