“Cuitláhuac tendrá seis años para investigar catorce de raterías” Yo
Quienes tramaron toda la historia de Javier Duarte y Karime, equivocaron el cálculo. Y no nos referimos a los socios o personas que se usaron para la creación de empresas fantasmas, para lavar el dinero robado de las arcas del estado, los que se prestaron a cambio de una lanita a participar en los robos. No, queremos referirnos a Enrique Peña Nieto y al gobernador veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares, el primero, señalado por la sociedad como el principal cómplice y beneficiario, y el segundo, quien usó el caso electoralmente, luego se benefició mediante el “vómito negro” a algunos compinches duartistas, y habría ordenado integrar mal los expedientes, como el de Karime, para librarla de ir a la cárcel.
Para explicar este entramado tenemos que comenzar con lo que dijo respecto a la sentencia que le dictaron a Javier Duarte el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien calificó como un circo, show y «cinito», que el caso del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, haya acabado en una sentencia de nueve años, recomendando “disfrutarlo, aprovecharlo, porque es el último, se acabó”. Querría decir que su gobierno dará seguimiento al caso y procederá contra todos los que estuvieron involucrados incluyendo al gobernador saliente, al del bienio.
Y es Cuitláhuac García quien nos da más luces sobre el asunto. El gobernador electo, tras calificar de “ridícula” la sentencia de nueve años, con posibilidades de reducirla a la mitad, es la evidencia de un intento por “cerrar un telón” de un show mediático llamado Duarte, el cual sólo se utilizó durante la pasada campaña electoral.
“Quienes comenzaron este juego –dijo Cuitláhuac– únicamente lo hicieron para salir en medios de comunicación durante campañas electorales, pero una vez electos se les olvidó lo más importante, integrar de manera correcta las carpetas de investigación para las distintas acusaciones en contra de Duarte de Ochoa”.
Con esa sentencia, jueces y los gobiernos federal y local encubren a Duarte, dijo tajante Cuitláhuac García, quien tendrá la responsabilidad (su Fiscal) de dar seguimiento al caso e ir a fondo sin tener compromisos de por medio, salvo con el pueblo de Veracruz y con el presidente López Obrador, quien le tiene el ojo puesto a Yunes Linares. Los delitos que no se hayan juzgado en este proceso amañado, se iniciarán.
El gobernador electo va más a fondo: “Para mí que Yunes Linares mintió, que no fue a fondo, que fue nada más un parapeto de campaña y miren en qué resultó, o sea, robarse 34 mil millones de pesos, equivale a una pena de cuatro años y medio de cárcel”, acusó.
“No hay que mentir, a Yunes se le quiere olvidar que su Fiscal solamente lo acusó en el proceso de extradición, que es el que importa legalmente, porque Duarte viene de un proceso de extradición, lo acusó de haberse subido a un avión, del desfalco de 220 millones de pesos y otras sanciones administrativas”.
Como decía el mago Septién, célebre narrador de béisbol, “esto no acaba hasta que se acaba”.
Este comentario se puede rematar con la sentencia de López Obrador: «Acuérdense cómo era de ‘voy a meter a la cárcel al corrupto del gobernador’ y terminaban haciendo lo mismo. ¡Eso se acabó! Aprovéchenlo, porque ya es lo último. No va a haber corrupción y no va a haber impunidad».
El IMSS botín de Silem García
Lamentable, que una dependencia federal como la del Instituto Mexicano del Seguro Social, cuya noble vocación es atender la salud de los mexicanos y en el caso de Veracruz, de los veracruzanos, se convierta en botín de rapaces políticos que solo buscan lucrar con el presupuesto. Durante la semana nos enteramos de algunas pillerías que se están cometiendo en la Delegación del IMSS en nuestro estado y nuestras fuentes del altiplano nos revelan más información y nos dan a conocer la molestia del Director Tuffic Miguel Ortega, quien ya dio un manotazo en el escritorio y pidió se investiguen las tropelías del Delegado Israel García Íñiguez, quien, manipulado por el ex regidor del Ayuntamiento de Xalapa, Silem García Peña y su incondicional, María del Carmen Martínez Martínez, se apoderaron de plazas habidas y por haber, se aumentaron los sueldos y el devoto pastor de la Luz del Mundo sale cada mes con las alforjas cargadas y copeteadas, a costa de abusos y corrupción.
Durante esta semana le iremos desgranando el grueso expediente que nos han acercado y esperamos con ansia que las oficinas centrales tomen cartas con el asunto, porque no es posible que mientras los veracruzanos no encuentra ni un mejoralito en los almacenes farmacéuticos y los médicos solo receten paracetamol para todo, unos cuantos vivales se estén enriqueciendo de esta noble dependencia federal, cuya única función debería ser atender, con calidad y efectividad, la salud de los veracruzanos.
Yunes, peor que Javier Duarte
El analista Alejandro Soto Domínguez nos envía el reporte de los resultados de la Envipe 2018, INEGI, en el que se afirma que ante el crimen, continúa el miedo de los veracruzanos en 2018, la percepción de inseguridad afecta al 88.8% de los ciudadanos; en 2016, con Duarte fue del 85.1%.
El pasado 25 de septiembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó los resultados de la ENVIPE 2018, que sirve para realizar estimaciones de la incidencia delictiva que afecta a los hogares y sus habitantes mayores de 18 años. Así también, la percepción social respecto de la seguridad pública y el desempeño de las autoridades en la materia. De acuerdo con INEGI, su información es interés nacional y de uso obligatorio para la Federación, los estados y municipios (DOF 20-12-2011), y destaca lo siguiente:
Con el porcentaje arriba indicado, nos ubicamos en el cuarto lugar nacional entre las entidades federativas más intimidantes del país; nos superan Tabasco (91.8%), Estado de México (91.8%) y Zacatecas (89.5%).
Las preocupaciones de los ciudadanos del estado de Veracruz, en orden de importancia, son: inseguridad, desempleo, aumento de precios, pobreza y salud.
Llama la atención la baja aprobación de las autoridades dependientes del gobierno del estado y los municipios, los bajos porcentajes de la opinión de mucha confianza así lo indican: Jueces (11.1%), Policía Ministerial o Judicial (9.2%), Policía Estatal (7.0%), Policía Preventiva Municipal (5.3%) y Policía de Tránsito (3.4%).
Este es el marco social donde está presente la gran irritación de los electores, que votaron por el cambio en 2018, pues el remedio al mal desempeño de Duarte, salió peor que la enfermedad.
Votamos por un mejor país
Interesante como cada domingo, el mensaje que da a través del semanario Alégrate, la arquidiócesis de Xalapa. El editorial de este número nos comenta:
“El pasado 1 de julio de 2018, la sociedad salió a votar en contra de la pobreza, de la corrupción, de la violencia y de la impunidad. La gente desea mejores condiciones sociales, creyó en las promesas de cambio que se ofrecieron a diestra y siniestra. No votaron por las posturas personales, sino por un mejor país. Estas deberían ser las prioridades a resolver por parte de los nuevos legisladores.
“Lamentamos que mientras la gente vive con mucha zozobra porque no se han resuelto a fondo los grandes problemas que le preocupan, algunas autoridades electas anden promoviendo iniciativas que responden más bien a agendas extrajeras o negocios trasnacionales como la Planned Parenthood Federation y la Open Society de George Soros, que han hecho del aborto un jugoso negocio, además de atentar contra la idiosincrasia mexicana y los valores fundamentales”.
Reflexión
¿Cómo está eso de que la extitular de Investigaciones Ministeriales de la Fiscalía General del Estado (FGE), María del Rosario Zamora González, acusó al Fiscal Jorge Winckler Ortiz de haberle ofrecido la libertad a cambio de que inculpara a su antecesor Luis Ángel Bravo Contreras… ¿No que todo era legal y transparente, que no había venganzas políticas en la aplicación de la justicia? Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas