Cuando una persona es víctima de desaparición por particulares o desaparición forzada, y las autoridades u otros actores lo vinculan con grupos delictivos “ya no se les busca” por la sociedad porque “se contamina” este hecho, afirmó el investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-México) Nelsón Arteaga.
Citó como ejemplo el secuestro de los 13 jóvenes del bar Heaven en la zona de Tepito de la Ciudad de México, ocurrido el 26 de mayo del 2013, en el que sus madres los buscaron con carteles y fotografías, pero un mínimo número de personas las apoyaron a exigir justicia.
En cambio, el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, registrado el 26 de septiembre del 2014, a cuatro de años del hecho, las familias, el pueblo y Asociaciones Civiles continúan la búsqueda y exigen justicia.
Por lo anterior, el investigador dijo que en México se viven diversos tipos de violencia y sus ciudadanos han demostrado diferentes maneras de tratarla o enfrentarla.
«Hay violencias que pueden ser tan duras como el caso de los 11 desaparecidos de Tepito del bar Heaven que no generó las movilizaciones sociales que si generaron los 43 desaparecidos y más o menos fue el mismo proceso, autoridades policiacas coludidas con crimen organizado desaparecen unos chicos a plena luz del día prácticamente enfrente de todos” explicó.
Nelsón Arteaga dijo que se trató de la desaparición de jóvenes que tienen el mismo valor ante los ojos de la familia y la sociedad, pero en cuanto se dio a conocer por las autoridades y los medios de comunicación que en el bar Heaven se comercializaba droga, la ciudadanía dejo exigir justicia.
“Son dos eventos similares, pero tienen sentidos diferentes. Por qué?, porque juegan un montonal de elementos. Estos chicos inmediatamente fueron vinculados con sus familias al crimen organizado, aunque ellos no tuvieran nada, pero evidentemente cuando son vinculados son contaminados” refirió.
Recordó que en las primeras hipótesis (de la Procuraduría General de la República) se dio a conocer que los 43 estudiantes pudieran estar ligados con el crimen organizado y esto derivó su desaparición, sin embargo los ciudadanos y familiares echaron abajo los señalamientos y continuaron la búsqueda.
“En el caso de los 43 también hubo intentos de contaminación, se dijo que estaban vinculados con grupos delincuenciales, esa disputa que se da sobre el sentido de la violencia, nunca sabemos cómo va a resultar porque ese es un asunto contingente, cuando se contamina la desaparición de un joven que tienen vínculos con delincuentes ya no se busca, ya no se le busca” afirmó el investigador.
Finalmente descartó que la vinculación de las desapariciones con la delincuencia sea parte de una estrategia de las autoridades, porque no siempre funciona.
“No creo en las estrategias, no creo en el complot esto es construcción de sentido y es contingente, porque aunque haya estrategia eso no significa que la estrategia vaya a ser efectiva si otros actores movilizan esos recursos simbólicos, la teoría del complot tiene muy pocas posibilidades de sostenerse” finalizó.
Nelsón Arteaga acudió al seminario “La inclusión social y la ciudadanía de las/los jóvenes en entornos de violencia, vulnerabilidad y exclusión” organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico Sociales (IIHS) de la Universidad Veracruzana (UV).
Verónica Huerta/Avc