Miguel Ángel Yunes Linares dejó dos estacas clavadas en el nuevo gobierno para que respondan a sus intereses y traten, a toda costa, de impedir el avance de Veracruz con Cuitláhuac García como gobernador del estado. Uno es el multicitado en todas las publicaciones Jorge Winckler Ortiz, Fiscal del Estado, a quien todo mundo aborrece pero que en cumplimiento de las órdenes que le manda su jefe nato Yunes Linares, se agarra de lo que sea con tal de que no lo echen de la Fiscalía. La otra es la seudoperiodista y peor política María Josefina Gamboa Torales, diputada local, quien en completo estado de ebriedad asesinó a un joven en el puerto de Veracruz en los momentos en que conducía su automóvil con cuando menos un litro de caña entre pecho y espalda, por lo que en la inconciencia etílica y corriendo a toda velocidad dio fin a la vida del joven José Luis Burela López, de 30 años, cuando éste intentaba cruzar la avenida en la que se topó con el vehículo de la entonces directora del Instituto de la Mujer del municipio de Boca del Río. Y ya es algo común que en las sesiones del Congreso la autollamada “Marijose”, suba a tribuna únicamente para insultar a sus homólogos, solo que de Morena, a los que grita ¡patanes! y otras lindezas, en evidente estado de ebriedad pues no deja de mascar un chicle que apenas le permite hablar. Ya es tiempo de poner a cada quien en su sitio y hacerles entender que no son más que servidores públicos, en este caso representantes populares, y no empleados del anterior gobernador quien los manipula para ofender a los adversarios políticos con palabras soeces y no con planteamientos inteligentes que hagan crecer el nivel del debate. Gamboa Torales se comporta como “La Chupitos” en el Congreso.