Pese a que aparentemente tiene pocas posibilidades de alcanzar la dirigencia nacional del PAN, Manuel Gómez Morín, aspirante a la presidencia del CEN, se ha dedicado a agitar las conciencias de la militancia del partido que fundó su abuelo del mismo nombre en septiembre de 1939.
En un video que difundió en las redes sociales, el nieto del ex rector de la UNAM, fundador del Banco de México y destacado miembro también del llamado grupo “Los Siete Sabios de México”, les dice textualmente a sus correligionarios:
“La virtud de la derrota es el aprendizaje que deja. El problema es cuando te niegas a aprender; aprender a conocer los errores, tus errores, de nadie más. Porque fuiste tú quien permitió que le cambiaran el rostro al partido, que se pasaran por alto sus principios, sus valores, su mística. Porque terminaste aceptando aquello que antes combatías, porque te quitaron la palabra y el voto y ni las manos metiste, porque dejaste que una minoría voraz se impusiera, y antes de oponerte le aplaudiste. Dejaste pasar una y otra: imposiciones, prácticas autoritarias, corrupción, sumisión torpeza.
“El resultado ya lo sabemos, ni caso tiene ocuparse de ello. El problema es a dónde vamos, qué aprendimos, qué estamos haciendo diferente. La respuesta es ¡nada! Ni siquiera hemos tocado fondo, los responsables de la derrota pretenden quedarse con lo poco que queda para administrar las ruinas. Enfrente se cierne una amenaza aún más grave: entregarle el partido a gente que carece de escrúpulos y que terminará convirtiendo al PAN en una mala copia del PRI. Impensable, Asume tu parte, haz lo que te toca, levanta la voz, defiende lo que es tuyo, lo que tanto trabajo te ha costado, aquello por lo que tanto luchaste. El sueño de nuestros fundadores, el anhelo de una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos. Eso es el PAN, pensamiento, doctrina, historia; no arrebato, conveniencia ni agandalle. Mi abuelo dijo: ‘no venimos aquí a ganar ni a obtener sino a definir lo que es mejor para México’. Eso hagamos, cambiemos la fórmula, volvamos al principio, sintamos correr en nuestra sangre esa energía y esa fuerza que nos impulse a hacer las cosas bien, con amor, con valor, con alegría. Hagamos que Acción Nacional vuelva a ser la casa de todos y, sobre todo, hagamos que México vuelva a confiar en nosotros. Aquí estoy para hacerles frente y convencerte de que así como fuimos capaces de mover las almas, hacer ciudadanía, a ser oposición y sacar al PRI de Los Pinos, ahora nos toca volver a empezar bajo un solo principio: ¡Hacer lo correcto!”
¿El auténtico panismo de Veracruz reaccionará al mensaje de Gómez Morín? ¿O nuevamente se dejará someter y será agandallado por el yunismo que encabeza el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo nepotismo contribuyó a la debacle electoral del PAN en los comicios de julio pasado?
El año antepasado, Juan José Rodríguez Prats, un panista doctrinario que había coincidido como diputado federal con Yunes en la LV Legislatura, publicó un texto a principios de diciembre de 2016 en el diario Excélsior consignando lo siguiente del ex priista veracruzano: “Antes de renunciar al PRI, me relató los conflictos con sus dirigentes, dada su lealtad a Elba Esther Gordillo. A preguntas suyas, le platiqué lo que es el PAN. Ingenuo de mí, le hablé de su doctrina, de sus tradiciones, temas que nunca le han merecido la más mínima atención”, comentó el tabasqueño, quien le daba la razón al ex dirigente e ideólogo panista Carlos Castillo Peraza, quien ironizaba que “todos llevamos un priista en nuestro interior”.
“En el caso de Yunes –refería Rodríguez Prats– no es pequeño y sí bastante mañoso. Los panistas temen que pretenda hacer del partido una dependencia del gobierno, sin respetar sus prácticas democráticas y sus ordenamientos internos.”
Y no se equivocó. Ahora está por verse si el auténtico panismo veracruzano volverá a dejarse apabullar otra vez por el gobernador saliente, quien pretende adueñarse de la dirigencia estatal del PAN para intentar recuperar en 2024 la gubernatura para su fracasado primogénito.