Conforme se acerca el final de la actual administración estatal, empiezan a surgir noticias –filtradas desde dentro, por supuesto-, sobre los negocios, los contratos a modo, el nepotismo y el uso discrecional de los recursos públicos, de la misma manera en que se hizo en el pasado reciente.

Por su supuesto, ante la quiebra que vive el estado, no serán las mismas cifras estratosféricas, pero para muchos funcionarios dos años habrán sido suficientes para resolver su futuro y el de algunos de sus familiares más cercanos.

Y un ejemplo de ello es precisamente quien se encarga de la administración de buena parte de los recursos del estado, el secretario de Finanzas –y ex Contralor del Estado en esta misma administración-, Guillermo Moreno Chazzarini, quien incrustó en la nómina estatal, una parte a su cargo, a familiares directos, tal y como tanto se criticó en el gobierno pasado.

Ayer, el presidente del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, Sergio Vázquez Jiménez, dio a conocer con documentos en mano, el conflicto de interés en el que incurrió el funcionario estatal, lo que explicaría en parte la insistencia de designar a un fiscal a modo que tendría de ocuparse de estos casos.

Según la denuncia que tendría que ser investigada por la nueva Fiscalía y la Contraloría General del Estado, familiares directos de Moreno Chazzarini ocuparon cargos dentro de la actual administración estatal, a pesar de la prohibición legal que existe.

De acuerdo al organigrama de 2017 de la Secretaría de Seguridad Pública, acusó Vásquez Jiménez, Guillermo Moreno Sentíes se desempeñó como delegado administrativo adscrito a la Subsecretaría de operaciones de la mencionada dependencia, mientras que su hermana María Eugenia Moreno Sentíes ocupó el cargo de Jefa de la unidad administrativa de la Secretaría de Protección Civil, en donde  recibió un sobre sueldo que no estaba autorizado de acuerdo al informe del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) de la cuenta pública 2017; ambos son hijos de Guillermo Moreno Chazarini, actual titular de la SEFIPLAN.

Como se recordará, al inicio del bienio, Moreno Chazarini fungió como Contralor General del Estado por lo cual debió revisar que no existiera ninguna irregularidad en las dependencias que conforman el gobierno estatal, pero no lo hizo ni consigo mismo al permitir que sus hijos –habría que investigar si intervino en su designación- ocuparan estos cargos.

Antes ya se había hecho público el nombramiento del padre de la actual senadora y ex titular de la Sedesol estatal, Indira Rosales, en la estructura administrativa de la Coordinación General de Comunicación Social, lo que valió incluso que se ventilara la vida personal de los titulares de ambas dependencias. Pero todo quedó en eso, en el escarnio de las redes y los medios, sin que hubiera una sanción al respecto.

Estos hechos son los que todo indica quieren ocultar, afirmó Sergio Vázquez Jiménez, “por eso la resistencia y la obstrucción permanente al trabajo de levantamiento de encuesta que se realiza”, se señaló en el comunicado emitido este jueves.

Hasta ahora no está a discusión el desempeño de ambos funcionarios; seguramente no habrá queja de ellos por saber de quienes se trata; sin embargo, su vínculo directo entre su responsabilidad y la de su padre, genera un evidente conflicto de interés que hoy se ha hecho público a través de un organismo –el Sistema Estatal Anticorrupción- que ha ganado más notoriedad por el escándalo del nombramiento del Fiscal Especializado que por el trabajo realizado para evitar este tipo de prácticas.

Ni la Contraloría ni la Fiscalía van a investigar en el tema. El Fiscal Anticorrupción tiene los días contados; el miércoles pasado, en entrevista con Formato Siete, el actual coordinador de la bancada de Morena en el Congreso local, Zenyazen Roberto Escobar, dijo tajante que la próxima Legislatura –que contará con una mayoría de Morena-, emprenderá de inmediato acciones para la remoción del Fiscal General Jorge Winckler, y junto con él, Marcos Even Torres Zamudio.

Este es uno de los tantos casos que conoceremos en las próximas semanas, conforme se acerque el relevo gubernamental. La burocracia está brava y –como lo hizo hace dos años- dispuesta a proporcionar toda la información que ponga fin a los excesos de los efímeros funcionarios.

Las del estribo…

  1. Todo quedó como al principio. Luego de una semana de terror, el alcalde de Xalapa tuvo que someterse al gobierno estatal, aceptar reabrir el relleno sanitario de El Tronconal y asumir toda la responsabilidad de la crisis por la basura. Mientras hay quienes juntan firmas en las redes para pedir su renuncia, los dirigentes de Morena ya revisan perfiles sobre quien podría ser su sustituto. Hipólito está cada vez más solo.
  2. Hace un par de años, los burócratas del estado pasaron un vía crucis para que se les reconociera su derecho al sueldo y prestaciones de fin de año; bajo el pretexto que no había dinero, hubo una purga y tuvieron que pasar semanas antes de que les pagaran. Hoy la historia se repite; el gobernador hará lo mismo que le hicieron; en medio quedarán una vez más miles de trabajadores estatales y algunos cachirules.