Paula Mónaco Felipe dijo que como periodista quiere ser un vehículo y dar su voz para documentar y “echar luz a pedacitos” sobre un hecho muy oscuro, al participar en la mesa redonda “Periodistas por Ayotzinapa”, en el marco de las Jornadas Académicas “De Tlatelolco a Ayotzinapa. Un paso adelante y tres atrás”.
El conversatorio se llevó a cabo el viernes 28 de septiembre en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), en el que participaron los periodistas Paula Mónaco y John Gibler, quienes cubrieron desde el inicio la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”.
Paula Mónaco comentó que cubrió los hechos desde los primeros días y sentía que quedaban fuera muchas cosas, y seguía registrando más información sin saber para qué, ya que el relato para los medios es apresurado y con poco espacio, había muchas cosas que se quedaban fuera.
“He decidido que me usen para documentar lo que sucedió el 26 y 27 de septiembre; lo que pasó después; el camino que han recorrido las familias en la búsqueda de sus hijos y en las distintas situaciones que han vivido. Más que dar voz, intento documentar y echar luz a pedacitos en algo sobre un asunto que está muy oscuro.”
Fue así que en diciembre de 2014, después de conocer a la esposa e hija de uno de los estudiantes desaparecidos, tomó la decisión de escribir un libro sobre lo ocurrido, “desde mi trabajo podía aportar un poquito de certeza a ese hueco tan grande que deja la desaparición forzada”.
Mencionó que el libro Ayotzinapa, horas eternas está dividido en tres partes: la primera, narra lo ocurrido la noche del ataque; la segunda, es una crónica de lo sucedido después de la desaparición, desde la vivencia de los sobrevivientes y los familiares; y la tercera, está integrada por las biografías de los 48 estudiantes que fueron desaparecidos, asesinados y heridos de gravedad, desde la voz de sus familias, parejas, amigos y compañeros, complementado con fotos de vida.
“El libro está hecho desde el lado de las víctimas, es una construcción que se narra desde distintas voces, lo que busco es aportar al contrarrelato oficial
Vine a escribir historias hermosas: John Gibler
John Gibler, periodista norteamericano, llegó a México con la finalidad de escribir sobre historias hermosas y “La otra campaña” emprendida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
“No vine a buscar y a escribir sobre historias terribles, pero con la llegada de la guerra contra el narcotráfico se vino un derrumbe terrible sobre el país; entonces, cuando suceden –por el compromiso social que tengo como periodista– no me voy ni me volteo para otro lado.”
Recordó que se enteró de lo sucedido en Iguala, Guerrero, a través de los periódicos y mientras leía la noticia no podía creerla, pero su instinto de periodista le dijo que tenía que ir de inmediato al lugar de los hechos, “me autocuestioné ¿por qué siempre vas tras la masacre?”. Finalmente decidió quedarse.
“Fue hasta la marcha del 2 de octubre cuando decidí irme, porque vi que no llegó ningún contingente de las normales rurales, no vi presencia de rabia e indignación entre los estudiantes, no había carteles ni consignas.”
Recordó que al llegar a la Escuela Normal Rural sintió un dolor infinito y profundo, al grado que no pudo concebir una pregunta periodística para los familiares de los estudiantes desaparecidos, aunque sabía que era importante documentar lo sucedido y por ello entrevistó a los sobrevivientes.
Cerca del primer aniversario de la desaparición forzada de los estudiantes, el periodista norteamericano decidió hacer un libro para compartir con sus familiares y la sociedad toda la información que hasta el momento había recabado: Una historia oral de la infamia: Los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa.
“Todo el libro es una historia oral, estructurado como una crónica y novela. Lo hice porque había una necesidad urgente de información sobre lo sucedido en torno a la desaparición de los estudiantes.”
Para finalizar la jornada, se llevó a cabo el recital musical integrado por las composiciones Fragmentos del 68 y 43, de J.A. Pichardo y Eduardo Soto Millán, respectivamente.