A pesar de que han ido a Coatzacoalcos soldados, marinos, la policía federal, la fuerza civil y la policía estatal, no cesa la violencia en ese municipio del sur veracruzano. “Cuando no es un secuestrado, es un levantado o un ejecutado, pero no hay día en que no haya un hecho de violencia y de sangre”, me dijo un colega de aquella ciudad.
Y es verdad, de las diez ejecuciones que hubo este fin de semana, cinco ocurrieron en el sur de la entidad y dos fueron en Coatzacoalcos que se está convirtiendo en tierra de nadie.
Quizá por eso sus habitantes votaron por el candidato de Morena a la alcaldía, Víctor Manuel Carranza Rosaldo, un ingeniero mecánico egresado del IPN, con maestría en administración de empresas y jubilado de Pemex.
Pero está saliendo más caro el caldo que las albóndigas.
Víctor Manuel llegó a la alcaldía con un mundo de cuates a los que incrustó en la nómina como aviadores. Además, llegó tumbando caña; como primeras providencias corrió a varios trabajadores sindicalizados y en respuesta le tomaron el Palacio Municipal. De entonces a la fecha esa relación obrero-patronal está más tirante que una liga.
Y ahí no paró la cosa. Este domingo anunció que había dado de baja a 500 empleados de confianza por exceso de personal y porque busca “un equilibrio en las finanzas”.
El Ayuntamiento de Coatza tiene aproximadamente mil 600 trabajadores de base y mil 400 de confianza (con sus respectivos aviadores). Aparte, tiene 600 transitorios que están por contrato. Es decir, son alrededor de 3 mil 600. Una cantidad bárbara.
Tan bárbara que no hay dinero que alcance para pagarles. La regidora independiente Adriana Herrera (que se ha negado a firmar los estados financieros de cada mes), denunció en días pasados que el cabildo ya se gastó 371 millones de pesos de los 401 millones destinados a sueldos y salarios de este año. Agregó que los 30 millones que quedan en caja, no alcanzarán pero ni con mucho, para cubrir los emolumentos de los últimos tres meses.
Esto ha metido en un brete a Carranza Rosaldo, que está pidiendo que el Congreso local le autorice a cobrar (otra vez) el impuesto del predial antes de que termine el 2018.
Pero la petición está en chino porque no está permitido cobrar dos veces en un año ese impuesto y porque es casi imposible que el Congreso autorice tamaña gandallez.
En el supuesto de que así fuera, Víctor Manuel se las tendrá que ver con los enfurecidos ciudadanos que no le darán ni un quinto, a menos que los obliguen, claro. En Coatza están enojadísimos con su alcalde porque no ha cumplido con la seguridad que les prometió para uno de los municipios más violentos del estado y del país.
“La situación es muy preocupante porque a las broncas que tiene Coatzacoalcos, el alcalde le está agregando el despido de medio millar de empleados que representan a 500 familias que se quedarán sin sustento a tres meses de que termine el año. Con esta acción, Carranza Rosaldo se me figura a un sujeto que se acerca a una pipa cargada de gasolina, con un cerillo encendido» me dijo el colega.
Así de mal están las cosas por allá.
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