El desplazamiento de personas provenientes de Centroamérica, conocido como “caravana migrante”, rebasa las categorías de análisis debido a su magnitud y a las implicaciones que va generando en el territorio nacional, plantearon los participantes en la Mesa Redonda “Voces en torno al éxodo migratorio centroamericano”, convocada por la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana (UV).
En el evento realizado el martes 6 de noviembre en el Auditorio “Jesús Morales Fernández” de la Unidad de Humanidades participaron: Ernesto Castañeda Fernández, estudiante de la Facultad de Letras Españolas; Óscar Espino Vázquez, activista social y abogado, y Carlos Garrido de la Calleja, académico e investigador de la Facultad, moderados por la profesora Mirna Alicia Benítez Juárez.
Los participantes enfatizaron en sus respectivas intervenciones que las miles de personas que caminan hacia la frontera con los Estados Unidos (EEUU) son personas en condición de migrantes y la mayoría lo hacen huyendo de la violencia que impera en sus comunidades.
No obstante, las condiciones actuales a nivel internacional, como son las elecciones intermedias en los EEUU y en México con el cambio de gobierno a nivel nacional, enrarecen y hacen más complejo comprender el fenómeno.
“Lo que se está viviendo es algo nunca visto”, recalcó Castañeda Fernández, quien además es integrante del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello”, y recordó que al día de hoy son aproximadamente siete mil personas las que se encuentran transitando por México.
Una de las posibles explicaciones ante la concentración de tantas personas, entre las que se cuentan principalmente mujeres, adolescentes y niños, es la elevada tasa de crímenes de las que son objeto, registrando oficialmente hasta un 85 por ciento.
“Los que transitan son víctimas de crímenes que rayan en la barbarie de maneras inimaginables”, señaló el universitario.
Óscar Espino comentó que dentro de este flujo migratorio masivo hay múltiples motivaciones, entre las principales están aquellos quienes deciden de manera voluntaria desplazarse y aquellos que deben salir por emergencia, cuando está en riesgo su vida.
Recalcó que “no son invasores y algunos no habían salido nunca en su vida, son personas en condición de migrante y tampoco son delincuentes”.
Con relación a las notas difundidas sobre la magnitud de la marcha, criticó el manejo de las cifras y de la posible amenaza que representan, dado que el flujo migratorio en Veracruz ocurre desde hace una década y se enfrenta desde entonces a 26 grupos de crimen organizado que se disputan el tráfico de personas.
En su acompañamiento a la caravana presenció el bloqueo de los límites estatales de Oaxaca a cargo de oficiales de migración, quienes además advertían a los comerciantes cerrar sus locales porque “les dijeron que los migrantes venían a robar”.
Para ellos, dijo, “lo primordial es huir de la violencia sistémica y con múltiples aspectos que son solapados por el Estado, sabiendo que los pueden matar en su recorrido”.
En el mismo sentido, Carlos Garrido destacó que “hoy México carece de una política migratoria y está dispersa ante la ausencia de un eje transversal” en el que las autoridades, tanto federales como estatales, “juegan al doble discurso”, cuando se refieren al apoyo y protección a los migrantes y por el otro lado ocurre un bloqueo sistemático a sus derechos como personas desplazadas por situaciones de conflicto.
“La migración no es un fenómeno, es una realidad concreta y compleja que ha rebasado los marcos analíticos de la academia”, enfatizó; “esta caravana no es coyuntural, es estructural y tiene como origen el intervencionismo de los Estados Unidos en Centroamérica”.
Un punto de partida del éxodo actual puede ser el derrocamiento del presidente hondureño José Manuel Zelaya Rosales en 2009, así como la presencia de grupos paramilitares en toda la región que presumiblemente son financiados por empresas de EEUU que extraen los recursos naturales desde hace décadas.
Sostuvo que los migrantes en realidad son “desplazados en búsqueda de asilo, pero nos rebasan los conceptos, van más allá de ser migrantes y se les debe reconocer como personas en situación de migración forzada”, afirmó.
David Sandoval Rodríguez/Prensa UV