¿Hasta dónde nos han llevado ineficiencia, corrupción e impunidad gubernamental, en Veracruz y en México?

¿Qué hacer con los gobiernos que están y ya se van, en muchas formas ejemplos de desastres y retrocesos?

Por lo pronto, en pleno fin de año de “Hidalgo”, siguen  daños, pérdidas y afectaciones.

Más gasolinazos, presiones inflacionarias, y empobrecimiento general; inocultables saqueos, cuestionadas administraciones,  deuda pública en aumento y crisis financieras en los gobiernos.

¿Qué hacer con los  que han usado y abusado del presupuesto oficial? ¿Qué hacer con los que se han apropiado de lo que es de todos, llevándose incluso un mes del año fiscal, pues ahora resulta que no van a dejar, lo aprobado y presupuestado para diciembre de 2018?

El adiós llega. Pronto será el último mes, la quincena final, la semana concluyente, el último día y… se acabó.

Por fortuna, un nuevo comienzo está presente. La esperanza se ha convertido en oportunidad, ahora debe aprovecharse.

Con decisión electoral y  respaldo popular,  Andrés Manuel Presidente y Cuitláhuac gobernador, encabezan los esfuerzos en el país y en Veracruz respectivamente, pronto, el 1 de diciembre,  asumirán el privilegio y la responsabilidad de gobernar. El Congreso federal y pronto el local,  son dominados por MORENA y también  se suman al cambio y la transformación.

Para  ciudadanía y  sociedad en general, ¿cómo  y cuándo empezar?

Apoyar y participar en el cambio verdadero

No hay plazo que no se cumpla.

Hay que tener presente y no olvidar, que los problemas nos agobian y limitan. Se padecen y persisten, como la ineficiencia y la delincuencia gubernamental; insistir que, multitud de ellos, es obvio que no se resuelven solos; y también recordar que persisten, porque a algunos favorece su existencia y crecimiento.

En efecto. Es hora de identificar, denunciar, procesar y, en su caso, castigar ineptitud y corrupción, señalar a  los que sacan beneficio o utilidad de todo y, en particular, del sacrificio de muchos a los que roban, engañan y explotan.

Bien se sabe, que así es y así ha sido. Incluso  también se sabe, que muchos en el efímero poder, creen que pueden engañar a todos, burlar tiempo y espacio, y hacer lo que les da la gana.

Como es usual, engañan y se engañan,  llegan al poder para mostrar sus limitaciones y corto alcance, su objetivo central es favorecer  a sus socios y cómplices,  incluso ya con más frecuencia se nota y trasciende, que hacen y deshacen, usan y abusan del poder público, para  favorecerse en lo personal y familiar.

Viaje sin retorno del autoritarismo  hasta el voluntarismo y el nepotismo, de la ineficiencia a la delincuencia en el gobierno.

Pero, ¿cómo y cuándo empezar a cambiar, lo que se debe transformar?

La respuesta es simple, directa y clara.

Hay que hacerlo hoy, aquí y en todas partes.

Empezar, simplemente con los que están y ya se van: identificar a responsables y señalar a culpables.

Empezar por impedir la continuidad de la impunidad, que permite encubrir, disculpar, perdonar y olvidar todo. ¿Cómo que ya se van?

A quienes reclamar y procesar por los daños, pérdidas y retrocesos; y también, a quienes reconocer esfuerzo y trabajo bien realizado, por los pocos y valiosos logros y avances, que tanto ha costado conseguir.

La complicidad permite la rapacidad; la indiferencia ocasiona la persistencia y crecimiento de lo delictivo o criminal.

Es más habría que agregar, que los nuevos tiempos del cambio verdadero,  reclaman puntualmente una práctica  imprescindible,  aleccionadora   y constructiva: preciso y urgente gobernar al gobierno, dar seguimiento, participar  y evaluar a todos.

Imprescindible valorar lo que hacen y no hacen, simplemente porque  son, por principio y en esencia, servidores públicos obligados a servir, todo el tiempo y en todo lugar. Todos, en principio, debe exigírseles cumplir bien y puntualmente con la Transparencia, el Acceso  Público a la Información, la Rendición de Cuentas, la fiscalización, y la evaluación social.

Estos son ya, reconocidos instrumentos de la democracia de hoy, que pretende impedir, combatir y erradicar simulación, engaño,  voluntarismo, nepotismo  y secretismo gubernamental, que en muchas formas, hasta la fecha, han caracterizado a  gobernantes y funcionarios,  protegidos por la continuidad de la impunidad.

Así,  para la aguantadora y desesperada población, hay que hacer algo, pronto y bien. Para las mayorías silenciosas que sólo saben que no salen de sus problemas, y que más bien estos se agravan.

Simplemente, la urgencia e importancia de cambiar, es aún mayor.

No cabe ya, “el dejar hacer y dejar pasar”; mucho menos el lenguaje gubernamental triunfalista, que todo lo exalta y lo percibe maravilloso, único e inmejorable. Mensaje frecuente, de auto elogio y auto promoción, con cargo al presupuesto oficial.

Transformación, cambio y estabilidad

De la incansable Historia, nos viene la enseñanza.

La experiencia padecida generación tras generación, por millones de víctimas y sacrificados, en la reivindicación del derecho a vivir y reproducirse, de sostenerse y mejorar, para salir de la pobreza y marginación; el derecho a tener más y mejores oportunidades, y un proyecto de vida digno y propio.

Ser o no ser ante el negado, escamoteado, escondido, minimizado, postergado pero inevitable cambio social, hoy decidido y ordenado por la misma población.

Una vez más, en Veracruz, ante la evidente opacidad, hay que  exigir y preguntar al gobierno estatal: ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con elevados y ofensivos sueldos, más beneficios especiales?
No hay tiempo que perder, se debe consolidar el cambio ordenado el 1 de julio pasado. Para empezar por el principio, para gobernar al gobierno, imprescindible fortalecer participación y evaluación social.

*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez