Con una breve y totalmente arbitraria selección de sus poemas, cerramos esta serie dedicada a Miguel Maldonado.
De MAGIA CORRIENTE (2004)
A Carlos Monsiváis
¡CliC!
Vas por la banqueta
como que te sigue un reflector
tu brazo oscila chueco
así lo tiene un tío dices
me ama el brazo de tu tío
Te saliste del cuarto
el monitor me adivinó el pensamiento
desea guardarla antes de salir
o desea reemplazar la chica existente
¡CliC!
Se escribe por un mecanismo de gravedad
lenta caída por el tubo del lapicero
¡mecánica sensible!
los años del dispositivo calzón a un lado
te acuerdas
amor fácil suba falda y jale calzón al lado
jale para abrir abre-fácil
te reíste mira te reíste
todo esto seguramente nos lo mostró
alguna envoltura
reveladoras envolturas
Fue por jabonadas de baño
que comprobé mi cuerpo
cuánto hace que nadie me acaricia la rodilla
Te quedó marcado en la piel
un pliegue de cobija y un clip
quizá las dos cosas simples que nos unen
(pero qué modelo de clip nos junta
clip de mariposa
¡Mariposas!)
Era tu costumbre buscar un cuchillito
para sacar el tornillo
cambiabas la utilidad de las cosas
¡eres el desarmador del mundo!
si sigues así te vas a enfermar de la garganta
(nuestro mecánico ese de la esquina
diría que andas bien del transformador)
dices que todo esto empezó de muy niña
que buscabas ladrillo a la hora del gis
Seguimos aquí mas ya soy otro
otro tras otro
desea guardar los cambios efectuados en clic
el registro
o el olvido del cambio
(voy y regreso a ser
soy en base retornable)
¡CliC!
Pero en este instante
en este instante
cuál es la diagonal de la lluvia
para acomodarse de ese lado de la acera
De BESTIARIO (2015)
EL AJOLOTE
Ilustra una teoría radical, inquietante, garrafal,
acerca de la naturaleza de la vida.
Salvador Elizondo,
El Ajolote, Ambystoma Trigrinum.
Xolotl, el Dios ajolote, fue la parte de diablo de Quetzalcóatl, su doble endemoniado que lo arrastró al vicio. Su símbolo: los gemelos enamorados, la dualidad inquebrantable. En los lagos de México, el ajolote no cumple su metamorfosis, se reproduce en estado larvario: niño erotómano, infante obsceno. Pedagogo en las lecciones de lo trunco, aquello que no fue y que de haber sido; un bello azul que va abarcando espacio a ritmo etéreo y al final no alcanza sino para un tenue azulenco; El Dorado la Arcadia que estropean nuestros dedos brutos para calibrar los mínimos detalles; el burlado porque faltaba más que buen ánimo y gran disposición; la que tenía todo para llegar a falta de una pequeña claridad que haría la diferencia.
Giorgio Agamben ilustra la naturaleza humana en la ejemplaridad del ajolote: al ser infantes eternos hemos podido desarrollar el lenguaje y la creatividad como ningún otro primate. No ha dicho nada sobre su hermano gemelo, el infante terrible, causante de nuestra escama. Querubines monstruosos y bellas almas que lo mismo abonamos una causa que nos hacemos los atroces.
LA HIENA
A Miguel Ángel Rodríguez
De cadera caída y de ánimos también: a veces tigre y otras perro carroñero. No encaja en los principios de la Estética. Nunca guarda cuadratura y se sale de cuadro. No alcanzará el rango de muñeco de peluche ni habrá globos a su estampa, siempre villana de telenovela. Con un colmillo salido, se ríe porque intuye que Natura no se equivoca. Su pelo arrebujado no es ninguna falencia: unos creemos que su fealdad, como casi todas, tiene un gato encerrado. Su no saber si león o coyote, su no saberse, ya es un encanto.
En evidente estado de alteración, hay quienes la bordan en telas de pijama y en chambritas para niños; los más ilustres, esbozan teoremas parecidos a las arengas de los demonólogos renacentistas sobre la belleza del diablo, abundan en ejemplos de exégesis posmoderna: que el poeta Jean Cocteau intuía este misterio en La bella y la bestia, a la Bestia la rodea un aura de Belleza. Ignorantes y doctos, de remate y medio locos, han sido una minoría que a lo largo de la historia se ha opuesto al canon universal de la belleza, fundados todos en el paradigma de la hiena.
EL RINOCERONTE
A Hugo Gutiérrez Vega
Cuenta la leyenda que a causa de esa piel pastosa, el rinoceronte perdió vuelo. Se dice que era un unicornio con serios problemas de peso, que dotado de enormes y relucientes alas y tras fallidos intentos, renunció al sueño de volar. Desde entonces, se amalgamó, hizo votos de tristeza ensimismada. Se sabe un Pegaso encadenado, un pichón que sufre encierro en pieles de alta seguridad. Algunos diarios de lo insólito han documentado registros testimoniales de amáricos que han visto al rinoceronte azul sobrevolar las costas de la antigua Abisinia.
Para que no se pegue un tiro, ciertas aves hacen compañía; se compadecen de su implume pariente lejano y fingen encontrar sustento en el cultivo de insectos sobre su lomo. Cuando un rinoceronte se decide a embestir, no hay quién lo detenga. Los locales del Gran Valle del Rift aseguran que lo único que podría contener su embate es una pareja dándose un beso (de las formas del besar, recomiendan el tipo apasionado, deep throat); su rostro se agarza, sus entendederas tiran peso, el laminado se empluma, sabe que no todo en él es masa corporal. Después de mirar con profundo desconcierto y curiosa inquisición, recula dando vuelta a tres cuartos, sin causar esta vez estropicio alguno con el latiguillo de su giro. Se aleja meditabundo con un ligero cabeceo a cada apisonamiento.
De EL LIBRO DE LOS OFICIOS TRISTES (2016)
EL VELADOR
No duerme por el día
lo ocupa en un segundo oficio
uno sencillo
por si el señor lo traiciona
Sellar actas
Etiquetar productos
Pierde la secuencia
de las cosas que suceden
no sabe si fue ayer
si su hijo estudia sexto
lo dijo no lo dijo
Duerme mientras vela
Despierta al menor gato
Un ruido de motor
y hay sobresalto
Es el sueño más nervioso
Regresa a casa
preguntando qué ha sido
si fue ayer
si paso a sexto
¿lo dijo
no lo dijo?
LA CAJERA
La menos instruida del negocio
tiene que entregar las cuentas claras
Cuando llega la hora de altas sumas
se concentra en el conteo
sopesa centavo por centavo
mejor contar hasta tres veces
Pero siempre se equivoca
Da cambio de más
Ayuda sin quererlo
a completar rentas
a regalarse un gusto
Se endeuda con la casa
y en su casa
El dinero no es suyo
le obliga indiferencia
Pero no puede
lo desea
es que arreglaría tantas cosas
Entre cajera
y ladrona
todo el tiempo
No es un dilema justo
a quien
no tiene posibilidades
y es su única posibilidad
LOS QUE SE RENTAN PARA PROBAR MEDICAMENTOS
Ignora si enfermó
por los efectos secundarios
o esa enfermedad
es del todo suya
Si fraguó su cuerpo
su propia purulencia
o fue una dosis de ponzoña
Perdió el derecho a saber
si se pudre por sí solo
La tremenda libertad
de joderse a propia cuenta
de chingarse uno la vida
se ha vuelto ahora
un defecto secundario.
De EL VUELO DE LA ROSA (2017)
Quienes aseguran ver volar rosas, suelen ser quienes ven ovnis. Creer en el vuelo de las rosas es saber que no estamos solos en el universo.
* * *
La rosa es una nube que prefirió un hogar modesto a la extensa lluvia, la rosa es una nube sin los altos vuelos, nube silvestre y campesina…
* * *
Todo puño que se cierra es una rosa, una endurecida, apretada rosa. En todo puño que se abre se fuga una rosa, una evanescente, huidiza rosa.
* * *
Qué importa, rosas, que no vuelen, olvídenlo, que el mundo de por sí no es justo, siempre les da alas a los alacranes y espinas a las rosas.
* * *
No volaremos Rosa. Pero nadie podrá robarnos nuestra vocación de aves; así seamos aves de corral, hemos columbrado la libertad del desapego.
PRIMERA PARTE: El llamado
SEGUNDA PARTE:Los pétalos del lobo
VER TAMBIÉN: El sábado, Miguel Maldonado presentará su poemario El vuelo de la rosa
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