Integrantes del cuerpo académico (CA) Química Biomolecular adscrito a la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB) de la Universidad Veracruzana (UV), estudian los efectos contrarios o secundarios en el consumo de ginkgo biloba, planta considerada como milagrosa en el tratamiento y prevención de enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares y de cáncer.
“Efecto de los polifenoles presentes en plantas en diferentes enfermedades”, es el tema de este proyecto de investigación iniciado el año pasado e inscrito en el Sistema de Registro y Evaluación de la Investigación (Sirei), dio a conocer Luz Irene Pascual Mathey, académica y profesora de tiempo completo de QFB.
Dijo que como parte de la línea de investigación individual que desarrolla: “Mecanismo de acción de plantas y alimentos”, lleva a cabo este proyecto que tiene una vigencia de dos años y en el que también participan alumnos de ese programa educativo y de áreas afines.
Destacó que por muchos siglos, el ginkgo biloba ha sido empleado para el tratamiento y prevención de diversas enfermedades, como el cáncer, dados sus efectos antioxidantes.
Sin embargo, reportes recientes indican que dependiendo de la etapa de desarrollo de este mal ─considerado la segunda causa de muerte después de los males cardiovasculares─, el consumo de esta planta puede tener efectos prooxidantes y promover el desarrollo del padecimiento.
La investigadora señaló que varios sectores de la población tienen la idea de que el uso de antioxidantes provenientes de productos naturales no genera algún efecto dañino en la salud, por el contrario, ayuda a prevenir y a retardar la progresión de enfermedades crónicas.
Dichos antioxidantes incluso son sugeridos en el vino, café, granos, frutas, frutos rojos, plantas verdes y a través de suplementos alimenticios.
Explicó que los polifenoles son compuestos o metabolitos secundarios obtenidos a partir de las plantas, los cuales contienen antioxidantes y se caracterizan por ser anillos aromáticos con una gran cantidad de grupos hidroxilo.
Dicha característica permite que los polifenoles tengan esa actividad antioxidante, es decir, que puedan atrapar radicales libres y que los neutralicen sin generar ningún efecto secundario en el organismo.
Comentó que los antioxidantes poseen actividad antiinflamatoria y pueden emplearse como un neutralizador de radicales libres. Es por ello que desde hace muchos años se han aplicado en el tratamiento de padecimientos neurodegenerativos.
También mejoran la cognición, la memoria, el aprendizaje y retardan la progresión de enfermedades crónicas.
Sin embargo, evidencias recientes demuestran que dependiendo de la etapa de desarrollo del cáncer, el consumo puede tener efectos prooxidantes y promover el desarrollo del padecimiento.
“En los últimos 10 años se han publicado artículos que dan a conocer que el consumo de antioxidantes puede facilitar la evolución de cáncer, de tumores y de cambios que con el tiempo ocasionan procesos cancerígenos.”
Un ejemplo es el reporte elaborado por el Programa Nacional de Toxicología de Estados Unidos (EEUU), enfocado en el análisis de alimentos que puedan tener un efecto carcinogénico o teratogénico.
Asimismo, existe evidencia sobre un estudio aplicado en ratones que presentaron cáncer hepático tras dos años de haberles suministrado ginkgo biloba a dosis efectivas.
“Estamos hablando de un producto que teóricamente empezó a utilizarse hace más de cinco mil años y está tan difundido su uso que se cree que es una planta milagrosa.”
Pascual Mathey puntualizó que todos estos antecedentes derivaron en dicha investigación en la que también interviene José Locia Espinoza, docente de QFB, pues independientemente de sus efectos benéficos deben remarcarse aquellos que coadyuven en el desarrollo de cáncer.
Con relación al estudio, dio a conocer que en el Laboratorio de Investigación en Biología Molecular de QFB se emplean modelos animales a los que se les suministra extracto de ginkgo biloba, posteriormente se les analiza a nivel de cambios histológicos y de marcadores de proliferación para ver qué es lo que pasa con las células en dos de las tres etapas importantes de la enfermedad.
Lo anterior es con el fin de determinar qué tan ciertos o no son los reportes de efectos prooxidantes y del uso de polifenoles.
“Estamos viendo la parte contraria sobre las afectaciones que podría tener, sin embargo aún no tenemos nada concluyente.”
En este sentido, mencionó que en un futuro esperan sentar las bases que permitan desmitificar el consumo de antioxidantes o extractos obtenidos a partir de plantas naturales.
Muchas veces estos productos son ingeridos de forma antirracional y no bajo ciertas medidas y un régimen establecido.
Por lo tanto, debe considerarse que si se extiende el tiempo de consumo de antioxidantes o se utilizan dosis no reguladas, esto traería efectos contrarios a los que uno debería esperar teóricamente, puntualizó.
“Quienes nos dedicamos al estudio de productos naturales debemos dar a conocer que el consumo de cualquier producto natural se debe efectuar bajo ciertos requerimientos.”
Añadió que para dar mayor evidencia de estos efectos, se pretenden trabajar con otros extractos naturales, porque con uno solo no podrá generarse una conclusión general.
En este proyecto resaltó la participación de estudiantes que realizan tesis de licenciatura, tanto de QFB como de la Facultad de Bioanálisis y de áreas afines, y otros más que realizan prácticas profesionales.
Su registro ante el Sirei también ha permitido captar estudiantes durante periodos intersemestrales, así como de tutoría para la investigación.
Roberto Hernández Posadas, estudiante de sexto semestre de Ingeniería Ambiental, región Poza Rica-Tuxpan, comentó que participa en esta línea de investigación para ampliar su abanico de conocimientos en la investigación científica.
“Quiero adquirir conocimientos y así crear mi propia línea de investigación.”
Pamela García Sánchez, del mismo programa educativo, se interesó en esta línea de investigación porque piensa elaborar un modelo sobre los efectos de la contaminación a partir del estudio en ratas Wistar.
Por su parte, Iveth Gómez Gómez, estudiante de la Maestría en Neuroetología, estudia en el Laboratorio de Investigación en Biología Molecular el efecto de la novedad social en el sistema de recompensa, el cual se encarga de la motivación y el placer.
Vanesa Rodríguez Hernández, tesista de QFB, realiza una investigación para establecer la relación de un tratamiento de ginkgo biloba en un modelo de pato carcinogénesis, pues actualmente muchas personas utilizan remedios herbolarios (Fito medicamentos) para aliviar diversas patologías, “lamentablemente éstos no tienen ninguna regulación y además los combinan con tratamientos farmacológicos”.
Claudia Peralta Vázquez/Prensa UV