Una investigación publicada en Proceedings of the Royal Society B encontró que si las moscas hembra de alas manchadas deciden depositar sus huevos en un lugar inusual, pueden producirse efectos colaterales en la forma de los genitales masculinos de la mosca.
La drosophila de alas manchadas (Drosophila suzukii), es una plaga invasiva originaria del sudeste asiático que ha colonizado diversos países de América y Europa. Mientras que la mayoría de las moscas de fruta ponen sus huevos en frutos en descomposición, las hembras de esta especie depositan las suyas en frutas limpias sin rasgos de pudrimiento. Ahora bien, para perforar la piel de la fruta en estado maduro, las hembras desarrollaron una versión modificada del órgano ponedor de huevos, el “ovipositor”.
A diferencia de otras moscas, la drosófila de alas manchadas tiene un ovipositor más largo y dentado como una sierra. Esta modificación presenta desventajas, por ejemplo, son un obstáculo para los machos durante el sexo.
Para estudiar este evento natural y evolutivo, Aya Takahashi y sus colegas de la Universidad Metropolitana de Tokio, animaron a copular a un grupo de parejas de alas manachads, junto con otra especie relacionada como lo es la Drosophila subpulchrella. Después del acto, los congelaron con hielo seco. Todo con la finalidad de conocer e investigar las posiciones de apareamiento y sus anatomías genitales.
Las moscas sienten dolor al copular
Las moscas de fruta machos generalmente usan estructuras genitales puntiagudas para aferrarse a sus parejas durante el apareamiento. Pero este no es el mismo caso de la drosophila suzukii. Debido a la longitud del ovipositor en la hembra, los genitales de los machos sólo pueden aferrarse de un extremo. Por eso, los machos tuvieron que desarrollar otras técnicas para sentir estabilidad durante el apareamiento. La respuesta, el uso de otras estructuras genitales.
Por su parte, Takahashi y sus colegas descubrieron que los genitales masculinos de la mosca de alas manchadas tiene cerdas largas y gruesas en sus placas anales, las cuales entran en contacto con el ovipositor de la hembra durante la cópula.
Debido a sus genitales desiguales, las hembras sufren dificultad al aparearse con los machos.
Una de las finalidades de la investigación es entender cómo una misma especie evoluciona para convertirse en dos separadas. Takahashi comentó que la evolución de los diferentes genitales en estas moscas, es el resultado de un grupo especializado en poner huevos en la fruta intacta.
Un coautor del estudio, Yoshitaka Kamimura, descubrió el año pasado que hay insectos en los que las hembras tienen genitales masculinos y los machos tienen genitales femeninos.
¿Qué fruta es su favorita?
La drosophila suzukii afecta un gran número de especies cultivadas y silvestres, entre las que destacan por su importancia el cerezo, fresa, frambuesa, arándano y la vid, entre otros.
Con información de Muy Interesante