Los últimos diez meses del gobierno de Javier Duarte fueron de pesadilla para campesinos, empresarios, maestros, jubilados, madres solteras y un largo etcétera. Y es que los apoyos de la Federación dejaron de llegar junto con el dinero para sueldos y pago a proveedores.
Este cuento lo propagaron los jilgueros duartistas hasta que la propia Federación comprobó, papelito en mano, que esos recursos se habían enviado en tiempo y forma.
Como quiera que sea Duarte no soltó ni un peso. Una investigación seria que se hiciera, demostraría que esos cientos de millones de pesos fueron a parar a sus alforjas de bandido.
Lo anterior viene a colación porque los recursos federales que llegaban puntualmente a las 589 guarderías veracruzanas que dependen de la Sedesol, se pararon en octubre. Ese recurso se manda a mes vencido, es decir, a principios de febrero llega el recurso de enero, así como a principios de noviembre tendría que llegar el de octubre pero no llegó.
Los focos rojos se encendieron cuando las encargadas de las guarderías comprobaron que Veracruz es la única entidad donde no se han entregado esos apoyos que sirven para dar atención a 23 mil niños y además, para cubrir gastos de energía eléctrica, agua, renta de edificios y el sueldo de quienes ahí laboran.
Marina Parra Zepeda, responsable de una de las estancias dijo que junto con otras compañeras se trasladó a la Ciudad de México para saber el motivo del retraso, y les informaron que el recurso se mandó en tiempo y forma a la Delegación de la Sedesol de Veracruz.
¿Y?
Pues que han tratado de hablar con la delegada Anabel Ponce y se ha negado a recibirlas.
La negativa de la funcionaria despierta suspicacias. Y es que estamos hablando de varios millones de pesos que estarían bailando por ahí. Sólo en atender en todos los aspectos a 23 mil niños el gasto que hay que cubrir es de más de 21 millones.
En abril de este año Anabel Ponce fue nombrada delegada de la Sedesol en Veracruz en sustitución de Anilú Ingram. Pero a diferencia de Anilú que siempre estuvo al pendiente de que los apoyos fueran canalizados a las instancias correspondientes, el trabajo de Anabel ha dejado mucho qué desear.
Mientras Anilú tenía una excelente relación de trabajo con el Secretario de la Sedesol, con subsecretarios, directores y delegados de la dependencia, relación que redundaba en que los apoyos para Veracruz fluyeran a tiempo, Anabel no tiene trato con el actual titular de la Sedesol, Eviel Pérez Magaña (quien le tomó la protesta), y mucho menos con funcionarios menores.
Independientemente de lo anterior, el dinero para las estancias infantiles ya está -al menos así me lo dijo una fuente cercana a la delegación- el problema son tecnicismos burocráticos que han empantanado la entrega porque alguien de la misma delegación no está haciendo bien su chamba.
Bueno sería que en lugar de estar en otros menesteres, Anabel investigue el porqué del atorón y realice los trámites necesarios para que los recursos lleguen cuando antes a las guarderías.
Faltan cinco días para el cambio de poderes tanto a nivel federal como estatal, y si en ese tiempo no se soluciona el problema ya no se arreglará hasta en dos o tres meses.
Esto sería lo más parecido a un crimen contra 23 mil niños veracruzanos. Un crimen que invariablemente le achacarían a Anabel Ponce, porque es casi seguro que contra ella vaya la bronca.
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