Veracruz, Ver.-  Una larga cruz negra fue colocada junto al letrero de la “fosa 11”. En ese pedazo de terreno delimitado por un cordón azul fue encontrado Arturo Bonastre Figueroa.

Su mamá y su hermana colocaron la cruz y un ramo de flores mientras le daban el adiós acompañado de oraciones, canciones y llanto. Como ellas, hoy muchas otras familias que encontraron a sus seres queridos ahí aprovecharon para ponerle signos católicos para darles el adiós definitivo.

Allí, en Colinas de Santa Fe, varillas que sirvieron para buscar los cuerpos de cientos de personas hoy sostuvieron las lonas con un sin fin de rostros de aquellos que aún permanecen sin localizar.

Al cementerio clandestino más grande que ha sido localizado en el país, intentaron llevarle paz por medio de las oraciones de una misa.

Alrededor de las carpas usadas por los sacerdotes y las integrantes del Colectivo Solecito de Veracruz, los números se observan cuál si fuera un campo minado. 34, 116, 48. Cada uno representa una de las fosas que fue localizada con las manos de las mamás deseosas de volver a ver a sus hijos.

Cerca caminaron las mujeres, intentando entender lo que allí sucedió, pero siempre con la esperanza de que su ser querido no haya sido sacado de esos montículos que ahora quedan.

Pero a algunas no evitan que la piel se les erice al pisar por primera vez el lugar que solo imaginaron en películas de terror. Como a Norma Rosa Jiménez, que aunque está convencidas de que su hijo no será exhumado de ahí por las fechas de su desaparición, las lágrimas se asomaban en sus ojos.

Ella tiene un año de haberse integrado al Colectivo Solecito donde ha encontrado el acompañamiento que las autoridades le negaron y hoy pudo entrar al predio gracias a la misa que llevaron a cabo como parte del reconocimiento que le entregó la Universidad de Notre Dame al grupo debido a la labor humanitaria que han realizado.

Pero para ella ese reconocimiento se queda corto, pues ha sido gracias al acompañamiento que le dan las otras mujeres que pasan por lo mismo que no se ha sentido sola en la búsqueda de su hijo taxista, a quien el primer día que no regresó a su casa ella salió a buscarlo pero solo logró el regaño de la policía.

Ella contiene el llanto mientras la misa llega a su fin. Pero el “madre tú eres ternura” logra quebrar a más de una.

Basilia y Griselda, quienes encontraron a sus hijos en esos terrenos, sueltan las lágrimas y cada una de las que se acerca a abrazarlas hacen lo mismo.

Hasta el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, que fue invitado al evento mostró cara desencajada cuando vio a la lider del colectivo, Lucía de Los Ángeles Díaz Genao, romper en llanto.

Tras los abrazos y llanto, poco a poco fueron saliendo las mujeres de ese terreno de terror para volver un día después a continuar la búsqueda con la finalidad de no dejar a una sola persona enterada ahí.

Ana Alicia Osorio/Avc