Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, advirtió que México enfrenta una grave epidemia de obesidad infantil y al mismo tiempo aseguró que la población joven que debe constituir el bono demográfico y productivo del país ya padece enfermedades asociadas con el síndrome metabólico, como consecuencia del nuevo sistema nutricional.
Durante su intervención, el jueves 8 de noviembre, en el Simposio Científico “Controversias en nutrición y alimentación”, realizado por la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV), destacó el alto impacto económico de esta problemática pues hoy los jóvenes padecen diabetes, hipertensión y demandan más atención y servicios médicos de los que pueden financiarse.
“Hablo de esa población que tenía que integrarse al mercado laboral e impulsar el desarrollo nacional con el bono demográfico.”
En un panel realizado en la sala de videoconferencias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI), el experto discutió las controversias en nutrición y alimentación, junto con Rubí Viveros Contreras, adscrita al Instituto de Ciencias Básicas de la UV, y Abril Ramírez Higuera, responsable del Laboratorio de Bioquímica de la Nutrición, en la Unidad de Investigación y Desarrollo de Alimentos del Instituto Tecnológico de Veracruz.
Por lo anterior, destacó que de ahora en adelante las políticas públicas que lleguen a asumirse deben ser esperanzadoras y eficientes para concienciar a la sociedad, hacer racional el sistema alimentario y producir alimentos saludables.
Dejó ver la persistencia de la desnutrición en las primeras etapas de la vida, pero cuando la obesidad se implanta en esa población el daño metabólico llega a ser mayor.
“Las cifras de enfermedades por daño metabólico son preocupantes, cada día hay nuevos y más precoces casos de diabetes e hipertensión.”
Mencionó que el daño metabólico por obesidad en la población mexicana afecta todo el organismo, al sistema hepático, renal y neurológico. Además de generar ceguera y amputaciones, ha desbordado la capacidad del sistema de salud.
“Es imposible que tenga la capacidad financiera y de atención para toda esta masa de daño a la salud. La solución no está en reparar el daño sino en prevenirlo.”
Tras impartir una charla relacionada con el efecto de los ácidos grasos sobre el síndrome metabólico, Abril Ramírez aseguró que el problema de obesidad debe abordarse de manera integral, a través de redes que consideren todos los enfoques.
Desde su área de conocimiento, dijo, se pueden aportar evidencias a nivel de laboratorio que dan soporte a las dietas que los nutriólogos trasladan a los humanos. Asimismo, los expertos implicados en el área médica también pueden incidir en políticas de salud.
No obstante, lamentó que en esta lucha no exista apoyo de empresas transnacionales y refresqueras, quienes por el hecho de invertir mitigan las acciones a favor.
Comentó que actualmente participa en una red temática de hábitos alimenticios en población adolescente. “No queremos que lleguen a adultos siendo obesos o teniendo marcadores de síndrome, pues una vez que éste se instaura es muy difícil revertirlo y no es posible curar”.
En su participación, Rubí Viveros, quien es maestra en Ciencias Alimentarias y doctora en Alimentos, también resaltó este grave problema derivado de una dieta occidental o alimentos altos en azúcares, bajos en fibra y altos en grasas inflamatorias; es decir, toda la comida rápida que afecta a la población en el aspecto de la microbiota intestinal.
En este sentido, se busca que la información generada por la academia vaya más allá de los artículos publicados, e incida en la toma de decisiones y políticas públicas. “Lo que se pretende es formar grupos, trabajar de la mano y tener mayor voz para plantear estrategias efectivas al gobierno”.
A propósito del primer lugar en obesidad infantil que México ocupa a nivel mundial y el segundo en cuanto a sobrepeso y obesidad en adultos, agregó que también es el país número uno en el consumo de refrescos, lo cual llevará a aumentar la tasa de obesidad.
“Seguramente estamos haciendo algo mal porque esta tasa en lugar de disminuir va a la alza.”
Recomendó que para revertir el daño se requiere de mucha educación en nutrición, desde la familia, las escuelas y en todos los ámbitos.
Claudia Peralta Vázquez/Prensa UV