88 días para el final, y ya se les conoce y señala, como  gobiernos representativos de la opacidad y por tanto, dirigidos por delincuentes potenciales o reales,  caracterizados por impedir, conculcar  o negar el ejercicio de los derechos y libertades.

Gobiernos  cuyo ocultamiento, negación, manipulación o simulación de información,  facilitan o propician  incapacidad y rapacidad, corrupción e impunidad.

No cumplen ni hacen cumplir,  transparencia oficial y obligación gubernamental de  difundir y hacer público lo que hace o deja de hacer. En forma sistemática y permanente, se dedican a impedir o escamotear,  el derecho efectivo a la información y la rendición de cuentas verdaderas.

Tal es el caso del Gobierno de Veracruz, cuya situación es, además,  patética y lamentable. Ni que decir del IVAI, órgano instalado en la comodidad de la rutina superficial y la mediocridad encubridora. ¿Cumplen en tiempo y forma, los entes gubernamentales obligados a informar? ¿Lo hacen y actualizan?

El colmo, entre muchos, es el ya ejemplo de autoritarismo delictivo, desplegado por el gobierno estatal, contra  fundamentadas  solicitudes, que pierden o archivan los encargados de  los laberintos burocráticos, del absurdo y la ilegalidad.

De esos loables intentos ciudadanos, destaca  recientemente, el de Naldy Rodríguez , reconocida periodista y prestigiada académica, quien como otros, desde hace  años, en forma persistente y sustentada, ha solicitado información pública relacionada,  con cuantiosos  gastos gubernamentales,  destinados a la comunicación social del gobierno de Duarte, pero que injustificada e inexplicablemente los que están y ya se van, se han negado sistemáticamente a proporcionar, a pesar de la orden  de la Justicia federal,  que ha dado  razón y respaldado a la solicitante.

“Fue un largo camino, por la vía administrativa y judicial- ha escrito Naldy-. Hasta que se ganó el amparo federal –en marzo de este año-, el IVAI impuso amonestaciones y multas a la Coordinación General de Comunicación Social. Ni el Gobierno de Veracruz ni el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información actuaron de forma responsable, por el contrario fueron omisos y negligentes… A casi dos años de que dejó el “poder” Javier Duarte, la opacidad persiste en la publicidad oficial de Veracruz. En noviembre de 2017, Elías Assad, le declaró al corresponsal de Proceso que el ex gobernante “agasajó” con 13 mil millones de pesos a empresas periodísticas y que algunas nacionales eran sus consentidas… En la cuenta pública de 2016, el ORFIS señaló que desde la Coordinación de Comunicación Social se desviaron 2 mil millones de pesos y casi la mitad sería a empresas fantasmas, sin registro público y otras que compartían dirección en viviendas o locales cerrados en el estado de Puebla…” (Transparencia3.de240818: http://spiveracruz.com/spi/index.php/columnas/13470-opacidad-en-publicidad-duartista).

¿Por qué  esta absurda y arbitraria actitud?  ¿Socios, “ordeñadores”, imitadores, o  protectores del “duartismo”?

Fácil se puede integrar un catálogo de arbitrariedades, contradicciones, violaciones, alteraciones, distracciones y afectaciones, que ya caracterizan forma o manera, comportamiento o acción de los involucrados y presuntos responsables.

Desgobiernos, instituciones y dependencias, en manos de mediocres y perversos, autoritarios y discrecionales.  Ineptocracias, funcionando en opacidad e ineficiencia, enajenación y simulación oficial.

En Veracruz, tanto la obligación gubernamental de informar, como el derecho a saber,  ciudadano y social,  son ignorados, violados, quebrantados o administrados a conveniencia, por cómplices y delincuentes. Ni con sentencias y recursos de ley, se mueven o conmueven, los empecinados, hasta el final, en no cumplir con su deber.

Alerta pública e inconformidad social, se hacen sentir en innumerables formas y señalan,  similar actitud y conducta, las de los Poderes Legislativo y Judicial, así como de los órganos autónomos  y los gobiernos municipales que, en general,  convierten el derecho en letra muerta, y a sus administradores (mediocres o perversos) en presuntos delincuentes. Urge enfrentar  ineptos y corruptos, que afectan ya, a muchas de las instituciones públicas.

¿Y el órgano de simulación superior ORFIS, la Contraloría General,  y el sistema zombi, de simulación anticorrupción?

No hay de otra, definitivo  informarse para saber; para atender y resolver, bien y a tiempo, necesidades y problemas.

Razón de más para seguir insistiendo y preguntar, lo que desde siempre se niegan a informar. ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios especiales?

Pobre Veracruz. A inseguridad, recesión económica, pobreza y hambre. Hay que agregar más endeudamiento, crisis financiera, opacidad y falta de acceso a la información pública.

Por la regla de oro….

La ignorancia no es la madre de la felicidad. Imprescindible combatir opacidad y discrecionalidad, ocultamiento y manipulación, que son comprobadas formas de desinformación; así como de falta de rendición de cuentas, fiscalización y evaluación social.

Diálogo, comunicación,  acuerdo son elementos importantes,  para atender inconformidades y conflictos,  enfrentamientos y violencia.

Nada mejor que  resultados,  hechos que ratifican  intención  y  acción, de  esa convivencia pacífica, del interminable esfuerzo civilizatorio.

Esperanza y oportunidad a la vista. “El presidente electo, AMLO, sostiene que en su gobierno habrá absoluta transparencia, pues esa es la regla de oro de la democracia, y recalcó que se darán a conocer los salarios que devengarán todos los funcionarios federales, además de que se eliminarán todos los privilegios” (Eleconomista.220818). Veremos dijo un ciego. No es fácil, ni rápido.

Imposible olvidar, ignorar o minimizar lo obvio. Las ineptocracias de la delincuencia gubernamental pueden ser, son un gran negocio. La perversidad usa y abusa de la mediocridad, bien pagada.

Ni tan tontos ni tan desmemoriados, atrás de la complicidad, el desinterés, el dejar hacer y dejar pasar, siempre hay un beneficio, una utilidad. Total los costos, las consecuencias, esas si se hacen sociales; y como siempre, con cargo al presupuesto.

 

-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH