Casa Veracruz, el inmueble que sirvió de residencia oficial para los mandatarios veracruzanos desde hace varias décadas ahora sólo es el hogar de cinco pavorreales y once carpas, animales que desde el Gobierno de Javier Duarte se mantienen bajo el cuidado de uno de los ocho empleados que dan mantenimiento y resguardo a los bienes muebles que alberga esta propiedad de los veracruzanos.
La Casa Veracruz, nombre que le puso en su momento Miguel Alemán Velasco, cuenta con una residencia cuyas habitaciones eran ocupadas por el Gobernador en turno y su familia e invitados.
Tiene un salón de eventos “Yanga” donde se realizaban reuniones privadas, comidas oficiales y otras de carácter más informal. Bajo de este salón, en el mismo edificio, una sala de proyecciones tipo cine, donde se podían ver igual películas que partidos de la selección mexicana en butacas y con un proyector de alta resolución.
Además, cuenta con un tercer edificio de oficinas al que se puede acceder de manera directa por una de las entradas y que servía para que cada Secretario tuviera un despacho privado, en su momento equipado con una computadora de escritorio, un librero, un sofacama y un escritorio ejecutivo, para trabajar de manera alterna a la oficina de la dependencia a su cargo.
Junto a esos espacios, Casa Veracruz cuenta con bodega, cochera, cuarto de servicio, casetas de vigilancia y amplios jardines en los que ahora deambulan los pavorreales, pero que en su momento sirvieron para hacer fiestas de jardín, cenas, e incluso posadas en las temporadas decembrinas, a las que eran invitados desde funcionarios hasta habitantes de las colonias de la capital, según el carácter de la reunión.
La residencia es la construcción más antigua dentro de la propiedad, incluso los muebles más antiguos y de mayor valor se encuentran en dicho espacio, incluyendo mesas de roble con su juego de sillas.
Para dar servicio a la familia que ocupaba este espacio, la casa esta totalmente equipada con bodega, ático, un cuarto de congelación para preservar alimentos, habitaciones, biblioteca, comedor, cocina, estudio, salas de estar y otros espacios revestidos con tapetes, cortinas, muebles de lujo, equipos de televisión, proyección satelital, plantas potabilizadoras de agua, plantas generadoras de energía, cuarto de control para la videovigilancia y otras comodidades.
El siguiente espacio, en ser construido, fue el inmueble que ocupan el salón Yanga y la sala de proyecciones edificadas durante la remodelación que hizo Miguel Alemán en el año 2000, aproximadamente.
El tercer inmueble, el de las oficinas, fue construido durante la administración de Javier Duarte de Ochoa, en su momento la intención era que todos los secretarios trabajaran desde ahí para que el mandatario los tuviera cerca, en una especie de búnker, que no podía ser penetrado por la seguridad que se tenía alrededor del inmueble.
El último mes del gobierno de Javier Duarte, ya cuando Flavino Ríos Alvarado fue nombrado como interino, la Casa Veracruz fue tomada por alcaldes del PAN y PRD, quienes recorrieron los espacios y descubrieron incluso las piezas de la vajilla oficial, impresas con el logo del Estado de Veracruz y borde dorado, que servía para alimentar a los invitados oficiales a la residencia.
Encontraron las camas, las pantallas planas de los cuartos, los animales que ocupaban los espacios y que continúan siendo ahora los únicos habitantes del inmueble al que ahora se le busca una utilidad, pues tanto Miguel Ángel Yunes Linares, como Cuitláhuac García, se han negado a utilizarla como residencia oficial.
Muebles antiguos y de lujo
Casa Veracruz tiene un inventario de 716 bienes muebles, de acuerdo con lo obtenido mediante una solicitud de transparencia, en la que se da cuenta de forma detallada del folio, ubicación, estado y materiales de cada una de las cosas que forman parte del menaje de casa en la residencia oficial.
Algunos de los bienes inventariados para Casa Veracruz, han sido sacados del espacio y llevados a otros lugares, como es el caso de figuras decorativas que se encuentran en Palacio de Gobierno, una de ellas es la figura de madera tallada a mano de unos caballos y una figura de El Quijote.
Los muebles que ha acumulado Casa Veracruz a lo largo de los años han ido aumentando con cada administración, pues cada familia que ocupaba la residencia aplicaba su estilo, haciendo que la decoración se convierta en una mezcolanza de estilos clásicos, renacentistas, minimalistas, modernistas y hasta art decó.
Entre los artículos más antiguos y que pudieran estar cotizados por su valor histórico se encuentran una mesa de madera, clasificada en el inventario como “renacimiento francés”, de mitad del siglo XIX, de 3.45 metros de largo, acompañada por 14 sillas a juego de tamaño chico, mediano y grande, así como un trinchador y una vitrina, todos parte de un mismo paquete.
Ese juego de comedor antiguo se encuentra en el comedor de la residencia oficial, aunque no se especifica cómo llegó este mobiliario a la Casa Veracruz, quién la adquirió y cuál es su valor económico.
Otro de los objetos de alto valor es un espejo antiguo francés, tallado a mano en madera con figuras de ángeles, recubierto en el marco de un laminado en oro, con una luna biselada.
Mejores tiempos
Casa Veracruz, al ser la residencia oficial, vio pasar mejores tiempos, en los que no sólo se hacían remodelaciones constantes, sino que se abrían sus puertas a visitantes distinguidos, tanto del mundo artístico, diplomático, político y social.
En el Salón Yanga, el gobernador Javier Duarte de Ochoa se reunió con el escritor Salman Rushdie, cuando visitó la capital del estado para presentar un libro, dar una conferencia y participar en un conversatorio con motivo del último Hay Festival que se realizó en Xalapa. Un año después este escritor firmó el documento en el que se solicitó el retiro de la sede de dicho evento a Veracruz, por las acusaciones de corrupción y asesinato de periodistas en contra del entonces mandatario.
El comedor de Casa Veracruz fue testigo además de aquella cena en la que estuvieron Edith González y su pareja Lorenzo Lazo Margain, cuando se detectó el aterrizaje en el aeropuerto de Toluca, de un avión proveniente de Veracruz, con dinero en efectivo, que fue motivo de una investigación.
Además, en Casa Veracruz, durante la administración de Fidel Herrera Beltrán, se abrían las puertas para llevar a cabo verbenas populares, a las que se invitaba a habitantes de colonias de la capital a comer tamales, atole, ponche y partir piñatas, tras pedir posada.
Ahí, se daban alimentos y bebidas a manos llenas, y salía gente con bolsas de plástico llenas de “tamales para llevar”.
Cada Gobierno, el día de la Libertad de Expresión organizaba, desayunos, comidas o cenas en los jardines o en el salón Yanga con periodistas de diferentes puntos del Estado, en donde además de los alimentos se repartían bebidas alcohólicas sin limite, hasta altas horas de la noche.
Una casa vacía
Al término del gobierno duartista, con la ocupación de Casa Veracruz por los alcaldes de oposición se cerró un ciclo, pues los Gobernadores que rindieron protesta después ya no quisieron utilizar el espacio como su residencia oficial.
Desde Javier Duarte de Ochoa existieron planes de usar Casa Veracruz como espacio de oficinas, en un primer momento para la Comisión Estatal de Atención a Víctimas, después, con Cuitláhuac García se propuso ceder el inmueble a la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.
En ambas ocasiones vecinos de Casa Veracruz se han manifestado en contra, pues consideran que esto sólo ocasionará problemas viales y de seguridad, que vendrían acompañados por el número de personas que acudirían a hacer trámites en las dependencias que sean trasladadas a este inmueble.
Brisa Gómez/Avc