El siglo pasado era muy difícil producir un disco de manera independiente: el costo era elevado, no había muchos estudios de grabación, en el caso del jazz, los canales de difusión y distribución eran prácticamente inexistentes, por lo que la venta tenía que hacerse de mano en mano, y pensar en recuperar la inversión era una utopía que ni siquiera acudía a la mente de los osados que incursionaban en tan incierta aventura. El primer músico xalapeño en enfrentar todos esos obstáculos fue Lucio Sánchez, en 1987 conjuntó una banda con siete de los más conspicuos jazzistas de la época: Ponchito Martínez (saxofones alto y tenor), Rafael Jiménez (trompeta), Sergio «Picos» Martínez (piano), Humberto León (guitarra), Alci Rebolledo (guitarra), Javier Cabrera (batería y percusiones), Adolfo Álvarez (batería). Él mismo se hizo cargo del bajo eléctrico y la capitanía general.

Tras los preparativos de rigor, los días 27 de septiembre y 5 de noviembre, la agrupación —que más tarde sería conocida como Lucio Sánchez Band— entró a un estudio de grabación del puerto de Veracruz. De ese par de sesiones salió el primer disco de jazz de nuestro estado: Festival.

En este siglo, ya con la tecnología digital, repitió la aventura en tres ocasiones de las que salieron los discos Reflexión (2000), Caleidoscopio (2005) y Una larga noche (2013). Actualmente prepara su quinta producción, un disco aún innombrado cuya primera etapa fue grabada con el apoyo de RTV Música. Así me lo platicó:

«Todo surge medio rápido, como casi toda vida, es un desmadre (risas). Rafa [Campos] me había dicho que el estudio de RTV estaba disponible para grabar, pero no habíamos quedado en nada. Un día se apareció por el café, había citado ahí a un cuate que canta al que también le había ofrecido el estudio, yo estaba ahí, me vio y me dijo ¿qué onda?, ¿cuando vas a grabar?, tiene que ser antes de diciembre porque después no sé qué va a pasar.

«Eso fue una semana antes de que me fuera a Canadá, entonces apenas me dio tiempo de buscar algunos cuates para preguntar quién podía grabar conmigo, quedaron Aldo Rivera en el piano, Roberto Picasso en la guitarra, Ramiro González en el saxofón, el Cubo [Jakub Dedina] en el trombón, Rolando Alarcón en la batería y Wilka en la percusión. Nos juntamos pero no hubo chance casi de nada, solo ver alguna rola, y quedamos de vernos cuando regresara.

«Regresé un domingo y el lunes entramos a grabar, para mí fue muy interesante porque no hubo mucho trabajo anterior, son muy buenos músicos, entonces leyeron, yo expliqué, más o menos, la idea de las rolas, se corrigieron algunos papeles, se hicieron cosas y salió algo interesante en realidad. Hay varias cosas, ya sabes, de repente me gusta la fusión medio rockera, medio funky, y hay una balada que, por cierto, les gusta mucho. Aun sin haber planeado muchas cosas, sin haber trabajado mucho, yo siento que va a ser un buen disco porque estos cuates tocan increíble, son muy buenos músicos y cada uno aportó algo.

«El año pasado, tuve un momento medio difícil: me deprimí, no sabía qué pasaba, tenía estrés, no estaba bien con mis amigos de toda la vida. Compré un boleto para San Luis Potosí, me fui y me quedé tres meses allá, de septiembre a diciembre. Azucena Isabel me dio hospedaje en su casa, trabaja en el Centro de las Artes, entonces me metí a estudiar cerámica y me puse a estudiar el piano, pero para ver la armonía, no para volverme pianista.

«Estando allá entendí algunas cosas, me di cuenta de que el estrés y la depre eran por la muerte de mi jefe, se cumplía un año y yo ni sabía. Un día me puse a tocar el piano acústico de la escuela y me grabé con el teléfono, salió una balada. Se la traje a Norberto [Cuevas], la medio limpió y la voy a incluir en el disco. Luego hice otra medio nostálgica y la grabamos con ellos.

«Cuando estábamos grabando, fui a la presentación del disco de Jazz House, me encontré a Arodi [Martínez] en el teatro y también lo invité. Al otro día llegó al estudio y grabó dos rolas con el soprano. Arodi en el soprano, Ramiro en el tenor, el Cubo en trombón, Aldo y Picasso en las armonías, y Wilka y Rolando en los ritmos, sonaron muy bien, muy prendidos.

«En RTV grabamos cinco rolas, pienso grabar otras dos con Norberto [Cuevas] en un formato más pequeño, trío o cuarteto. Como ando con la idea de probar cosas que no he hecho en mi vida y que me llaman la atención, se me ocurrió invitar al Grillo [Alejandro Figueroa] para que haga un rap.

«Vamos a presentarnos el jueves 8 a las nueve de la noche en el foro Cauz [Morelos 1, esquina con Barragán], espero que mucha gente pueda acompañarnos».


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