Martínez de la Torre, Ver.- Muerte, violencia e inseguridad es lo que marcará el final del 2018, primer año de la administración municipal, encabezada por el alcalde panista José de la Torre Sánchez, quien -desde que fue electo hasta la fecha- sólo se ha dedicado a simular trabajo para mejorar este y otros rubros que son de su responsabilidad, en los cuales prometió que habría mejoras significativas, pero no ha cumplido.
Como olvidar aquellas portadas del 24 de enero, en las que -en boletines pagados- el edil prometió que, con 18 patrullas y 150 policías, se “blindaría” a Martínez de la Torre, un municipio que hoy se coloca entre los más violentos de Veracruz, debido al desmedido incremento en ejecuciones, secuestros, extorsiones y robos a mano armada. Algunos de estos delitos se han registrado en pleno centro de la ciudad.
En sus primeras publicaciones, el alcalde José de la Torre (a) “Pe-pillo”, acompañado de su síndica y regidores, prometió conformar una policía con elementos certificados suficientes y mantener coordinación con las fuerzas del Gobierno Federal y Estatal para fortalecer la seguridad, a fin de que los que quisieran irrumpir la calma en el municipio lo pensaran dos veces. Hoy esa promesa ha quedado lejos y casi inalcanzable.
La policía es reprobada por la sociedad, son alrededor de 60 elementos (repartidos en dos turnos) para cuidar diariamente a más de 115 mil martinenses, algunos sin certificación oficial. Pero por si eso no fuera poco, hay que recordar que la corporación está manchada, pues al inicio de la administración cuatro uniformados y un asesor jurídico fueron sorprendidos atracando comercios, uno murió al enfrentarse con estatales y los otros quedaron detenidos, pero recientemente recuperaron su libertad.
De por si deleznable el delito de robo, cuando lo cometen integrantes de la policía municipal se convierte en una atrocidad, un acto de ruindad sólo visto en la humanidad entre los peores sátrapas de la historia, es alta traición. Pero a un juez de Misantla le pareció que no había pruebas suficientes y precisamente este martes se anunció -en medios locales- que los ex integrantes de la municipal estaban libres y, tal vez, listos para seguir afectando a la sociedad.
Pero aquí hay otras agravantes, ya que existen indicios, sospechas, signos inequívocos de que De la Torre mantiene “maiceado” al cabildo, pues ningún regidor se atreve a señalar las anomalías que todos los martinenses ven y que sólo la quincena, los bonos y las dádivas hacen que ellos cierren los ojos y la boca. Prometieron crear una “Ciudad de Oportunidades” que hoy es más de “Oportunistas”, que cualquier otra cosa.
La supuesta estrategia, está claro que no ha funcionado, y eso lo demuestran las cifras del Registro Civil, en las que se enlistan casi 800 muertes en el año, por lo menos dos centenas han sido violentas, en este reglón están incluidas decenas de ejecuciones que -a la fecha- no han sido esclarecidas. Mientras tanto, las familias afectadas por la alta tasa de criminalidad siguen con el dolor y la sed de justicia; la autoridad no les ofrece nada.
Seguramente, en su “informe de labores” el alcalde José de la Torre hablará de este tema, pero es casi indudable que tendrá que mentir, pues -hasta hoy- lo único que puede presumir, si es que se atreve, es el haber reinstalado un mini-puesto de control, en la zona conocida como “El Mayoral”, el cual sólo sirve de parapeto, pues no hay revisiones, ni una estrategia bien diseñada; los policías se activan cuando hay presión social, con sus conos naranja en la carretera fingen estar trabajando.
Pepe no da una en seguridad, las redes sociales lo han castigado enérgicamente, los ciudadanos se le han manifestado para exigir tranquilidad y algunos medios -de impacto estatal- hasta lo han relacionado y colocado como líder delincuencial. Sin embargo, todo parece indicar que las cosas seguirán igual o peor en el 2019. El alcalde, simplemente, ha demostrado no tener ningún interés en que este rubro mejore.
Lo que ahora muchos también se pregunta es. ¿Dónde quedó esa relación con el ex Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares?, quien -en sus dos grises años de administración- no volteó a ver a Martínez de la Torre, no le importó ni la gente ni su presunto amigo; ninguna obra, ninguna acción, ni siquiera pronunció el nombre del municipio para suponer que había alguna empatía con los martinenses, sólo en una ocasión llegó a prometer cámaras de video-vigilacia que jamás colocó.
Para terminar con esto, es preciso mencionar que algunos de los pocos policías que hay activos se están ocupando para custodiar camiones repartidores de la empresa abarrotera del alcalde, sobre todo cuando tienen que ir a dejar productos a municipios serranos, tal y como lo hizo en sus dos pasadas administraciones. Es decir que Pepe de la Torre nuevamente está haciendo del palacio municipal una sucursal de “Súper 2000” y “Abarrotes del Centro”. De este tema, hablaremos pronto, con más detalles y contundentes pruebas.
Gilberto Viveros/Avc