Miguel Ángel León Carmona es originario de Río Blanco, Veracruz, egresado de la generación 2011-2015 de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facico) de la Universidad Veracruzana (UV).
Durante su estancia en la UV sobresalió por su buen desempeño académico; entre otros logros, realizó estancias en la Universidad Autónoma de Nuevo León y en la Universidad de Caldas en Colombia.
Actualmente se desempeña como director editorial del periódico digital e-consulta y como corresponsal del medio digital La Silla Rota.
El 30 de noviembre, en rueda de prensa realizada en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), fue declarado ganador del Premio Nacional de Periodismo 2017 en la categoría “Noticia” por el trabajo “El campo de exterminio que el gobierno de Veracruz ocultó”, en el que habla sobre el hallazgo de fosas clandestinas en el rancho “La Gallera” ubicado en la comunidad Rancho Viejo, municipio de Tihuatlán.
En entrevista para Universo dialogó sobre el tema que aborda su trabajo ganador, así como de aquello que considera más importante dentro del oficio del periodismo.
¿Cómo describes tu trabajo?
Hablo sobre un predio ubicado en la comunidad Rancho Viejo del municipio de Tihuatlán, que fue usado por la delincuencia organizada para asesinar e inhumar de manera clandestina a sus víctimas.
Este predio fue descubierto en enero de 2017 por el colectivo Familiares en Búsqueda “María Herrera”, conformado principalmente por madres de la región de Poza Rica para buscar a sus hijos desaparecidos. En febrero de ese mismo año las integrantes de este colectivo orillaron al fiscal general del estado de Veracruz, Jorge Winckler, a realizar una diligencia allí, en la que presenciaron la exhumación de seis cuerpos.
Al ver el panorama de ese predio, pidieron a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz continuar con la búsqueda, y ante la negativa de ésta solicitaron permiso a un juez para realizar una nueva diligencia, en la que encontraron más restos humanos, así como un horno en una de las habitaciones de la casa ubicada en este predio. Ante la inquietud de los miembros del colectivo por investigar este horno, las autoridades estatales se comprometieron a ello, pero abandonaron la investigación.
¿Cómo fue que entraste a investigar este hecho?
Las madres del colectivo Familiares en Búsqueda “María Herrera” me contactaron para notificarme el abandono de la investigación sobre este predio, por lo que decidí acompañarlas a realizar una visita en marzo de 2018. Dos mamás del colectivo, un acompañante de ellas y un taxista que fungió como guía del pequeño grupo, hicimos el recorrido.
Durante esta visita no sentí ningún temor por mí, sino por los demás, ya que no contábamos con ningún tipo de seguridad. El taxista cobró muy poco por el viaje, ya que es una persona que apoya la causa de búsqueda de desaparecidos.
Decidimos no avisar a las autoridades, sabíamos que el predio estaba controlado por la delincuencia organizada, por lo que probablemente seríamos vigilados mientras estuviéramos allí. El taxista nos esperó en la entrada de un camino de terracería al que el automóvil ya no pudo acceder, por lo que el tramo final de medio kilómetro debimos realizarlo a pie.
En el predio vi una casa de dos pisos con cuatro habitaciones, en la que las mamás –quienes estaban bien enteradas de los hechos que sucedían allí– me explicaron que las víctimas eran torturadas y luego arrastradas al lugar donde serían inhumadas. En la pared de una habitación encontramos la huella de una mano ensangrentada, dejada probablemente por alguien que intentó resistirse. Igualmente vimos muchas placas de automóviles del Estado de México, así como refacciones de éstos.
Durante esta visita pudimos apreciar muchos más restos humanos abandonados al aire libre, expuestos a animales carroñeros.
¿Qué efecto tuvo tu noticia al ser publicada?
La noticia se publicó en La Silla Rota en abril de 2017 y causó mucha controversia. Aunado a esto, se produjo un video que fue difundido en Imagen Noticias, hecho al que el Fiscal de Veracruz respondió con el envío de una carta en la que afirmaba que dentro del rancho “La Gallera” sólo se habían encontrado seis cuerpos y que los demás restos no sabía de dónde habían aparecido, dando a entender que la escena había sido manipulada.
En respuesta a esta carta, los miembros del colectivo Familiares en Búsqueda “María Herrera” tapizaron la Fiscalía Regional de Poza Rica con fotografías de los hallazgos encontrados en este predio, y llevaron el caso ante Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, logrando que se hiciera una tercera diligencia, ahora encabezada por la Procuraduría General de la República (PGR).
En esta tercera visita oficial se encontraron más restos, entre los que estaba un cráneo que por sus proporciones perteneció a un menor de edad, así como partes de tibias, fémur y dentaduras, huesos que ahora están bajo el resguardo de la Policía Federal.
¿Crees que tu investigación sirva para arrojar luz sobre quiénes son los culpables de la tortura y asesinato de estas personas?
Entrevistamos a expertos en materia penal y nos comentaron que los restos encontrados en este predio ya estuvieron expuestos a fauna nociva, por lo que ya no son un elemento contundente para enjuiciar a los responsables de estos crímenes. Este problema es ocasionado por la mala atención que la FGE brindó al caso.
Pese a esto, existen fragmentos óseos que pueden ser materia útil para la identificación de personas mediante pruebas de ADN, por lo que sería un gran logro si a través de este estudio alguien pudiera reconocer a algún familiar desaparecido.
Incluso de los primeros seis cuerpos encontrados por la FGE, uno ya fue reconocido; se trataba de un señor desempleado con problema de diabetes, que ante la cercanía de la navidad y al no tener dinero para comprar un regalo a su hijo, aceptó una oferta de trabajo para acarrear arena y nunca regresó a su casa.
Hasta el momento no existe ningún detenido por este caso, ya que la FGE no lo atendió debidamente hasta que intervino la PGR.
Si bien según registros oficiales la zona norte de Veracruz no es la más peligrosa de la entidad –este lugar lo ocupa Coatzacoalcos–, sí existe mucho temor y las familias no se encuentran organizadas en colectivos. Espero que mi investigación sirva para que el caso de “La Gallera” camine.
Con la entrada del nuevo gobierno, y con el reacomodo de funciones que esto conlleva, los miembros del colectivo esperan que las nuevas autoridades logren identificar a quiénes pertenecen los restos encontrados.
El nuevo gobernador tiene la disposición de abrir un fondo para la búsqueda de fosas clandestinas, pero pese a esto, aún queda mucho por hacer para conocer la verdad.
¿Qué representa para ti haber ganado el Premio Nacional de Periodismo 2017?
Ganar este premio fue algo muy reconfortante para mí y es algo que me llena de fuerza. Pese a que dentro de mi profesión soy de los pocos periodistas que perciben un poco más del sueldo promedio, puedo decir que es un trabajo que requiere gran sacrificio, que genera problemas de salud y de familia, y que carece de estabilidad económica, hechos que te generan dudas sobre si debes continuar en esto.
Este premio es un respiro, ya que me demuestra que estoy haciendo bien las cosas. Incluso, los miembros del colectivo estuvieron enterados de este logro y en la toma de protesta del nuevo Gobernador me abrazaron y compartieron el triunfo conmigo.
Me llena de orgullo haber sido premiado en este certamen y espero que esto abra más puertas a generaciones jóvenes de reporteros que egresan de la Facico.
La Universidad Veracruzana es un referente indiscutible dentro de este premio, ya que la actual presidenta del jurado, Tere Arroyo, es académica de la Facico; Guadalupe Mar, docente de la misma entidad, ya presidió este jurado en el pasado.
En medio de todos los retos y contratiempos que implica ser periodista, ¿qué es lo que te motiva a ejercer esta profesión?
Lo que más me motiva es la causa que he tomado, desde mis inicios me incliné por el lado de las víctimas y pude ver que existen incontables casos en los que si el periodista no se hace partícipe del problema –contrario a lo que nos enseñaron en la vieja escuela– no logra formar un vínculo con las personas afectadas.
Al periodista no le cuesta nada sentarse con ellos, acompañarlos y escribir sobre aquello que les afecta. Para mí la razón de ser del periodismo es servir a las personas que no tienen voz.
¿Qué consideras que es necesario para ser un buen periodista?
Para ser un buen periodista debes ser un buen ser humano. Este lado lo reforcé con los valores familiares y lo que aprendí en la Universidad.
Una recomendación para mis compañeros más jóvenes es que se especialicen en algo que les apasione, para que así logren ser los mejores.
Quiero transmitirles un mensaje de aliento a las nuevas generaciones de periodistas en formación de la UV, que no están seguras si quieren dedicarse a esta profesión. Deben tomar y aprovechar las herramientas que les da la Universidad, que son muchas.
Yo vengo de una familia muy humilde de Río Blanco, Veracruz, que incluso dudó sí podría costear mi carrera, y en la UV encontré oportunidades para ser becado.
Existen muchas maneras de superarse y elegir el periodismo como una manera de vida laboral, espero que se sumen a la nueva generación de profesionales de la comunicación y pongan en alto a la UV y Veracruz.
Carlos Hugo Hermida Rosales/Prensa UV