Después de la decepcionante administración del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, que afortunadamente sólo fue de dos años, los veracruzanos –más de un millón 600 mil– que votaron por MORENA en las elecciones de julio pasado mantienen altas expectativas en la gestión de Cuitláhuac García Jiménez, por lo que el mandatario morenista está obligado a cumplirle a sus conciudadanos y también a su jefe político, el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo arrastre popular impulsó su candidatura para vencer de manera contundente a Miguel Ángel Yunes Márquez, de la alianza PAN-PRD-MC, quien tuvo todo el apoyo y recursos del aparato del gobierno estatal encabezado por su padre.
Como era de esperarse, en la integración de su gabinete Cuitláhuac ha incorporado en los principales cargos a sus correligionarios, los cuales, salvo algunas excepciones, carecen de oficio y experiencia en la administración pública. Quién sabe qué plazo les dará el gobernador para superar la curva de aprendizaje. Sin embargo, por la crítica situación en que le dejaron el gobierno y el estado, García Jiménez tampoco puede ser tan paciente ni tolerante, pues una vez agotada la cíclica luna de miel de cada inicio de sexenio, la ciudadanía veracruzana va a empezar a exigirle resultados en todos los ámbitos.
Por lo mientras deberá estar atento para sofocar de inmediato todo tipo de fueguitos que le vayan brotando, pues no es posible que ante otros problemas tan complejos como el de la inseguridad pública y el déficit financiero, todavía tenga que lidiar con situaciones menores como las que han comenzado a darse en el sector educativo, cuyo titular Zenyazen Roberto Escobar García, en vez de conciliar, arremete contra sus ex compañeros de lucha del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano, los cuales lo expulsaron hace tres meses acusándolo de haber usado al MMPV para sus fines políticos.
Pero a la toma de las Delegaciones de la SEV en Córdoba, Orizaba y Poza Rica, se han sumado otras situaciones que igualmente le competen al “Tarzán” Escobar García.
Uno de estos casos es el del CONALEP-Veracruz que dirige José Guillermo Arévalo Owseykoff. Ahí, un grupo de empleados que acaban de ser despedidos injustamente por las nuevas autoridades, amenazan con iniciar marchas y recurrir a instancias legales para denunciar los atropellos de un funcionario de nombre José Antonio González Sampieri, quien anteriormente ya había laborado en esa dependencia educativa pero fue despedido luego de que presuntamente se detectaran serias irregularidades en el área de inventarios que tenía a su cargo.
Según se sabe, luego del cambio de gobierno, el director del CONALEP-Veracruz despidió a más de 30 trabajadores que tenían muchos años de colaborar en la institución, entre ellos adultos mayores y personas con discapacidad, y sus lugares fueron ocupados desde hace unos días por jóvenes mujeres.
Los trabajadores despedidos han amagado con acudir incluso a la Ciudad de México para entrevistarse con el presidente López Obrador y pedirle que haga cumplir en Veracruz su promesa de respetar los derechos de las personas mayores y los discapacitados.
Por lo mientras, ha trascendido que preparan una denuncia colectiva ante la Junta de Conciliación y Arbitraje así como ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos por los malos tratos recibidos.
¿Durmiendo con el enemigo?
Por cierto, nos dicen que, al parecer, el flamante secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar García, está durmiendo con el enemigo, pues resulta que algunos de los personeros encargados de los tranzas durante la gestión del yunista Enrique Pérez Rodríguez… ¡cayeron para arriba!.
Nos mencionan el caso de Marco Antonio Cruz, quien quedó a cargo del Departamento Normativo y de Control Docente, el cual es señalado como uno de los presuntos operadores para la “basificación” de los yunistas y quien alardea que continuará haciendo de las suyas en virtud de que seguirá “con el mismo poder”.
Si Zenyazen no está enterado, entonces es posible que alguien de su equipo le esté jugando las contras. Así de grande debe estar el negocio de la presumible venta de plazas.
Encerrona priista
Este miércoles hubo una encerrona de priistas veracruzanos en el CEN del PRI.
Según trascendió, asistió el presidente del CDE, Américo Zúñiga Martínez; diputados federales, locales, los líderes de los sectores –con excepción de Juan Carlos Molina Palacios, de la CNC, quien andaba en Santiago Tuxtla con la comisión de diputados para destrabar el conflicto que mantiene tomado el palacio municipal– y los aspirantes a la dirigencia estatal: el ex delegado del IMSS, Antonio Benítez Lucho; la ex alcaldesa y ex diputada de Minatitlán, Guadalupe Porras David, y, entre otros, el ex dirigente municipal y ex regidor del puerto de Veracruz, Raúl Díaz Díez, muy cercano a la ex gobernadora de Tlaxcala y actual senadora, Beatriz Paredes Rangel.
En esa reunión les fue presentado el nuevo delegado del Comité Ejecutivo Nacional, Hugo Contreras Zepeda, ex presidente de la mesa directiva del Congreso local de Jalisco y ex candidato perdedor del PRI al Senado de la República en la elección federal de julio pasado.