El manuscrito azteca de 1552, Libellus de Medicinalibus Indorum herbis, autoría de Martín de la Cruz y cuya traducción del náhuatl al latín estuvo a cargo de Juan Badiano, mejor conocido como Códice De la Cruz-Badiano, fue presentado ante estudiantes la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB) de la Universidad Veracruzana (UV) por Carmen Giral Barnés, consejera y ex presidenta del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Farmacéutica, A.C. (Comaef).
La presentación de la obra –creada y traducida para Francisco de Mendoza, hijo de Antonio de Mendoza, primer virrey de Nueva España– fue en el marco del 2do Simposio de Ciencias Farmacéuticas, el viernes 24 de agosto en el auditorio de la Facultad de Arquitectura.
En su presentación, citó a Francisco Giral, entusiasta farmacéutico e investigador de plantas medicinales, quien en su momento llamó la atención sobre el título “humildemente” titulado Libellus de Medicinallibus Indorum herbis, es decir, folleto u opúsculo, y su autor, Martín de la Cruz, de quien apenas se sabe que era un “indio médico”.
De acuerdo con Francisco Giral, lejos de ser un folleto nos encontramos ante la primera “farmacopea de América”, y desde luego el primer tratado de farmacognosia del continente basado en conocimientos autóctonos.
La conferencista explicó que el texto fue enviado a España y depositado en la Biblioteca Real, y probablemente permaneció ahí hasta el siglo XVII. Después, tras pasar por algunas manos más, formó parte de la Biblioteca Vaticana. Gracias a la gestión del intelectual Miguel León-Portilla, como integrante del Comité para la Restitución de Bienes Culturales de la UNESCO, fue posible solicitar el códice a la Santa Sede y entregado al país en 1990 por Juan Pablo II.
De acuerdo con Giral Barnés, el códice permite corroborar el conocimiento que sociedades originarias –concretamente la mexica– tenían sobre las propiedades de las plantas, su aplicación y preparación. En sus 13 capítulos es posible apreciar cómo el sistema médico indígena clasifica las enfermedades de la cabeza a los pies; incluso, contempla “remedios para el corazón roto” y otros peculiares como el llamado “Árboles y flores para la fatiga del que administra la República y desempeña un cargo público”.
El códice refiere 227 plantas medicinales, de las cuales hay imágenes de 185. Asimismo, 64 simplemente son mencionadas por su nombre. Además, las formas farmacéuticas son a lo sumo variadas: bálsamo, cataplasma, emplasto, emulsión, fomento, infusión, jabón, jalea, jarabe, jugo, pasta, polvo, pomada, sahumerio, solución, tónico, ungüento y vino medicinal.
En la conferencia, Carmen Giral dio detalles de la pasiflora, el toloache, el floripondio, entre otras. Además, destacó que la edición del códice lograda por el Comaef es un tributo que los farmacéuticos hacen a Martín de la Cruz, difundiendo sus conocimientos.
Además, comentó ante los estudiantes y público en general presente que quien esté interesado en consultar tal edición, puede hacerlo en bibliotecas de la UV como la de Humanidades, Instituto de Antropología e Ingeniería y Ciencias Químicas Xalapa.
Karina de la Paz Reyes Díaz/Prensa UV