Aparte de dejar quebradas las finanzas públicas estatales con la finalidad de que el nuevo gobierno de Cuitláhuac García se tropiece en diciembre con el asunto del pago del aguinaldo y otras prestaciones laborales, que le corresponde cubrir a Yunes porque están incluidas en el ejercicio fiscal de 2018; de la ola de terror que han generado, con su consentimiento, las bandas de la delincuencia organizada en Veracruz, estado al que han convertido en un campo de exterminio en el que a diario docenas de ciudadanos caen víctimas de los ataques de la delincuencia y de los constantes shows que presenta en medios de comunicación de circulación nacional a través de los cuales exacerba el odio de los mexicanos en contra de Javier Duarte de Ochoa, su familia y quienes colaboraron con él en el saqueo a las arcas estatales, Yunes prepara un último teatrito para tratar de quitarse la etiqueta de haber sido el peor gobernador en toda la historia de Veracruz, pese a que solo estuvo dos años al frente de los destinos de esta entidad. Un adelanto nos lo da el mismo Fiscal Jorge Winckler Ortiz quien, a través de mensajes, repite la frase favorita de su jefe Yunes Linares: Ni perdón ni olvido, y es que hasta donde se sabe, en unos días, en una acción espectacular, serán detenidos personajes como Vicente Benítez González, Juan Manuel del Castillo, ambos diputados locales que terminan la noche del 4 de noviembre sus funciones y quedan a merced de la autoridad, ya sin fuero, así como el exsecretario de Turismo, Harry Grappa, Gabriel Deantes Ramos, Adolfo Mota y otros conocidos personajes de la vida política de Veracruz que colaboraron al saqueo que hundió al estado. Con eso, Yunes pretende que se le recuerde como un gobernador que supo cumplir su promesa de meter en la cárcel a los corruptos duartistas y se le caiga la etiqueta de “peor que Javier Duarte”. El show a punto de comenzar.