A partir del gobierno de Vicente Fox Quesada, México pasó de tener ciudadanos desnutridos flacos a desnutridos obesos y diabéticos, criticó la actriz, guionista, productora y activista social Ofelia Medina. “Me emociona estar en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, dado que ahora todo está tan chueco. Hay que ir con el derecho por la izquierda”, dijo ante el cúmulo de académicos, estudiantes y público en general.
Ofelia Medina participó en la Cátedra de Excelencia “Aureliano Hernández Palacios” –quien fuera destacado jurista, académico, literato, juez, magistrado y rector de esta casa de estudios–, el 14 de noviembre, con la conferencia “La conciencia ciudadana, una responsabilidad que impone acciones solidarias”.
De acuerdo con sus palabras, se trató de la primera participación en su vida en una cátedra universitaria.
La actriz compartió anécdotas de su vida, desde cómo se inició en el activismo, precisamente con la defensa del indígena Zósimo Hernández, acusado y encarcelado por, presuntamente, haber asesinado a un cacique en la sierra de Huayacocotla, hasta la creación del Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México.
Recordó que en 1990 lograron un diagnóstico al respecto, cuyo principal resultado arrojó altos índices de desnutrición en la población mexicana. Por ello, desde entonces y hasta la fecha, con tal fideicomiso, tiene en marcha un programa de alimentación basado en la recuperación del amaranto.
La conferencista expresó indignación ante la precaria alimentación de la sociedad mexicana, pese al valioso legado culinario prehispánico, basado en maíz, frijol y amaranto. “Ahí andamos tomando leche Nestlé, yogurt Danone, porque sale en la tele, y nadie se come una alegría (dulce a base de amaranto y miel) ni se la da a sus hijos”.
Señaló que el gobierno mexicano, en lugar de hacer un programa en cumplimiento al derecho alimentario para las mujeres desnutridas, las induce a que suministren fórmula láctea a sus hijos y les inhibe la lactancia materna “para convertirlas en esclavas de la leche en polvo Nestlé”. Fue en ese momento que destacó: “Somos esclavos de las transnacionales, que nos venden mierda en vez de alimentos y que nos estupidizan. Comer mierda te hace pensar mierda. Estoy convencida de que uno es lo que come y si comes basura, piensas basura”.
La actriz cuestionó a los universitarios por no exigir al próximo gobierno un programa de emergencia alimentaria para 30 millones de mexicanos que viven en la miseria extrema, indicador que va más allá de la pobreza: “Antes de hacer un tren o un aeropuerto, creo que es necesario hacer un programa de emergencia alimentaria para 30 millones de mexicanos, no un aeropuerto para burgueses y para que nos traigan un turismo que nos va a acabar y sólo deja basura, miseria y nos vuelve esclavos”.
Ante la “terrible” situación que vive el país, consideró necesario conmovernos, apasionarnos y actuar. “Si no hacemos algo como un programa de emergencia alimentaria para 30 millones de personas, a nuestro país no le crece nada, más que un tentáculo: las corporaciones internacionales”.
Para ella, son indignas acciones como las de la reciente marcha denominada “fifí”, donde ciudadanos reclamaron no impedir la modernidad, en referencia a la cancelación del nuevo aeropuerto que se edificaría en Texcoco. “¿La modernidad es un aeropuerto? ¡Qué moderno es este país, en el que se mueren 50 mil niños y te vale madres! ¿Ésa es la modernidad que queremos, ser indiferentes al dolor y la muerte?, pues yo no quiero ser moderna, yo no quiero ese desarrollo. Que a México le crezca ese tentáculo de aeropuertos, trenes y transnacionales no es crecimiento”.
Es más, la reconocida actriz acusó que mientras más crece ese tentáculo, más niños se mueren, “y no queremos la cruzada contra el hambre (en referencia al programa nacional), que nada más consistía en Coca-Cola y gansitos; es decir, a partir del presidente (Vicente) Fox nuestro país pasó de ser un país de desnutridos flacos, a un país de desnutridos obesos y diabéticos”.
Precisó que del año 2000 a la fecha, México está clasificado como el país con más niños obesos en el mundo, “porque lo único que toman es Coca-Cola”.
En su opinión, organizaciones de colaboración y ayuda a las personas más necesitadas del país –como la que ella emprendió junto con un grupo de personas desde mediados de la década de 1980– deben seguir, pese a lo complicado que resulta tal labor. “Doy gracias a la vida que conozco en las montañas de Guerrero y son la fuente de mi esperanza. Cuando voy a una comunidad indígena me vuelve el amor a la vida, me vuelve la esperanza. Los invito a que se acerquen”.
La moderación estuvo a cargo de la académica e investigadora de la Universidad Veracruzana Intercultural, Shantal Meseguer Galván. Como parte de la actividad participó Fernando Santiago Vázquez, coordinador de la cátedra, y Tirso Bautista Cárdenas, quien leyó en náhuatl una reseña de la actriz escrita por el primero.
En el presídium también estuvieron presentes Bertha Alicia Ramírez Arce, secretaria Técnica de la cátedra, y Esther Hernández Palacios, coordinadora de la Unidad de Género de la UV e hija del homenajeado.
El inicio de la actividad fue acompañado por un trío de son huasteco.
Karina de la Paz Reyes Díaz/Prensa UV