Por Edgar Acosta Morteo.

Un asunto que viene siendo el lastre de varias administraciones atrás, y que no
será la excepción en la administración actual, es el de la seguridad pública. Por el
contrario, la seguridad junto con la corrupción, es un tema que dejará marcada la
administración de Peña, pues los índices de violencia se han disparado de manera
exponencial.

Durante la campaña de 2012, se pautó un spot donde Enrique Peña Nieto se
comprometió a cambiar la estrategia y a combatir la inseguridad en el país. A
continuación se muestra de manera textual lo que se dijo en el spot mencionado.

«El tema más doloroso y preocupante de México es la inseguridad. Todos
estamos de acuerdo en que debemos combatir el crimen, pero hay millones
de voces que no han sido escuchadas pidiendo que la estrategia se cambie.
Como presidente de México, me comprometo a corregir la estrategia para
reducir la violencia, destinando los recursos necesarios para devolverte a ti,
y a todos los mexicanos orden y sobre todo libertad. México va a cambiar,
ese es mi compromiso y tú sabes que voy a cumplir.»

Más tarde, siendo ya Presidente de México, Peña recibió un estado en crisis de
seguridad, pero eso no lo exentó de la responsabilidad con la que debió ser
tratado el asunto y la urgencia con que debieron darse los resultados en busca del
“México en Paz” planteado en la meta 1 que se sugiere en el Plan Nacional de
Desarrollo.

Veamos solamente algunos fragmentos del discurso oficial sobre seguridad
plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo para tener más claro cómo se abordó
este lastimoso asunto:

“Que los derechos de los mexicanos pasen del papel a la práctica”

En el documento se plasma la aspiración común de “vivir en un país
democrático gobernado al amparo de la ley, donde exista una profunda y
verdadera libertad e igualdad para todos, con plena garantía de nuestra
propiedad”.

«Aspiramos a una sociedad donde todas las personas puedan ejercer
plenamente sus derechos, que participen activamente y cumplan sus
obligaciones en el marco de una democracia plena; y que, por lo mismo,
ninguna persona en México se enfrente a la falta de seguridad, a un
inadecuado Sistema de Justicia Penal o a la opacidad en la rendición de
cuentas. Si México quiere alcanzar su máximo potencial, necesita garantizar
a cada persona el derecho a la seguridad y un acceso equitativo a la justicia».

Para que un discurso sea efectivo necesita que lo dicho y lo hecho tenga
coherencia. Este carácter aspiracional que se plantea en el PND involucra a todos
los mexicanos en la persecución del fin, que es lograr ese “México en Paz” y sin
violencia. Pero en la realidad no hubo nunca un cambio de estrategia, donde se
pudiera percibir confianza en las instituciones que están para cuidarnos y para
impartir justicia.

Lamentablemente hoy tenemos cifras record en homicidios, secuestros,
violaciones, robos y el crimen sigue suelto. Por otra parte, nadie hace justicia. El
pueblo está siendo castigado por dos vías; la vía del crimen y la vía institucional
que no da respuestas y castigo a quienes delinquen.

Lo único que cambió a nivel discursivo, fue sacar la declaración de guerra contra
el narcotráfico, pero la visión programática de la estrategia de la actual
administración, no cambió absolutamente nada. Y para dejar claras las
consecuencias de no definir una ruta estratégica sobre este tema, a continuación
se citan las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública a pocas semanas de que termine la administración de Peña:

Haciendo el corte en agosto de 2018, la gestión de Peña Nieto carga con 115,233
homicidios dolosos. Lo anterior, significa que ya se superó por un 11% la cifra de
Felipe Calderón Hinojosa. Por otra parte, los secuestros son poco más de 7,000,
superando en este rubro a la administración anterior en un 7%. En cuanto a las
violaciones la cifra es de 76,000 a diferencia de las poco más de 88,000 del
sexenio anterior.

Un sexenio violento y en el que se derramó mucha sangre en todos los estados de
la república, es el saldo de esta administración. Sumando que la cifra negra es del
94% debido a la falta de confianza en las instituciones, la crisis sigue atenuándose
y lastimando a todos los mexicanos. Si a todo esto sumamos que las instituciones
que cuentan con mayor confianza por parte de la población, son el ejército y
marina, la mesa está servida para que la estrategia siga siendo la misma,

dependiendo en lo absoluto en las fuerzas castrenses para desempeñar tareas de
seguridad pública.

¿Fue una nueva estrategia fallida?

No hubo nada de nuevo, a excepción de ciertos rasgos discursivos que no
llamaron a la guerra y enfrentamiento directo contra el crimen. En todo caso,
podríamos decir que es la continuación de una estrategia fallida, que lleva más de
dos sexenios sin dar resultados.

Sobre el autor

Edgar Acosta Morteo es mexicano, estudió la maestría en Gestión Política con especialización en Comunicación Política por la Universidad Católica de Córdoba y Georgetown University, en Argentina. Tiene la Licenciatura en Administración por la Universidad Veracruzana, en México. Al día de hoy, desarrolla trabajos de investigación sobre “Comunicación Política”, “Ideología y Discurso”.

Actualmente es Director General y Fundador de Electo- Estrategia y Comunicación Política SC. Ha participado como consultor en más de 20 procesos electorales con candidatos a alcaldías, diputaciones, senadurías y gubernaturas. Así también, ha brindado consultoría para gobiernos estatales.

En Agosto de 2018 recibió el Napolitan Victory Award en la categoría Investigación Académica del Año con la obra “Ideología y Discurso- Análisis del Discurso Oficial de la Política de Seguridad Pública del Gobierno de México durante el primer año de Gobierno 2013-2014”.

Ha dado pláticas y talleres sobre “Comunicación de Gobierno” y “Comunicación de Crisis” en la Universidad Veracruzana y en la red de Universidades Anáhuac.

Fue Docente en la Universidad Anáhuac en la Licenciatura en Administración de Negocios (LAN), impartiendo las materias de Microeconomía y Macroeconomía, así como en la Licenciatura en Comunicación impartiendo la materia de Comunicación Integral. Trabajó como docente titular tiempo completo a nivel medio- superior en la Escuela de Bachilleres Antonio Ma. De Rivera, dentro de la Academia económico- administrativo y en el Programa de Apoyo a Estudiantes en Riesgo P.A.E.R.

Dentro de la administración pública, de desempeñó como Enlace en la Dirección General de Integridad y Ética de Servidores Públicos de la Contraloría General del Estado de Veracruz y como asesor del Área Consultiva de Proyectos de Fincamiento de Responsabilidad Administrativa en la misma dirección del 2014 al 2016. Así también, Trabajó como jefe de departamento en la Coordinación General de Adjudicaciones de la Secretaría de Finanzas y Administración del estado de Puebla en la gestión (2005-2011).