Más o menos a la hora en que los maestros le gritaban lindeza y media al titular de la Secretaría de Educación Enrique Pérez Rodríguez, durante su comparecencia en el Congreso, el gobernador Miguel Ángel Yunes inauguraba el puente de Las Amapolas en el puerto de Veracruz. El más largo, ancho y transitado del estado (78 mil vehículos diarios), según dijo.
Aunque puente, puente, lo que se dice puente no lo es; no cruza ningún río. Es más bien un desnivel entre Las Amapolas y Nuevo Veracruz que permitirá agilizar el tráfico al poniente del puerto.
Como quiera que sea, sin duda será uno de sus legados, junto con el puente de Ojite y el Hospital Infantil.
Tres obras llamativas en dos años, más carreteras y caminos. Acaso un aula por aquí, una escuela por allá y…
Hablando de escuelas, Enrique Pérez Rodríguez dijo a los diputados que de las 24 mil 119 que existen en la entidad el 4.82 por ciento, es decir, mil 163 planteles, no tienen agua potable.
Agregó que el 10.56 por ciento, esto es, unas 2 mil 547 escuelas, carecen de energía eléctrica. El 10.17 por ciento, algo así como 2 mil 253, no tienen drenaje ni fosa séptica y el 0.18 por ciento, unas 44 escuelas, tienen pisos de tierra.
A reserva de investigar esto último (apostaría a que son muchísimo más los planteles con piso de tierra) uno se pregunta ¿qué rayos hizo don Enrique en dos años que no pudo evitar que esas escuelas (6 mil aproximadamente) carezcan de agua, energía eléctrica y baños?
De los millones que se robaron Duarte y su banda y que recuperó su jefe Yunes Linares ¿no alcanzó para otorgar esos servicios a algunos de esos planteles?
Si no hubiera dinero se entenderían las carencias, pero el dinero sobra. Y tan sobra que la SEV se ha convertido desde hace años en la cueva de Alí Babá. De ahí sale dinero para todo: para las campañas, para darle su muy buena mochada a los líderes magisteriales y para mantener a cientos de aviadores.
Veracruz es de los cinco estados que más recursos reciben para el rubro de la educación. Pero hay escuelas que están en un potrero, debajo de un árbol o cerca de un basurero. Las hay hechas con láminas de asbesto, cartón o tablas.
Cuando fue secretario de la SEV, Adolfo Mota Hernández presumió que Veracruz era la entidad con más telesecundarias en el país y el dato era correcto; había 536. Pero un reportaje de la periodista Denise Maerker sacó a la luz que la gran mayoría carecían hasta de lo más elemental.
Con esas escuelas se cometió un mega fraude del que nadie ha resultado responsable, pero quizá lo peor es que siguen en las mismas condiciones.
Esas son las escuelas que hay en la entidad.
Yunes presume puentes, hospitales, carreteras y qué bueno que los hizo; después de todo para eso se le paga. Pero, ¿qué con los miles de niños que sufren por la falta de un espacio digno para recibir sus clases? ¿Qué con los maestros que tienen que impartir sus enseñanzas en sitios parecidos a chiqueros? ¿Qué con 6 mil escuelas arruinadas?
Sin retórica, urge rescatar a Veracruz del rezago educativo y otorgar a las escuelas la necesaria infraestructura; urge y urge ya. Pero ¿quién lo hará?
Al salir de la comparecencia, después de escuchar la sarta de mentiras que dijo el titular de la SEV Enrique Pérez Rodríguez, un colega me dijo: “Si Yunes hubiera cumplido en dos rubros: seguridad y educación, otro gallo le estaría cantando a su hijo el candidato. Sin duda sería él y no Cuitláhuac (García Jiménez), quien estaría a días de recibir el gobierno estatal de manos de su señor padre”.
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