El hallazgo hace cinco días del cuerpo de una persona –a quien su madre identifica como el verdadero “Richy”- vino a poner en evidencia el montaje que realizó la Fiscalía General del Estado el día que asesinaron a la joven Valeria Medel, hija de la diputada federal Carmen Medel Palma, un crimen que conmocionó al país.
El día 8 de noviembre, mientras Valeria –una joven de 22 años, estudiante de medicina de la Universidad Veracruzana- se ejercitaba en un gimnasio de Ciudad Mendoza, un sicario entró al establecimiento para asesinarla. Eso es lo único de lo que hay certeza.
Es un afán por sacudirse el escándalo nacional, el gobernador informó esa misma noche que la Fiscalía había resuelto el caso. Que había testimonios de lo sucedido en el gimnasio, que estaba confirmada la identidad del asesino y que éste ya estaba muerto, por tanto, el crimen estaba aclarado. La celeridad de la investigación y las pruebas aportadas no convencieron a nadie. Todo fue una mentira.
Dos semanas después, el saldo son tres homicidios, ningún presunto responsable, ningún detenido, cuatro sospechosos liberados por falta de pruebas, y una estela de dudas sobre la actuación criminal de la Fiscalía General del Estado, quien en su urgencia por resolver el caso, habría incurrido en delitos graves. Entonces, ¿quién mató a Valeria?
Si el cuerpo encontrado ese mismo día, ejecutado supuestamente en el vehículo que se utilizó horas antes para cometer el homicidio de la joven estudiante, no era del “Richy”, entonces, ¿de quién es? ¿Qué hacía con el vehículo que señalaba la Fiscalía como involucrado? ¿Por qué las autoridades no realizaron un protocolo de investigación para el reconocimiento de la persona asesinada?
Según la falsa historia oficial, el “Richy” habría confundido a Valeria con otra persona vinculada a la delincuencia organizada y que de ello habría derivado el crimen. En represalia por el error, el propio cártel para el que trabajaba el joven sicario se habría encargado de ejecutarlo horas más tarde.
Días después, el propio cártel se encargó de desmentir la historia de la Fiscalía –hecha pública a nivel nacional por el propio Gobernador del Estado-, acusando que se trataba de un montaje y que los responsables eran precisamente mandos de la policía municipal de Ciudad Mendoza y la propia policía estatal. Hasta ahora, el señalamiento de la delincuencia parece más creíble.
Hoy jueves, el caso dio un giro inesperado. Fuentes de la Fiscalía dieron a conocer que hace cinco días encontraron un cuerpo –en avanzado estado de descomposición- en el municipio de Maltrata. Los restos habrían sido reconocidos por la madre del verdadero “Richy”, a razón de la ropa que vestía y una serie de tatuajes en varias partes del cuerpo. Entonces, ¿quién mató al “Richy”?
Ya no hay dudas sobre la falsedad de la versión oficial. Las dudas ahora recaen sobre la cadena de pifias, errores y delitos en los que habría incurrido la Fiscalía del Estado.
Hay muchas preguntas sin responder. ¿Por qué el Fiscal ocultó la verdadera identidad de la persona que fue asesinada el mismo día de la muerte de Valeria? ¿Por qué nunca se dijo que el “Richy”, al menos hasta ese día, seguía con vida? ¿En realidad fue el “Richy” el asesino de Valeria o sólo fue el chivo expiatorio? ¿Será acaso que la confusión no fue del “RIchy” –o de quien haya matado a la joven-, sino de los elementos encargados de desaparecer la evidencia?
Ahora que sabemos que el “Richy” no era el “Richy”, la Fiscalía ¿intentará convencernos de que se trató de otra confusión y que los delincuentes mataron a la persona equivocada en el vehículo correcto? Ante la farsa, la intervención de la Procuraduría General de la República (PGR) se hace cada vez más necesaria.
Hasta la mañana de este jueves, ni el Gobernador ni las autoridades de la Fiscalía se habían pronunciado sobre el tema. El caso sigue peor que el primer día y la versión que se difunda en cualquier momento no será digna de crédito. En el caso de la familia –particularmente la diputada federal que hoy asistirá a la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados- tampoco ha hecho ningún comentario al respecto.
Toda esta historia explica por qué la familia de Valeria nunca quiso tener trato directo con el Fiscal. Durante los servicios funerarios fue ignorado y aborrecido, a sabiendas de que la versión oficial había sido fabricada desde un escritorio y no como resultado de una verdadera investigación ministerial.
Jorge Winckler se aleja cada vez más de la verdad y está cada vez más cerca de la cárcel.
Las del estribo…
- En cualquier otro gobierno, el Fiscal del Estado hace mucho que habría dejado el cargo y tendría que estar sujeto a proceso. Sin embargo, el gobernador Miguel Ángel Yunes ha decidido pagar el costo político de mantenerlo como un empleado más de su administración. Como hace dos años, la transición de gobierno se realizará en medio de la tormenta.
- Lo del agua al agua. Lo que hayan pagado los presidentes municipales porque la Comisión de Vigilancia de la anterior Legislatura les limpiara la Cuenta Pública 2017 no sirvió de nada. El grupo Parlamentario de Morena se alista para levantar la alfombra y descubrir todo la suciedad que ahí se esconde. Si pensaban que la habían librado, ahora tendrán que hacer otro guardadito sólo que para pagar a sus abogados.