En esta segunda parte de la conversación, Noel Josafat García Melo habla de su llegada a Xalapa y de su formación, primero en el piano, después en la dirección orquestal y finalmente en su real vocación, la dirección coral. Habla también de la formación de dos de sus proyectos vocales, el coro Altus y el Ensamble Veracanto.

La ruta de la batuta

Estuve en la escuela Julián Carrillo ese año, después vine a hacer examen en piano, me aceptaron y comencé estudiar en la Facultad de Música. Inmediatamente vi que había un curso de dirección de orquesta con el maestro Fernando Ávila y hablé con él:
—Maestro, no sé nada de dirección pero me gusta mucho, me llama mucho la atención
—Pues vente al curso
Y empecé a estudiar con él.
Después tomé cursos de dirección de orquesta en Guadalajara, en Celaya, en México. Me gustaba mucho estudiar y estar con la orquesta pero era muy básico, apenas estaba yo aprendiendo.
Después de un tiempo de estar estudiando piano, me di cuenta de que en la carrera de Educación Musical de la Facultad [de Música], daban clases de dirección. Me metí a Dirección Musical y fue padrísimo, estudié cuatro semestres de dirección con el maestro Humberto Robles —que ya no está aquí en Xalapa—, es un excelente maestro, yo considero que ha sido una suerte haber tenido varios de esos maestros que lo inspiran a uno. Él daba Dirección Coral y luego Dirección Orquestal.

Altus

Canté un tiempo en la Camerata Coral [de la Facultad de Música UV] con el maestro Eugenio Sleziak, después me salí y vino la inclinación hacia la dirección coral, que es a lo que ahora me dedico. Fue bien curioso, esta historia siempre la cuento: tengo dos hermanos, ambos estudiaron música; mi hermano Obed estudió guitarra y también estudió la Normal, ahora ejerce como maestro de primaria pero es excelente guitarrista, a él y a un amigo pianista que se llama Candelario se les ocurrió hacer un coro. Éramos fans de Les Luthiers y nos pasamos la tarde y la noche viendo vídeos y riéndonos y volviéndolos a ver una y otra vez (risas), como tenían piezas corales, dijeron ¿por qué no hacemos un coro para montar piezas de Les Luthiers y tú, que estás estudiando dirección, diriges? Pero la idea no era tanto hacer música sino, lo recuerdo muy bien, invitar a las chavas más guapas de la Facultad a que se integraran al coro (risas). Esa fue, realmente, la motivación que nos hizo formar el coro, pero nos divertimos mucho.
Así empezó el coro Altus, que sigue hasta la fecha. Eso fue en el 2006, solo lo hicimos para participar en festival del Día del Músico que organiza la Facultad, pero después nos dimos cuenta de que nos gustaba, que no lo hacíamos mal y decidimos continuar. Fuimos a Toluca, a un festival en San Luis Potosí y a los festivales de Tlaxcala.

Tomando pulsos

Después ingresé otra vez a la Camerata y fuimos, no recuerdo si en el 2007 o en el 2008, a participar en América Canta, un festival de coros que se hace en la Habana. Estuvo súper padre: los talleristas, los coros, todo. Yo quedé flechado con los coros, dije esto me encanta y empecé a prepararme, a tomar cursos pero ya de dirección coral. Tomé un diplomado de dirección musical en la UNAM con el maestro Sergio Cárdenas, después me invitaron a dirigir un coro de niñas que se llamaba Soñando Hadas, yo no tenía ninguna experiencia con coro de voces iguales, pero como me encanta la música coral, acepté. Estuve como un año, fue una experiencia muy bonita, fuimos a la Cumbre Tajín, después lo tuve que dejar porque un amigo me invitó a trabajar en un coro infantil y juvenil en Coatzacoalcos y también estuvo muy padre esa experiencia. Uno va tomando pulsos, aprendiendo cuando dirige.

Repasador

Después se hizo el Coro de Cámara del Estado de Veracruz y salió una convocatoria para pianista, alguien me dijo oye, tú eres director y eres pianista, pues preséntate a la audición. Fui, me hicieron la prueba y pasé. Estuve ahí cerca de dos años con el maestro Alfredo Elías —que ya también falleció—. Era un ritmo de trabajo muy pesado porque ensayábamos de lunes a viernes y era en Veracruz, entonces diario teníamos que ir y regresar.
Con ese coro fuimos a Mérida, al festival de Yucatán del maestro Néstor Rodríguez, después hicimos giras dentro de Veracruz, me acuerdo que hicimos una que sí duró mucho tiempo. Fue muy buena la experiencia de estar en ese coro, había voces muy buenas.
En la ópera, existe el pianista repetidor, pero los del coro decían:
— Tú no eres pianista repetidor, tú eres pianista repasador
—¿Por qué repasador?
—Porque tú repasas las voces (risas)
Había ensayos que me tocaba hacer a mí, eso también fue muy buena experiencia, estar dirigiendo a un coro que tenía voces más experimentadas, me ayudó muchísimo. Después hubo un recorte del coro y salí porque ya no necesitaban pianista.

Veracanto

Pasó un año, después, a dos compañeras que estaban en el coro se les ocurrió juntarnos para cantar porque ya había desaparecido el coro y lo extrañaban. Formamos una agrupación pero no teníamos ni idea de cómo ponerle (risas), nunca llegamos a un acuerdo sobre el nombre y dijimos provisionalmente vamos a ponerle Ensamble Vocal Veracruzano, nunca lo cambiamos hasta ahora que dijimos hay que buscar un nombre más corto y le pusimos Veracanto.
Eso fue en 2012, recuerdo que en aquel entonces ensáyabamos en la Escuela Municipal de Bellas Artes, en Veracruz, porque había unos amigos que estaban radicando allá, pero nos apoyaban con los viáticos a los que teníamos que viajar.
Con el Ensamble Vocal Veracruzano fuimos a varios festivales, ganamos concursos, volvimos a ir a Mérida, fuimos a Guadalajara y al festival de Tlaxcala.

Entre la samba y la Bamba

Luego me entró la fiebre de aprender portugués, me llamaba la atención el acento. Quería irme a estudiar fuera e hice el examen Celpe-Bras —que es el equivalente al TOEFL— para poder estudiar en Brasil y lo pasé. No me fui porque alguien me desmotivó (risas), pero al final le agradezco; era un director de orquesta, le dije:
—Maestro, vi que usted ha ido varias veces a Brasil, fíjese que yo deseo ir a estudiar un posgrado en dirección allá
—No, no te vayas, solamente que vayas a estudiar samba o futbol, estamos mejor aquí
No sé si tenía razón, ahora en cualquier parte del mundo hay excelentes maestros, no es que Brasil fuera malo o no, pero eso fue lo que me dijo. Se abrió el posgrado en Dirección Coral en la Universidad Veracruzana, aquí en Xalapa, y tomé la decisión de tomarlo. Fue muy satisfactorio, crecí muchísimo profesionalmente.

(CONTINÚA)

PRIMERA PARTE: Revelaciones y decisiones
TERCERA PARTE: El gesticulador



 

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