Como si se tratara de una película de negro final, los últimos días de la yunicidad se han ido colmando de inconformidades de parte de quienes han sido afectados por las decisiones, indecisiones en muchos casos, de la administración gubernamental actual. Empresarios, transportistas, colectivos de desaparecidos y lo que faltaba, hasta niñas deportistas y no se trata de un caso menor, de ser cierto.
Integrantes del Club Oro de gimnasia, quienes practican el deporte en las instalaciones de la Arena Veracruz, bajo autorización de sus padres, difundieron un video en redes sociales en el que manifiestan ser víctimas de acoso, «nos graban» dicen, acusan directamente a la directora del Instituto Veracruzano del Deporte y a su personal, «nos toman videos y nos toman fotos, dirigiéndose al gobernador Miguel Angel Yunes le recuerdan su promesa de que en Veracruz «los niños no se tocan». Y no, no se tocan, pero se graban, se fotografían sin el consentimiento de los padres, lo que significa un delito grave y está señalado en la Ley General de los Derechos de Niñas, NIños y Adolescentes.
El caso de las pequeñas no es único, tristemente las redes sociales de muchas instituciones educativas, nos referimos a las particulares, están llenas de fotografías de alumnos menores de edad a quienes se les exhibe sin el permiso correspondiente, incluso poniendo datos que colocan a los chicos en un estado de vulnerabilidad. Para ir al contexto de quienes vivimos en Xalapa, tomando en cuenta que la situación es de todo el estado, basta con entrar en las páginas de facebook del Instituto Panamericano, por ejemplo, o de otros, y encontraremos fotos de cualquier tipo de niña o niño que nos plazca, de la edad que sea, entre 4 y 18 años, un catálogo entero para cualquier secuestrador o pederasta, así de duro se lee y así de duras pueden ser las consecuencias; la culpa no es toda de las escuelas, lamentablemente en muchas casas hay una profunda ignorancia de estos asuntos y del riesgo que los hijos e hijas corren al exponerles abiertamente en el internet, porque además hago hincapié en que los sitios web o fanpages de las instituciones a las que nos referimos son abiertas, no es necesario pertenecer a la comunidad estudiantil para echar ojito a las alumnas y alumnos. Además publican el grado al que pertenecen, los horarios, los convierten en carnada fácil.
Asusta hablar del tema, da coraje, impotencia, escuchar a las pequeñas gimnastas hacer ese tipo de denuncias, incluir en sus señalamientos a Angeles Ortíz, una deportista destacada que se le ocurrió vender su nombre para tener un cargo en el que nunca pudo tener una aceptación total de todo el ámbito deportivo veracruzano. Si de verdad han grabado y fotografiado a esas niñas sin que sus papás hayan dado permiso se van a ir al bote derechito, ojala. ¿Para qué, por qué, cuáles son las razones? no cabe una sola que pueda ser coherente, podríamos estar frente a un gran escándalo de acoso y le agregaríamos un clavo más al cajón del yunismo en el estado.
Hasta la hora en que escribo éstas líneas no hay respuesta institucional, no han convocado a escuchar importantes mensajes en redes sociales, en vivo; tampoco existe, hasta el momento, otra declaración por parte del Club Oro mas que la de Yzmín Gil, vocera del equipo, quien dice que se trata de «acoso institucional», que el tema va por el uso de las instalaciones y sus condiciones, pero también dice que no saben el uso o fin que tiene los videos y fotos que personal de intendencia toma a las niñas; lo que confirma nuestro planteamiento de la gran ignorancia que existe sobre estos asuntos, esperemos que no bajen de nivel los conceptos por presiones, porque ya expusieron a sus niñas a decir algo que ahora les toca sostener como responsables de ellas.
De momento, les invito a consultar la Ley para ir tomando perspectiva de los alcances que el asunto podría tener. La Ley General de los Derechos de NIñas, NIños y Adolescentes, en su capítulo 17 dice: «Niñas, niños y adolescentes no podrán ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia; tampoco de divulgaciones o difusiones ilícitas de información o datos personales, incluyendo aquélla que tenga carácter informativo a la opinión pública o de noticia que permita identificarlos y que atenten contra su honra, imagen o reputación.»
Y, sobre el tema de las niñas gimnastas y lo que pasa en tantas instituciones educativas, el artículo 77 de la misma ley es muy claro: «Se considerará violación a la intimidad de niñas, niños o adolescentes cualquier manejo directo de su imagen, nombre, datos personales o referencias que permitan su identificación en los medios de comunicación que cuenten con concesión para prestar el servicio de radiodifusión y telecomunicaciones, así como medios impresos, o en medios electrónicos de los que tenga control el concesionario o medio impreso del que se trate, que menoscabe su honra o reputación, sea contrario a sus derechos o que los ponga en riesgo, conforme al principio de interés superior de la niñez.»
De verdad, y aunque implique quitar la poca credibilidad que un servidor tenga, ojala se trate de un mal entendido, ojalá no salga mañana el gober, el «fiscal» o Angeles Ortíz a decir que es un tema de intereses particulares, aunque no nos sorprenderían pues su estilo ha sido criminalizar a las víctimas antes de mostrar pruebas; pero estamos hablando de niñas, y cuando creímos que lo habíamos visto todo del Tío Fide para acá, pasando por el gobierno abundante, resulta que a los panyunistas les bastaron dos años para sacar el cobre.
Muy cierta la frase, las niñas y los niños no se tocan, pero tampoco se graban, se fotografían, se explotan, se acosan; estamos hartos de verdades a medias, de resultados a medias, de cumplir promesas a medias. A ustedes que han ofendido a las y los veracruzanos no les va a tocar castigo a medias, y si así fuera, que sea de la mitad…pero para atrás.