La LXIV Legislatura es la cuarta más cara del país, apenas por debajo de Ciudad de México, Estado de México y Michoacán. Cada uno de los 50 diputados cuesta a los veracruzanos 14 millones 643 mil pesos, por lo que se ubican como los séptimos más caros en el ranking nacional.
Los legisladores locales gastaron a diciembre del 2017 un presupuesto de 679 millones 900 mil pesos, de ese total crearon una bolsa de 63 millones de pesos, poco menos del 10 por ciento para “gastos adicionales” y técnicamente desviaron 6 millones 192 mil pesos, en supuestas ayudas sociales, a pesar de que no está dentro de su función.
Este año se gastan 732 millones 135 mil pesos, lo que representa un cinco por ciento más que el año pasado. Y se asignaron 192 millones de pesos para la Fiscalización, a través del Órgano de Fiscalización Superior.
De acuerdo al Informe Legislativo 2018 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la Cámara local, al igual que en otras entidades federativas, no es clara en el manejo de los recursos públicos y resulta caro mantener a los representantes populares.
El reporte revela que cada diputado local personifica a 164 mil 409 veracruzanos, lo que los ubica como los cuartos a nivel nacional con mayor representación, apenas por debajo del Estado de México, Jalisco y Guanajuato.
También ocupan la cuarta posición en cuanto al presupuesto que se ejerce, debajo de la Ciudad de México que gasta 2 mil 366 millones de pesos, el Estado de México que etiquetó mil 582 millones de pesos y Michoacán 984 millones 483 mil pesos. Los diputados locales dilapidan 783 millones 135 mil pesos.
En cuanto equidad de género, la LXIV Legislatura ocupa el lugar número 18, ya que solo hay 19 diputadas. Los Estados de Chiapas, Coahuila, Querétaro y Campeche, son los únicos que cumplen con paridad de género, al estar integrados desde el 51 y hasta el 60 por ciento de mujeres.
A partir de la instalación de la LXV Legislatura de Veracruz, el próximo 5 de noviembre, el Congreso se integrará en 50 por ciento mujeres y 50 por ciento hombres.
En cuanto a su costo anual son más caros los diputados de la Ciudad de México, le siguen los del Estado de México, Sonora, Baja California Norte, Quintana Roo y Jalisco, donde al año se invierten desde 35 millones 849 mil pesos hasta 18 millones 61 mil pesos por cada representante popular. los veracruzano cuestan 14 millones 643 mil pesos.
Cómo se gasta el presupuesto
Cada diputado gana 58 mil 123 pesos, un promedio de mil 937 pesos al día, tienen derecho a 92 días de aguinaldo, por lo que antes de dejar la representación podrán cobrar dicha prestación por 178 mil 243 pesos.
El informe de IMCO, que se basa en las cuentas públicas y los informes trimestrales de la Cámara, detalla que en el 2017 se gastaron en servicios personales 384 millones 865 mil pesos, el 57 por ciento del total de los recursos etiquetados. La bolsa incluye el pago de salario y bonos adicionales de los diputados y los 682 trabajadores.
9 millones 689 mil pesos se gastaron en materiales y suministros; otros 42 millones 833 mil pesos se destinaron a servicios generales; 236 millones 24 mil pesos se etiquetaron para transferencias, asignaciones y subsidios, sin especificar cuál fue el destino final.
Además se gastaron -en 2017- un millón 410 mil pesos en el pago a personal transitorio, 63 millones 599 mil para gastos “adicionales y especiales”, 3 millones 287 mil pesos para combustibles, 10 millones 349 mil para el área de comunicación social y un millón 82 mil pesos para viáticos.
También se destinaron un millón 777 mil pesos para servicios oficiales, 10 millones para servicios generales, y 6 millones 192 mil pesos para ayudas sociales, entre otros gastos. Cada diputado cuenta con al menos 14 personas de apoyo.
Las conclusiones
El reporte de IMCO reveló que existe una asimetría presupuestal indicativa de serias ineficiencias en la función legislativa. Las legislaturas realizan las mismas funciones, sin embargo las disparidades en el presupuesto y gasto son relevantes. Esto significa que hay margen para hacer lo mismo con menos recursos financieros y sin comprometer el logro de sus metas
Además hay una mala planeación del gasto. Los diputados locales se asignan un presupuesto cuyo monto original varía significativamente en algunos congresos lo que, a menos que ocurra una situación extraordinaria, no tiene justificación pues el trabajo parlamentario sigue siendo el mismo en un ejercicio fiscal.
Incurren en invasión de funciones del Ejecutivo y uso indebido de recursos públicos. Los congresos de los estados y de la Ciudad de México ejercen un monto importante de su gasto para ejecutar funciones que no son propias de un legislativo. Mantener esta práctica contribuye a fortalecer el clientelismo político de los legisladores locales.
Isabel Ortega/Avc