Boca del Río Ver.- El Sistema Lagunar de Mandinga perdió 426.7 hectáreas de manglares en los últimos 38 años como consecuencia de la urbanización en el sur del municipio de Boca del Río y el norte del territorio de Alvarado.
La construcción de plazas comerciales, campos de golf y desarrollos inmobiliarios en las inmediaciones de El Estero, la Laguna Larga, Laguna Chica y Laguna Grande provocó la disminución de las áreas de mangle de 1979 a la fecha.
Al participar en el III Congreso Latinoamericano sobre Conflictos Ambientales que tuvo como sede esta ciudad de Boca del Río, la bióloga de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, Laura Lizbeth Buendía Buendía, indicó que el manglar del Sistema Lagunar de Mandinga representa el 0.05 por ciento de los manglares del país.
Sin embargo, la investigadora destacó que el Sistema Lagunar de Mandinga cuenta con una riqueza biológica, por lo que propuso que se requiere trabajar en su conservación y rescate.
La entrevistada criticó que el manglar de Mandinga se haya destruido para construir plazas comerciales y desarrollos inmobiliarios pese a que la ley los protege, incluso mencionó que dueños de yates dragan actualmente la Laguna Larga para facilitar la navegación de sus embarcaciones, lo cual tiene un impacto negativo en el sistema, ya que se levantan los sedimentos y aumenta la materia orgánica.
“Principalmente (la pérdida de manglares) se debe a las actividades antrópicas, al crecimiento urbano en el sur de Boca del Río y en la Laguna Larga está fuerte el crecimiento de los fraccionamientos y de los usos actuales que le dan a la laguna quienes habitan en los fraccionamientos usan los yates y talan el manglar para construir sus muelles, además actualmente están dragando para que haya profundidad en la laguna y puedan navegar los yates y esto también afecta al manglar”, puntualizó.
Laura Lizbeth Buendía Buendía aclaró que el Sistema Lagunar de Mandinga carece de protección, ya que no ha sido declarado como área natural protegido, por lo que consideró que se debe impulsar una iniciativa de esa naturaleza para evitar que el deterioro en ese ecosistema sea mayor en el futuro.
Por último, Buendía Buendía destacó que las comunidades asentadas en las inmediaciones del Sistema Lagunar de Mandinga utilizan las lagunas para la pesca (36 por ciento), el autoconsumo (32.6 %) y el turismo (20.5 %), por lo que se pronunció en contra de que se continúe acabando con los manglares.
José Juan García/Avc