Pocos han sido los gobernantes de Veracruz que han cerrado sus administraciones políticamente fuertes, a tambor batiente.
Uno de los veracruzanos que podría ubicarse en esta excepción es sin lugar a dudas Fernando Gutiérrez Barrios, quien el 1 de diciembre de 1988 solicitó licencia al Congreso local para separarse de la gubernatura porque había recibido de Carlos Salinas de Gortari la invitación de formar parte de su gabinete presidencial como secretario de Gobernación.
Como ex mandatario estatal, Gutiérrez Barrios sigue siendo bien recordado sobre todo por los adultos mayores del pueblo que gobernó, no obstante que sólo estuvo dos años en el poder, mismo periodo que duró la corta administración del panista Miguel Ángel Yunes Linares, quien en cambio sale en medio de un gran repudio popular por la infinidad de promesas incumplidas.
Don Fernando, a diferencia de Yunes, era un gobernador de palabra. Lo que decía, lo cumplía. Se comprometió a apaciguar Veracruz –un estado que en 1986 recibió bañado en sangre, con capos y caciques que se habían repartido las regiones durante la administración de su antecesor Agustín Acosta Lagunes– y lo cumplió desde su primer año.
Era un gobernante de carácter y decisiones firmes, pero que también se distinguía por su fino y caballeroso trato político.
Uno de sus grandes aciertos fue rodearse además de colaboradores con gran capacidad administrativa y mucho oficio político. Leales, no serviles. Ello lo engrandeció más aún y lo hizo sortear en Veracruz la debacle electoral de la sucesión presidencial de julio de 1988 y salir airoso en los complicados comicios municipales de noviembre de ese mismo año, dos pruebas de fuego claves para que semanas después llegara a la titularidad de la SEGOB.
La referencia se hace porque ahora Yunes, a diferencia de Gutiérrez Barrios, es un gobernador cuya palabra cada vez se devalúa más ante sus gobernados. No sólo falló en su promesa de abatir la delincuencia en los primeros seis meses de su gobierno sino que tampoco cumplió siquiera con nombrar a un militar de alto rango al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, como lo había ofrecido también en su campaña.
Su credibilidad se ha desplomado a tal grado que nadie creyó la versión oficial de su Fiscalía sobre el artero crimen de la estudiante universitaria Valeria Cruz Medel, hija de la diputada federal de MORENA, Carmen Medel, quien supuestamente fue ejecutada en un gimnasio de Ciudad Mendoza por una “confusión”. Ayer, por ejemplo, todos los grupos legislativos de la Cámara baja del Congreso de la Unión, incluyendo el de su propio partido, el PAN, aprobó un punto de acuerdo para que la Procuraduría General de la República atraiga este caso, y se pidió el cese del fiscal yunista Jorge Winckler porque su línea de investigación se ha basado en un “chivo expiatorio” que seis horas después del homicidio apareció ejecutado.
El último desliz de Yunes Linares fue la sorpresiva suspensión de la ceremonia que tenía programada con motivo de su segundo y último Informe de Gobierno, la cual estaba prevista para este jueves 15 en el Teatro del Estado, de Xalapa. Sin embargo, este lunes trascendió que habían comenzado a notificar a sus invitados que se cancelaba dicho evento. La versión que circuló en las redes sociales fue que presuntamente el mandatario habría decidido no exponerse públicamente ante las reacciones de la sociedad, tras los recientes hechos violentos en la entidad. Sin embargo, un par de horas después, el Gobierno del Estado se vio obligado a emitir un comunicado para informar que “por instrucciones” del gobernador Yunes sólo se había cambiado “la fecha del evento relativo a su Segundo Informe de Gobierno, en razón del cúmulo de obras que aún están pendientes de inaugurar en el curso de este mes” y que, “por ello, decidió rendir su informe a los veracruzanos al término del ciclo de su Gobierno, en los últimos días de noviembre”, puntualizándose que “tal y como lo marca la Constitución de Veracruz”, el día 15 de noviembre se presentará ante el Congreso local “un informe escrito acerca del estado que guarda la administración pública”.
Pero esta explicación tampoco casi nadie la creyó, pues ni tiene tantas obras por inaugurar y a los asistentes los habían invitado con cierta anticipación, previo a los últimos hechos de sangre que han tambaleado a su administración. En este comunicado de última hora ni siquiera precisan para qué otro día se ha reprogramado este evento, mismo que muchos dudan que finalmente lo realice.
El último rumor que está generando bastante ruido es el de la renovación de su pasaporte, pues hay quienes aseguran que dicho documento oficial todavía tenía vigencia por un año, por lo que no era necesario que lo renovara todavía, a menos que tuviera planeado estar fuera del país buena parte del próximo sexenio, lo que obviamente ha generado todo tipo de suspicacias, como la que externó públicamente hace una semana el abogado porteño Jorge Reyes Peralta, quien alertó que “Yunes está preparando la fuga, ¡se nos va a escapar!”.
Amado Cruz se alinea
Más que plausible resulta la actitud institucional del diputado local de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, quien finalmente antepuso por encima de sus intereses políticos personales los de su partido a fin de que el grupo legislativo de MORENA, integrado con un total de 26 diputados, asegure durante los tres años de la LXV Legislatura la presidencia de la Junta de Coordinación Política.
Con esta decisión del abogado sureño, el cual la semana anterior encabezaba a un grupo de 7 camaradas que no estaban de acuerdo con el liderazgo del diputado local de San Andrés Tuxtla, Javier Gómez Cazarín, quien a su vez tenía el apoyo de los otros 17 legisladores, los adversarios políticos de MORENA se quedaron chiflando en la loma, pues algunos como Sergio Hernández, coordinador de la bancada del PAN, ya se relamía los bigotes para volver a ocupar esa relevante posición de poder que en la pasada Legislatura les regateó precisamente a los lopezobradoristas que en un principio, por el número de representantes populares que habían obtenido en las elecciones de 2016, les correspondía presidir durante un año de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Legislativo.
Le cumplen a Bahena
Al que sí le cumplieron los de MORENA fue al ex panista Domingo Bahena Corbalá, quien finalmente fue nombrado este martes como Secretario General del Congreso del estado.
La semana anterior se ponía en duda su designación porque supuestamente no cumplía con el requisito de ser abogado de profesión; pero este condicionamiento anterior fue modificado ya que el artículo número 56 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Veracruz actualmente estipula en su tercer párrafo que sólo debe “contar con título profesional expedido por institución legalmente facultada”, sin exigir que sea un profesional del Derecho.
Con la designación de Bahena, el que se quedó con el bat al hombro fue Rodolfo Chena Rivas, de quien dicen que aspiraba al mismo cargo, motivo que supuestamente lo tenía muy estresado, con insomnio e irascible.
Por cierto, abundan los enemigos políticos y malquerientes de Chena Rivas, secretario de Servicios Legislativos, pues en cuanto se enteraron de sus aspiraciones por la Secretaría General del Congreso del estado hicieron circular un par de expedientes sobre él y su amanuense Alberto Tomasini Martínez, ex jefe de la Consejería Jurídica en la administración duartista e íntimo de José Ramón Cárdeno Shaadi, ex procurador fiscal de la Sefiplan, ex consejero Jurídico y de Derechos Ciudadanos de la Secretaría de Gobierno y ex secretario particular del ex gobernador Javier Duarte.
Precisamente Cárdeno Shaadi y Chena Rivas, como director general Jurídico de la SEGOB, eran los puentes de Duarte de Ochoa ante la LXIII Legislatura del estado, la primera de esa desastrosa administración priista.
Y sobre los “aviadores VIP” del Colegio de Veracruz de los que ahora reniega Chena, nos hicieron llegar un texto publicado desde septiembre de 2017 en el portal Plumas Libres, acerca de la relación de los “investigadores fantasmas” que casi hasta el final del pasado sexenio cobraban jugosos sueldos en el Colver, entre ellos una abogada que defiende ardientemente el funcionario del Poder Legislativo.
Los expedientes que hicieron circular sobre Chena, Tomasini y Cárdeno Shaadi aluden a este y a otros casos más sucedidos en el aciago régimen del ex gobernador actualmente preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, recién sentenciado a nueve años de prisión por los delitos de asociación delictuosa y lavado de dinero.
J. C. Molina contra ‘titiriteros’
Casualmente ayer, al fijar el posicionamiento de la fracción priista ante el Pleno del Congreso del estado, el diputado Juan Carlos Molina Palacios hizo ayer un ejercicio de autocrítica al reconocer que su partido, el PRI, sólo cuenta con tres diputados en el Congreso local porque tuvo que pagar las “facturas” en las pasadas elecciones por las malas decisiones cupulares del pasado.
“Somos tres (diputados), porque pagamos la factura por hacer las cosas mal; somos tres, porque muchos de nuestros compañeros no ejercieron bien sus cargos; somos tres, porque en los puestos claves, desde donde se debió ayudar a la ciudadanía, pusieron gente sin conocimiento de lo que realmente necesitaba la población”, reconoció el dirigente estatal de la CNC, quien hizo uso de la tribuna para dejar en claro que apoyarán e impulsarán todas las iniciativas que se presenten, sin importar de qué partido provengan, siempre que éstas sean congruentes y que tengan como único fin aterrizar beneficios reales para todos los veracruzanos.
En ese sentido expuso que la ciudadanía no apoyó a los candidatos de su partido en las urnas electorales porque “muchos de los que estuvieron aquí –en el Congreso– no tuvieron el valor de quitarse de encima las instrucciones de los titiriteros que daban línea” para favorecer sus propios intereses políticos y económicos.
Molina Palacios sostuvo que los legisladores priistas tienen una cita con la historia y un compromiso con el pueblo de Veracruz. Por ello los arengó para que no permitan que “los titiriteros nos quieran manejar y nos quieran utilizar para decir hacia dónde o con quién vamos. A los únicos a los que debemos responderle es a los verdaderos priistas honorables, que hay muchos en Veracruz, que son a los que nos debemos”.
El legislador, nativo de Carlos A. Carrillo, les recordó que hay millones de veracruzanos que mantienen la esperanza de que, desde el Congreso, se les dé solución a sus diversos problemas, por lo que consideró que todos los diputados, sin importar el color de su partido, tienen la oportunidad histórica de demostrar que se pueden hacer las cosas bien en beneficio de los veracruzanos.
Sostuvo que la fracción priista en el Congreso sólo tiene compromiso con el pueblo de Veracruz, “no tenemos compromiso con nadie más”, por lo que se comprometió a apoyar todas las iniciativas, “y todo lo que ustedes nos pidan, sin importan de qué partido vengan, siempre y cuando sean congruentes y lleven un beneficio para nuestro pueblo”.
Agregó que trabajarán de la mano con las demás fracciones legislativas, siempre anteponiendo el diálogo y la civilidad, para hacer las cosas que más convengan al ciudadano veracruzano. “Veracruz –puntualizó– ya no está para tanto pleito. A los veracruzanos les urgen las soluciones que les prometimos. Les reitero: Nosotros somos sólo tres diputados priistas porque el pueblo nos cobró la factura. Es el momento, entonces, de trabajar juntos, todos, para que no se las cobren a ustedes también el día de mañana”.