En una sola jornada, las acciones de algunos de los bancos más importantes del país perdieron hasta el diez por ciento de su valor, luego de que la fracción parlamentaria de Morena en el Senado diera a conocer la iniciativa para eliminar las altísimas comisiones que cobran los bancos por cualquier tipo de servicio.

Esta caída en la bolsa, mucho más fuerte que la provocada por el anuncio de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, podría ser un cataclismo que empodere al Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, pero al mismo tiempo, tenga un impacto severo en los indicadores macroeconómicos. Ayer mismo, el Presidente electo pidió un reporte de viabilidad para considerar la propuesta.

A pesar de las medidas, los bancos extranjeros –sólo Banorte es de capital nacional-, no se llevarán su dinero a otra parte, porque en ningún otro lado podrían obtener los beneficios que les representa una legislación ventajosa y amañada. Ahora viene el proceso de negociar con el nuevo gobierno las condiciones del mercado y el costo del dinero.

Hace apenas tres meses, la Condusef presentó un análisis en el que se señala que el 30 por ciento de los ingresos de la banca en México provienen del cobro de comisiones, que son más altas que las que se pagan en sus países de origen. Así mientras los bancos registran pérdidas en algunas sedes, logran fondear esas pérdidas con los recursos que obtienen en nuestro país gracias a las comisiones.

En España, el ingreso de comisiones contra los ingresos totales representa para Santander el 20 por ciento, mientras que en México es del 39 por ciento. Esto se repite con BBVA Bancomer: de sus ganancias totales en aquél país, el 19 por ciento es a través de ese rubro, y en territorio mexicano es de 36 por ciento.

No son los únicos. En Estados Unidos, los ingresos por comisiones de Citi Banamex representan el 18 por ciento de sus ganancias, mientras que en México es el de 33 por ciento. Lo mismo ocurre con HSBC en Reino Unido, donde este cobro es el 25 por ciento del total de sus ingresos, pero en nuestro país es de 33 por ciento. Scotiabank tampoco se salva; en Canadá, las comisiones abarcan el 14 por ciento de sus ingresos, y en México, son el 19 por ciento.

Tan sólo el año pasado, la banca comercial en México obtuvo 108 mil millones de pesos por cobro de comisiones. De estos ingresos, el 50 por ciento representan las comisiones de créditos otorgados, principalmente a través de tarjetas de crédito.

Eso explica la drástica caída que registraron las acciones de estos bancos este jueves. Representa que las ganancias de las instituciones bancarias podrían reducirse hasta la mitad en beneficio de los ahorradores, quienes poseen créditos hipotecarios y automotrices, así como los usuarios de las tarjetas de crédito.

Por ejemplo, Banorte -que opera el segundo banco más grande del país-, perdió ayer el 11.90% de su valor, su mayor caída diaria desde marzo de 2009; por la misma razón, Santander perdió el 8.12%. Y eso que la iniciativa aún no se aprueba.

El proyecto presentado por Morena en el Senado refiere un «alarmante y excesivo abuso de comisiones bancarias en perjuicio de los mexicanos» y propone prohibir el cobro de comisiones por transferencias interbancarias y disposición de efectivo, entre otros servicios. También busca que los reguladores establezcan esquemas para reducir anualmente el cobro de comisiones por retiro y consulta de saldo.

De aprobarse la iniciativa, los bancos ya no podrán cobrar comisiones por operaciones de consulta de saldo y retiro en efectivo en cajeros automáticos internos; por no facturar monto mínimo a comercios que hacen uso del producto de terminal de punto de venta; por reposición de plástico bancario por robo o extravío; por emisión de estado de cuenta adicional y/o impresión de movimientos ni por aclaraciones improcedentes de la cuenta derivados de movimientos o cargos no reconocidos.

Tampoco habría comisiones por disposición de crédito en efectivo, por conceptos anualidad de tarjetas de crédito, por solicitud de estado cuenta de meses anteriores en sucursal y vía telefónica, por transferencia a otros bancos, ni por el mantenimiento de saldo mínimo para exentar manejo de cuenta o membresía o por cheque de caja, girado y certificado.

La medida podría fortalecer la imagen pública de López Obrador; sin embargo, el desequilibrio en los mercados podría paralizar al sector y reducir la operación crediticia. Habría menos dinero para prestar y en consecuencia, caería la compra de casas, autos y el uso de tarjetas de crédito.

Otra vez, el Presidente en la disyuntiva.

 Las del estribo…

  1. Pues siempre sí salió a relucir la fractura al interior de Morena. La integración de dos grupos parlamentarios no fue la expresión de los diputados locales, sino del juego de poder entre el gobernador electo y la senadora Rocío Nahle. Cada uno tenía a su favorito para coordinar la bancada –y en consecuencia presidir la Jucopo-; ahora cada quien tendrá su grupo parlamentario. Cuitláhuac no gobernará solo.
  2. El asesinato de Valeria Cruz Medel, hija de la diputada federal Carmen Medel, volvió a abrir nuestras heridas y a recordarnos el clima de descomposición que se vive en el país. Por fortuna, dadas las circunstancias y la indignación nacional, es muy posible que la joven veracruzana encuentre pronto la justicia; por desgracia, hay miles de víctimas y sus familias que no correrán con la misma suerte.