Quienes por tercera ocasión votaron para que el comerciante José de la Torre Sánchez asumiera la presidencia municipal de Martínez de la Torre, lo que le permitirá ostentar el cargo durante diez años, deben estar más que arrepentidos. La violencia criminal ha crecido de manera tan escandalosa que, incluso, los criminales han protagonizado ejecuciones en las inmediaciones del cuartel militar y han advertido al alcalde mediante el asesinato de algunos colaboradores.
Para colmo, la obra pública, concedida mayoritariamente a un contratista foráneo que acapara el 30 por ciento de los trabajos, sufría en el último trimestre de 2018 un grave rezago, calculado en 56 por ciento por el regidor Ángel Abel Belli Ramírez. Lo grave es que en las obras, los contratistas están poniendo en juego maquinaria del ayuntamiento, lo que hace suponer acuerdos oscuros en que funcionarios, incluyendo el propio alcalde, podrían estar beneficiándose económicamente.
No es nueva la versión de que, a cada paso por la alcaldía, Pepe de la Torre incrementa en la cabecera municipal el número y dimensión de sus supermercados, al convertirse en el Chedraui local y ya extiende su dominio a otros municipios de la región, mientras otros competidores, como Farmacias Medina, están cerrando sucursales.
Quien fuera director de Obras Públicas en su anterior gestión como alcalde, hoy regidor cuarto, Ángel Abel Belli Ramírez, le declaró al periodista Gilberto Viveros a principios de diciembre pasado que, según el reporte de la dirección de la que fue titular, sólo habían sido concluidas 57 de las 130 obras programadas para 2018. Varias se estaban ejecutando a marchas forzadas, lo que auguraba que se concluirían con mala calidad.
De hecho, el 6 de diciembre tres de los cinco regidores del ayuntamiento martinense (Edgardo Martínez Juárez, Ángel Abel Belli Ramírez y Mariana Trinidad Viveros Aguirre) enviaron un oficio al Congreso del Estado en que solicitan su intervención para investigar las irregularidades en obras públicas y servicios en este ayuntamiento. El documento fue presentado el 13 de diciembre en la octava sesión ordinaria del primer periodo de sesiones de la LXV Legislatura, y fue turnado a la Comisión Permanente de Vigilancia. Estos regidores son los mismos que no aprobaron el primer informe de labores de José de la Torre, por considerar que existía falta de transparencia en diversos rubros, sobre todo en obras, educación y seguridad.
Las benditas redes sociales
“En nombre del Poder Ejecutivo Federal felicitamos a la @SCJN por la transparencia y pluralidad en la elección de su nuevo Presidente. Deseamos al Ministro @ArturoSaldivarL el mayor de los éxitos en esta relevante encomienda. El diálogo republicano será el eje de la relación”. Olga Sánchez Cordero [Secretaria de Gobernación] @M_OlgaCordero
Inseguridad a todo lo que da
En enero del año pasado, Pepe de la Torre prometió que blindaría el municipio de Martínez de la Torre contra la violencia criminal y, para pronto, dijo que sus calles y caminos serían vigilados por 150 policías que contarían con 18 nuevas patrullas. A un año del anuncio, es uno de los municipios más violentos de Veracruz, donde ha crecido el número de ejecuciones, secuestros, extorsiones y robos a mano armada, sin importar la hora del día o si es una colonia o el centro de la ciudad.
De 800 defunciones reportadas ante el Registro Civil, unas 200 han sido violentas, sin que haya visos de que habrá una estrategia exitosa para detener el número de ejecuciones que, para colmo, no han sido esclarecidas.
Y no, no hay los 150 policías preparados y capacitados prometidos para detener el crimen. Los 115 mil habitantes de este municipio que comparte índices de violencia e incapacidad institucional para contenerlos con municipios vecinos como San Rafael, Tlapacoyan y Misantla, apenas son “protegidos” por 60 elementos, algunos de los cuales (como ocurrió en el primer año) se han dedicado al robo con violencia, al secuestro y al homicidio. En efecto, al inicio de la actual administración municipal, cuatro uniformados y un asesor jurídico fueron sorprendidos atracando comercios; uno de ellos murió al enfrentarse con estatales y los otros quedaron detenidos, pero recientemente recuperaron su libertad.
La violencia ha sido demasiado vistosa y recurrente. Apenas la mañana del 24 de diciembre, en pleno centro de la ciudad, fueron asesinados tres empleados del alcalde, cuando se desplazaban a bordo de un vehículo compacto sobre el bulevar Luis Donaldo Colosio; seis días después, una pareja fue asesinada en una colonia contigua al cuartel militar, y se pudo saber que la mujer estaba embarazada.
Mientras tanto, los negocios de Pepe crecen como la espuma
Pese a ya haber cumplido siete años como alcalde (le faltan tres para llegar al decenio), José de la Torre Sánchez cada vez sabe menos de administración pública y más de negocios, los suyos, que crecen con mayor ritmo mientras despacha en el Palacio Municipal.
En las dos ocasiones en que ha terminado su gestión como alcalde (2006 y 2013), ha intentado permanecer en el poder, primero, imponiendo como candidata del PAN a su esposa Rosita Martínez, y luego, a su hermano Cenobio. Como su jefe político Miguel Ángel Yunes Linares (quien impuso a su hijo como candidato a sucederlo), en las dos ocasiones ha fracasado, ambas ante candidatos del PRI, Hilario Ruiz Zurita y Rolando Olivares Ahumada.
En este último fracaso, ante el exportador de cítricos Rolando Olivares, Pepe de la Torre también perdió la batalla contra la competencia: Chedraui pudo entrar a la plaza, algo que él había impedido fieramente en sus periodos al frente del ayuntamiento.
Los negocios mercantiles de Pepe de la Torre han estado firmemente vinculados con la política, aunque algunos dicen que también a otros negocios más oscuros que hoy le han granjeado la violenta respuesta de uno de los grupos criminales que operan en la región. Incluso los gastos de seguridad ha logrado evadirlos al colocar en sus negocios a miembros de la Policía Municipal, pagados por el ayuntamiento por supuesto, que restan elementos policiacos al cuidado de la ciudadanía.
Así, mientras sólidas cadenas comerciales de la región han visto derrumbarse en sus finanzas, como Farmacias Medina, que tenía sucursales en Tlapacoyan, Martínez de la Torre y San Rafael, los Súper2000 de Pepe de la Torre han tenido un nuevo impulso, pese a que el Súper Chedraui constituyen una dura competencia que antes no tenían.
Súper2000 ya abrió su quinta sucursal en el corazón de Tlapacoyan, en el número 107 de la avenida Niños Héroes, muy cerca de la central camionera, y por su tamaño parece ser la apuesta más atrevida de su propietario, quien tendrá tres años más en el ayuntamiento para amortizar la cuantiosa inversión.
Seguramente, dicha inversión no ha salido ni de su salario como edil y tampoco de las ganancias de sus negocios, que sufren la feroz competencia del pulpo mercantil xalapeño. En menos de una década, Pepe de la Torre ha pasado de simple abarrotero a próspero dueño de una creciente cadena de supermercados.
La pregunta es: ¿por qué los martinenses siguen votando por un personaje que abiertamente ha usado los recursos públicos (financieros, materiales y humanos) para su beneficio? Han de estar muy buenas las despensas que reparte en periodo electoral.
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