Con el 65% de los votos, Irlanda aprobó la derogación del delito de blasfemia de la Constitución, según los resultados definitivos publicados el sábado por la noche del referéndum celebrado el viernes.
Después de que se impusiera el sí a la legislación del aborto en mayo y a la del matrimonio homosexual en 2015, este referéndum marca de nuevo la toma de distancia del país con su fuerte tradición católica, aunque este delito, considerado obsoleto, nunca se aplicó en la historia reciente.
Es un paso positivo para la libertad de expresión y felicito al pueblo irlandés por esa decisión», declaró en un comunicado Harlem Désir, representante para la Libertad de Prensa de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El sábado por la noche, pocas personas acudieron al anuncio de los resultados del referéndum sobre la blasfemia en el que la participación fue del 44%. Una gran diferencia en comparación con las celebraciones por la victoria del sí en mayo tras el plebiscito sobre el aborto, en el que hubo una participación del 64%.
Siempre pensé que no había lugar para una disposición así en nuestra Constitución», declaró el ministro de Justicia Charlie Flanagan. «Irlanda está con razón orgullosa de su reputación de sociedad moderna y liberal».
La blasfemia fue definida en la ley irlandesa sobre la difamación como toda declaración o acción «abusiva o injuriosa en relación a los elementos sagrados de una religión», pudiendo causar «la indignación de los fieles».
El artículo 40.6.1 de la Constitución estipulaba su prohibición y un multa de 25.000 euros. Las últimas acciones judiciales por blasfemia se remontan a 1855, antes de la independencia del país, contra un cura que afirmaba haber quemado por accidente una biblia, y que finalmente fue absuelto.
La blasfemia volvió a estar de actualidad en 2015 cuando el actor y director británico Stephen Fry calificó a Dios de «estúpido» por haber creado un mundo lleno de «injusticias», en la televisión irlandesa. Se abrió una investigación, pero no resultó en ninguna acción judicial.
El referéndum sobre la blasfemia se celebró el mismo día que las elecciones del nuevo presidente irlandés, cuyo mandato de siete años es esencialmente simbólico. El presidente actual Michael D. Higgins, de 77 años, en el puesto desde 2011, fue reelegido con el 56% de los votos, según los resultados definitivos.
Con información de EFE