Hace un par de días fue difundida en las redes sociales y en algunas publicaciones impresas de la entidad y de la capital del país muy afines al gobierno yunista de Veracruz una fotografía de Karime Macías, esposa del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien fue captada en el Metro de Londres mientras leía el semanario “The New Yorker”.
¿Por qué persiste el acoso en contra de Macías Tubilla por parte de la administración estatal del PAN si hasta ahora la Fiscalía General del Estado no ha podido sustentar jurídicamente en su contra ninguna de las imputaciones que le ha hecho?
Y es que en mayo pasado, en la víspera de las elecciones, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares había mostrado otras fotografías y videos de Karime para exhibir ante la opinión pública que la esposa de su odiado antecesor vivía entre lujos en un barrio exclusivo de la capital de Inglaterra. Inclusive el mandatario declaró haber cubierto personalmente los gastos de la persona que viajó hasta la isla británica y que durante varios días se dedicó a espiar a la cónyuge del ex gobernador priista.
“Pedí a una persona de mi total confianza que fuera a Londres, que se acercara a ella, que conversara con ella y que le diera su nombre y con este video podemos afirmar sin lugar a dudas que se trata de ella”, dijo Yunes en conferencia de prensa donde mostró las imágenes.
Pero en ese momento se entendía la motivación de Yunes, quien echó mano de todos sus recursos políticos, judiciales y financieros para imponer a su primogénito en la gubernatura.
Inclusive, por esa misma fecha también, la Fiscalía General del Estado anunció que había solicitado a la Procuraduría General de la República (PGR) el inicio de procedimiento de extradición de la ex presidenta del DIF estatal, en seguimiento de una supuesta orden de aprehensión por el presunto delito de fraude específico, cuantificando en 112 millones 216 mil 820 pesos el daño patrimonial al Gobierno de Veracruz. La FGE la acusaba de haber simulado la compra de equipo médico, alimentos, dispositivos para la captación y purificación de agua, que “fueron pagados” a seis empresas fantasmas.
En esa ocasión, el fiscal Jorge Winckler Ortiz señaló que, de acuerdo con el oficio número FGE/DCP/3968/2018, dirigido a Yuri Sergio Camarillo Martínez, director general de Procedimientos Internacionales de la PGR, ya había sido solicitado el proceso de apoyo y extradición para que la Fiscalía federal hiciera lo pertinente a la Interpol con adscripción a sus homólogos en Inglaterra.
Sin embargo todo, al parecer, ¡fue una farsa! Y es que, el 11 de junio del presente año, mediante oficio número FGE/FESP/285/2018/XIII, Carlos Alberto Delgado, Fiscal Décimo Tercero Especializado en delitos relacionados con Hechos de Corrupción y cometidos por Servidores Públicos, le notificó a Karime Macías, en respuesta a su escrito entregado cuatro meses antes a la Oficialía de Partes de dicha instancia ministerial, que “esta Fiscalía Décimo Tercera a mi cargo no cuenta con alguna imputación, Carpeta de Investigación, Averiguación Previa, Acta Circunstanciada o cualquier línea de investigación en la que la solicitante aparezca como indiciada y/o señalada por alguna persona en Carpeta de Investigación…”
Igualmente, el 13 de junio, mediante notificación por estrados, el fiscal octavo José Tomás Francisco Hernández Morales, mediante oficio número FGE/FESP/470/2018/VIII, en respuesta a Macías Tubilla –quien inclusive le solicitó al funcionario de la FGE que “gire atento oficio al Titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, a efecto de que por su conducto solicite al Consulado Mexicano con sede en el País de Inglaterra, llevar a cabo la diligencia ya mencionada”–, también le confirmó a la esposa de Duarte de Ochoa que en la Fiscalía a su cargo no había “alguna imputación” en su contra.
Y… ¿entonces? Como en su momento lo señalaron los candidatos a la gubernatura del PRI y MORENA, Pepe Yunes Zorrilla y Cuitláhuac García Jiménez, sólo se trató de un ardid mediático utilizado por Yunes Linares y su Fiscal para romper el empate técnico que por esas fechas mostraban las encuestas de preferencia electoral entre el hijo del mandatario veracruzano y el morenista.
Hasta el propio fiscal general Jorge Winckler se encargó de presumirlo, al filtrar a sus reporteros afines una breve columna periodística que tituló “Bombazo winckleriano”. Según versión del corresponsal de la revista Proceso en Veracruz, Noé Zavaleta, en “un texto cargado de errores ortográficos y pifias gramaticales”, el titular de la FGE afirmaba que “el escándalo de la esposa de Duarte hizo avanzar a Yunes Márquez: ‘Están agraviados porque Chiqui, Chiqui, Chiqui Yunes avanzó de menos cinco puntos en todas las encuestas con este Bombazo Winckleriano’ (sic)”.
El aspirante del PRI a la gubernatura, José Yunes Zorrilla, quien nunca pudo remontar el tercer lugar en las preferencias electorales, declaró que el gobierno de Yunes Linares estaba preocupado porque las encuestas no favorecían a la coalición “Por Veracruz al Frente”, del PAN-PRD-MC, y que por ello había desatado una cacería de ex funcionarios priistas con el apoyo flagrante de la FGE. “Si no les dan los números, asuman su situación y no utilicen ni las instituciones ni la indignación del pueblo para seguir tratando de obtener raja electoral”, exigió el abanderado del partido tricolor.
Y, en efecto, los números no les dieron en los comicios de julio pasado. Con el desfondamiento del PRI, Cuitláhuac García terminó sacándole más de 200 mil votos de ventaja al primogénito del gobernador.
Si ya perdieron la elección, ¿qué pretenden ahora al seguir exhibiendo a la esposa de Duarte de Ochoa? ¿Exacerbar a la opinión pública ante la posibilidad de que antes de diciembre próximo el ex gobernador pudiera seguir su proceso penal en libertad, luego de que la PGR decidió modificarle el delito de “delincuencia organizada” por el de “asociación delictuosa”? ¿O qué otro trasfondo esconde esta enfermiza obsesión de Yunes?