Juan Rodríguez Clara, Ver.- Este martes al mediodía el padre Alejandro Solalinde, activista de los derechos humanos de los migrantes, acudió a la ciudad de Juan Rodríguez Clara en donde estaban refugiados varias decenas de migrantes que fueron emboscados en una redada organizada por la Policía Federal y la Policía Estatal, además de personal del Instituto Nacional de Migración (INM).
Eran cerca de 500 migrantes centroamericanos los que viajaban a bordo de “La Bestia” por la tarde del domingo, cuando a la altura de la comunidad de Los Tigres, cerca de Juan Rodríguez Clara, el tren se detuvo en su totalidad por un retén de la Policía y Migración.
Los migrantes relataron que los elementos comenzaron a disparar por lo que ellos optaron por arrojarse del tren, lo que les provocó varias heridas. Hubo quienes se internaron en los cultivos de piña y resultaron hasta electrocutados por las vayas energizaras que abundan entre los piñeros y los que se quedaron fueron golpeados e incluso a uno “le cortaron los dedos”, aseguraron los entrevistados, refugiados en un albergue habilitado por civiles.
Quienes pudieron escapar, recibieron ayuda en localidades de las cercanías, aunque la mayoría llegó a Juan Rodríguez Clara. De unos 500 que viajaban en el tren, estiman que 200 fueron detenidos por Migración para ser enviados d vuelta y al menos 170 llegaron a Juan Rodríguez, de los cuales la mayoría decidió seguir su camino en el tren durante la noche del lunes. No obstante, aseguran que entre las piñas, quedaron connacionales muertos.
Cerca del mediodía, llegó el padre Solalinde al inmueble que se volvió albergue de migrantes y al escuchar los relatos de los centroamericanos, exigió la renuncia tanto del titular a nivel nacional como del delegado federal en Veracruz del INM, así como indicó que ayudaría a los migrantes a que interpusieran su denuncia formal, además de que les dijo que por derecho, como víctimas, les correspondía una visa humanitaria.
Solalinde también estuvo acompañado por Rubén Figueroa, del Movimiento Migrante Mesoamericano, también activista por los Derechos de los Migrantes, por lo que en conjunto ofrecieron apoyo a los hombres y mujeres que vivieron este tipo de redada.
El padre Solalinde dijo, en rueda de prensa, que el Gobierno de Enrique Peña Nieto se ve presionado por Estados Unidos y Donald Trump para realizar este tipo de actos y evitar que los migrantes alcancen la frontera norte, es decir, que el Estado mexicano estaría haciendo “el trabajo sucio”, por lo que reiteró que no era posible que a tres meses de que se acabara este Gobierno se fueran haciendo este tipo de actos.
“México es un fosario, pero aquí en Veracruz sobre todo es donde hay más fosas. Hay muchísimas fosas que no saben de quién son y hay migrantes”, expuso Solalinde ante reporteros, activistas y migrantes al referirse al reciente descubrimiento de fosas en Arbolillo, Alvarado. Y tampoco descartó que en las inmediaciones de donde sucedió este retén también hayan quedado cuerpos de las personas heridas de bala, como lo relataron los otros centroamericanos en tránsito.
“Dicen que nos rescataron y es mentira; de 40 que estábamos en una laguna, mataron a dos, los torturaron, les cortaron los dedos con pinzas, pudimos ver muchas cosas y pudimos escapar de ahí. Hay muertos, fueron a buscar y dicen que no hay nada, pero nosotros sabemos que están ahí”, fueron las duras palabras con las que relató su experiencia Julio César Romero, de 34 años, originario de Honduras.
Los actos que realizó la Policía y Migración fueron considerados como una “cacería” de migrantes ante la presión de Trump sobre la política migratoria de México, por lo que Solalinde aseguró que con Andrés Manuel López Obrador la situación deberá cambiar pero, si no lo hace, está preparado para trabajar “desde el otro lado” y emitir las críticas correspondientes.
Violeta Santiago/Avc