A Miguel Ángel Yunes Linares le bastaron 730 días (menos los 18 que le quedan a partir de hoy), para dejar a Veracruz en la más completa indefensión ante el embate de la delincuencia que le tomó la medida casi desde que rindió protesta como gobernador.

Si las primeras semanas daba a conocer cifras sobre los delitos para darnos una idea de cómo andaban las cosas en el estado, bien pronto abandonó esa práctica para decir simple y llanamente: “Los índices delictivos siguen a la baja en Veracruz”. Y listo.

Este domingo volvió a las andadas. Al término de la reunión 93 con el Grupo Coordinación Veracruz, declaró: “Se advierte una disminución constante y permanente en los índices delictivos”.

¿De dónde saca eso? ¿De dónde cuando un día sí y otro también hay ejecutados en la entidad? ¿Quién le pasa esos datos? ¿Por qué los suelta así, sin el menor miramiento, como si fueran la verdad absoluta?

De acuerdo con el Boletín Epidemiológico número 43 de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud publicado el día 5 de este mes, Veracruz se ha mantenido por dos años consecutivos en los cinco primeros lugares nacionales como una de las entidades con el mayor número de personas baleadas o apuñaladas.

La cifra de personas atacadas en 2017 superó en 18.1 por ciento a la del 2016, último año de gobierno de su enconado enemigo Javier Duarte.

De acuerdo con el informe, en el primer año de gobierno de Yunes Linares (2017), Veracruz fue cuarto lugar nacional en número de personas baleadas o atacadas con arma blanca. La cifra fue de 3 mil 31 y de estos ataques 794 fueron contra mujeres, mientras que 2 mil 237 fueron contra varones.

De enero de este año a la primera quincena de octubre, el número de balaceados y apuñalados fue de 2 mil 467, de los cuales Mil 787 fueron varones y 680 fueron mujeres.

No faltará quien diga que los ataques bajaron “exponencialmente” entre 2017 y 2018 ya que el número de afectados este año es menor en 564 al del año anterior.

Pero el hecho evidente es que Veracruz no sale de los primeros lugares de ese macabro top ten. En 2017 estuvo en cuarto lugar y ahora está en quinto. Y de ahí no se mueve.

Además, al gobierno de Yunes aún le faltan dos semanas y cuatro días para llegar a su término, y en ese tiempo la cifra de baleados y apuñalados puede aumentar también exponencialmente.

Por otra parte y esto ya se ha dicho más de una vez; de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, Veracruz es cuarto lugar nacional en feminicidios, tercero en secuestros y quinto en ejecutados. Y tampoco se mueve de esos dudosos y nada gratos lugares.

Si comparamos los números de Yunes en dos años, con los de Javier Duarte en todo su sexenio, proporcionalmente hablando Miguel Ángel va a entregar un estado más fregado en seguridad que el que entregó Duarte.

Lo anterior ni con mucho es para echarle porras al gordo que dejó la entidad cubierta de tragedia y muerte, sino para resaltar el hecho de que durante el yunismo las cosas no sólo no mejoraron, sino que se pusieron infinitamente peor.

Por donde se le mire, el plan de seguridad del gobernador fracasó estrepitosamente y eso nadie lo puede refutar, objetar o desmentir.

¿Qué sucederá en estos 18 días?

Yunes Linares dijo que seguirá entregando carreteras, hospitales y escuelas rehabilitadas. Aunque la raza jarocha le agradecería más si entrega 18 días sin ejecutados, secuestrados o desaparecidos.

Esto por supuesto es una utopía. Nunca podrá complacer este deseo porque no está a su alcance. Y es que nunca tuvo a su alcance la seguridad de los veracruzanos.

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