Los abrazos puede ser una de las necesidades humanas más importantes en nuestra interacción con los demás. Esta acción puede resultar de gran utilidad para contrarrestar la depresión y el estrés ocasionados por los problemas de la vida actual, que pueden repercutir con efecto negativo en la salud física y emocional de quienes los padecen.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés), está demostrado que el acto de abrazar reduce la segregación de cortisol, la hormona que nuestro organismo libera ante situaciones estresantes.
Para este nuevo estudio, liderado por la Carnegie Mellon de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, los investigadores entrevistaron durante 14 días seguidos a más de 400 hombres y mujeres, con la finalidad de averiguar de qué manera se desarrollaban sus conflictos, cómo afectan sus sentimientos o estado de ánimo y, sobre todo, de qué manera podían repercutir los abrazos en este proceso.
Se les realizaron preguntas como: ¿Alguien te ha abrazado durante el día?, ¿Has sentido conflicto o tensión con alguien hoy?, ¿Cuántas interacciones sociales has tenido hoy? y ¿Cuál ha sido tu estado de ánimo general durante el día?
El efecto de los abrazos
Las conclusiones obtenidas a partir de estas entrevistas apuntaron que aquellos que habían tenido un conflicto ese día, no se vieron tan negativamente afectados si habían recibido un abrazo. Es por ello que, a raíz de los resultados obtenidos, los investigadores avalaron la hipótesis de que los abrazos pueden entenderse como un mecanismo para “amortiguar” los cambios perjudiciales surgidos tras un conflicto.
De acuerdo con la investigación, publicada en la revista PLOS ONE, recibir un abrazo el día del conflicto está asociado con una menor disminución de las emociones positivas y un menor aumento de las emociones negativas. El abrazo será más efectivo si se recibe de alguien con el que existe un vínculo afectivo ya sea una pareja, familiar, amigo, etc.
En el momento exacto en el que abrazamos a alguien, nuestro cuerpo libera oxitocina: una hormona que juega un papel clave en el desarrollo de sentimientos como el amor o el afecto. Paralelamente, también se liberan otras hormonas de la felicidad como la serotinina y la dopamina.
Con información de Muy Interesante