En esta parte final de la conversación, Ana Lucía Ramírez nos habla de la formación y la trayectoria de foro teatral Área 51, del que es fundadora.
El olor a chicle Trident
Y hoy todo va a salir bien.
Porque hoy quiero hacer las cosas bien.
Y entonces, las cosas tendrán que salir bien.
Porque así es esto.
A todos nos pasa.
Una vez en la vida.
Pero nos pasa.
Si les ha pasado, lo sabrán.
Si no, entenderán de qué se trata
cuando de pronto el cielo tenga
olor a chicle trident.
Entonces.
Y sólo entonces,
será su día. Nunca falla.
(Ana Lucía Ramírez.
Hikari: una poderosa
máquina de velocidad)
Soy, predominantemente, dramaturga y actriz, pero me dedicado a hacer gestión y producción porque también es necesario aprender a mover tus cosas y estar haciendo la chamba que está atrás, no me encanta pero es algo que, al menos en esta realidad que vivimos como artistas independientes, es necesario hacer porque si estamos esperando a que nos llamen, tal vez no suceda o tengamos poco trabajo, o tal vez no, pero no hay como generar tus propios proyectos.
Como te comentaba, teníamos Tres Colectivo Escénico y Morgan tenía La Talacha Teatro, generábamos nuestros propios proyectos pero no teníamos un espacio de creación, entonces decidimos buscar un lugar de ensayo y para presentarnos, así empezó Área 51.
Posteriormente, nos dimos cuenta de que también había necesidades, tanto de nuestro grupo como de nuestro entorno teatral, y empezamos a traer a gente para que diera talleres de profesionalización, porque vimos que terminas la carrera en la Facultad de Teatro y ya no hay opciones aquí para seguirte formando o seguir investigando. El primer taller que se dio fue el de Richard Viqueira, todavía no había nada en el foro, estaba pelón, creo que ni siquiera estaban revocadas las paredes, el piso era de cemento, acababan de poner los baños, era una bodega. Decidimos empezar así y con ese taller nos dimos cuenta de que necesitábamos poner duela porque si no, se nos iban van a pelar las rodillas y a los demás también (risas).
Pusimos la duela y le metimos las graderías de Demetrius, eran unas gradas muy pequeñas pero nos servían para poner sillas, después pusimos una gradería más en forma. Entre todos pintamos, entre todos construimos, Morgan, que tenía más idea de las cuestiones técnicas, nos decía esto por aquí, esto por acá. Fue un trabajo en equipo muy bonito, nos unimos no solamente para crear sino también para generar un espacio no solo para nosotros, también para otros, y ahora tenemos una programación constante.
En febrero cumplimos seis años de haber abierto ese espacio, ha sido difícil porque cuando iniciamos no teníamos subsidio, éramos seis socios y los seis pusimos una aportación de capital para poder empezar, después nos dieron un apoyo del Fonca que se llama México en Escena, lo tuvimos durante dos años, nos lo quitaron y ya llevamos otros dos años sin apoyo, y sí es complicado trabajar así.
Muchos dicen es que solo programan lo que ustedes hacen, pero no es así, aunque no somos una institución, sacamos una convocatoria semestral y de las carpetas que nos llegan, elegimos lo que creemos que funciona más para nuestro espacio y para la programación que hemos venido generando. Nos hemos enfocado a obras que sean un poco más contemporáneas, que sean de autores jóvenes que están empezando, también tenemos una programación para directores emergentes, hemos tenido vinculación con el Festival de la Joven Dramaturgia, ya se hace en Xalapa una extensión del Festival. Hemos tenido teatro escolar, juntábamos a las escuelas, lo hicimos una sola vez con apoyo y de ahí lo empezamos a hacer nosotros por nuestra cuenta. También hemos albergado a los festivales Adultíteres y Teatro en la Alacena. Tuvimos, también, una vinculación con los del DramaFest. Tenemos nuestro propio Festival de Unipersonales, lo hacemos, Karina [Meneses] y yo, cada año, esta va ser la cuarta edición. Hasta ahora, ha sido nacional, esta vez lo vamos a internacionalizar, traemos una obra de Argentina. Va a ser del 10 al 16 de diciembre.
Hemos tratado de generar redes porque creemos que es importante vincularnos con otras compañías independientes del país, eso nos beneficia a nosotros pero también al gremio pues pueden ver obras que se presentan en otros estados, tener autores cercanos, el año pasado, por ejemplo, trajimos a Dramaturgia Mexicana, es una página en la que hay textos míos y también de otros autores xalapeños que fueron a esa charla y ya están en la página, entonces, creo que está padre
Tenemos servicios sociales y a veces, algunos chavos de preparatoria van de voluntarios, queremos que sea su espacio y que en algún momento, también ellos puedan crear y generar sus proyectos dentro de nuestro foro. Trabajar en el foro les abre la visión del teatro porque lo ven desde atrás, aprenden a hacer parcheos, a poner un foco, a hacer un cableado, a ver las otras necesidades que no conocerían si no estuvieran metidos ahí. Este año, unos chavos del Cobaev que hicieron el servicio social con nosotros, entraron a la Facultad de Teatro.
Estrambote
Yo vivo del teatro, hace unas semanas di una charla en el CUT [Centro Universitario de Teatro, UNAM] de dramaturgia mexicana y nos preguntaban, a las que estábamos ahí, ¿se puede vivir de la dramaturgia? y dije no sé si se puede vivir de ser dramaturgo solamente pero del teatro claro que se puede vivir, siempre encuentras cómo moverte, cómo ir jalando de dinero de un lado o del otro, metiendo becas o presentando tus obras, vendiéndolas, como siempre, unas pegan y otras no, pero es una carrera de resistencia.
PRIMERA PARTE: Una poderosa máquina de teatralizar
SEGUNDA PARTE: Y el sueño me fue llenando