El Centro Histórico y los mercados de Veracruz del primer puerto de América Latina, se caen a pedazos, por la decenas de baches y hundimientos en calles y avenidas.
Con su rostro descompuesto por la ira, la burla e impunidad de las autoridades municipales que preside Fernando Yunes Márquez hacia la clase marginada y desempleada, Arturo dice estar arrepentido de haberse dejado llevar por el canto de las sirenas, manifiesta ser antipolítico, dejó de ir a votar cuando perdió su empleo en la factoría Tenaris Tamsa, acudió a varios políticos de los diferentes partidos para que lo auxiliaran con un nuevo empleo, el cual fue ignorado, por lo que tuvo la necesidad de formar parte del comercio improvisado.
El comerciante se quejó por la falta de atención a las calles de la zona de mercados en el puerto de Veracruz.
«Caray parece de broma su pregunta licenciado, no ve usted en las condiciones en que se encuentra la calle donde ofertamos nuestros productos, resulta verdaderamente asqueroso, insalubre y más que nada humillante venir a trabajar con este pésimo panorama, condiciones que mejorarían al cien por ciento si lo apoyábamos con el voto en las urnas electorales, ya que argumentaba de que las calles se encontraban en mal estado era porque así acostumbraban trabajar los del PRI, pero que él traía los mejores proyectos para que los mercados fueran de calidad y de acorde al nivel de la población».
Además, señaló que las calles de Abasolo y Úrsulo Galván están destrozadas por las aguas negras que están estancadas y exige a alcalde atienda la problemática.
“Hoy a diez meses del gobierno panista de Fernando Yunes Márquez, las calles de la ciudad de Veracruz y especial las de los mercados están peor que cuando él tomó el poder, hoy por ejemplo la calle de Abasolo y Úrsulo Galván no está en mal estado, está destrozada, insalubre por las aguas negras que se encuentran estancadas en los ya no baches, sino cráteres, que ocasiona cuando pasa algún vehículo que se atreve a rodar en esta calle nos salpica nuestra mercancía y si hay algún cliente el olor putrefacto se lo lleva a su casa en su enlodada ropa, ocasiona que nuestras ventas sean de un diez por ciento y nuestra economía familiar se vea seriamente afectada, sin que gobierno municipal se preocupe por remozar nuestra calle”.
J.J. Castillo/Formato 7